Blood Love IV
“Nuestro amor fue escrito por sangre”
Sophia:
Hay veces que me gustaría dormir para siempre para no ver el dolor, para no ver la realidad de este mundo. Me gustaría dormir junto a ella en un sueño interminable en la que las estrellas sean nuestras guías, en un destino incierto, en un destino que siempre nos intentara separar. Pero ya no podrá hacerlo porque ella y yo somos una persona, somos una sola, y aunque este mundo se acabase para nosotras, se que mi alma divagara en diversas generaciones siguiendo la suya.
Y no temo morir en este preciso momento, no temo hacerlo porque lo hare por amor, entregare lo que siempre tuve que entregarle, desde mi esencia hasta mi cuerpo entero, porque mi corazón ya lo ha arrancado.
Iserbet, ¿Porque este mundo debe ser tan cruel para nosotras? Hace mucho tiempo que quiero decirte que me gustaría que ese sueño se cumpliera, y que corriéramos de la mano en ese campo verde y floreado por siempre, sin importar las demás personas, sin importarme tu apariencia, sin temer a que un día tu misma acabases con mi vida, porque mi vida una vez acabo… y fue cuando acabe con la tuya.
Hace tanto que quiero decirte que deseo con fervor ver el brillo de tu piel blanca jugar con los rayos del sol. Ese rostro tan perfecto sereno y armonioso.
Quisiera ver las estrellas junto a ti. Quisiera besarte una y otra vez y estremecerme por el frio de tu piel.
Tengo miedo, tengo miedo a no encontrarte en mis próximas vidas, tengo miedo de perderte más que al morir en esta guerra. Pero no me atrevo a decírtelo, es en este preciso momento deseo que tú leas mi mente, que la leas, así mis labios no tendrían que decirte lo que siento.
- Estas lista- dices mientras en tu rostro se asoman unos colmillos
- Si- dije serenamente con dudas.
- Pase lo que pase, recuérdalo- dice con la voz rara, un tanto quebrada, una voz de ella que no conozco tal vez este distorsionada porque esta convertida- Te amo y siempre lo hare.
- Yo también te amo- musite apunto de llorar. Aun sabiendo que no le temo a la muerte, temo perderla, temo no vivir ese sueño junto a ella.
- ¿Que pasa?- dijo entreabriendo sus ojos y cerrando la boca
- No quiero perderte- musite exasperada.
- Si muero- dijo exhalando profundamente aire- Prométeme- dijo sujetando levemente con miedo mis hombros- Quiero que sigas adelante- dijo acariciando
- Tengo miedo Iserbet- dije llorando
- Entonces corre- dijo abrazándome casi sin respirar- Ellos se acercan pero tu tienes tiempo- dijo tiernamente.
- Iserbet- se escuchaba la voz de Dimitri nerviosa-
- Tu eres la elegida- dijo sujetándome del rostro- Tu puedes acabar con todos ellos como lo desees- dijo secando con sus fríos dedos mis lagrimas tratando de darme tranquilidad.
- Tienes que morderla Iserbet- dijo Dimitri con el libro de Mathew Wilson en la mano- Es tu única salvación. Nuestra única salvación.
- Jamás- dijo Iserbet tajante.
- ¡Tienes que beber de su sangre!- dijo Dimitri violentamente-
- No entiendo Dimitri- dije desesperada.
- Ella solo podrá tener sus poderes a nivel si bebe de la sangre de la elegida- dijo Dimitri señalando el libro.
- No podre contenerme- dijo serenamente Iserbet- ¡Tu sabes que si bebo de su sangre no podre controlarme!, me convertiré en una bestia.
- Prefiero que te vuelvas en una bestia salvaje y que mates a Sophia, en vez de ver a Lion gobernar el mundo.
- Pero que- dijo Iserbet mirando furtivamente a Dimitri.
- Mi maestro cuido minuciosamente de este secreto para que un idiota con un sequito y una agencia de idiotas quieran poner en peligro nuestro secreto- dijo Dimitri pareciendo tranquilo como siempre, pero en su mente tantas cosas habían, tantos temores, y entre ellos ese temor.
- Hazlo- dije exhalando profundamente aire.
- ¡No!- dijo violentamente Iserbet- Jamás.
- No seas tonta- dije hablándole con pura ternura- Si vamos a pelear esta guerra necesito saber que podremos ganarla.
Ella no hablo, y yo decidí por ella, con una de las navajas que tenia en el sujetador cruzado por encima de mi ropa, me corte levemente el antebrazo y lo acerque a su boca.
Al sentir la sangre no pudo contenerse, no pudo controlarse, y bebió mientras de su bello rostro aparecían esas venas negras.
Sentí un pequeño cosquilleo, un leve dolor. Pensé que no podría contenerse, pensé que no iba a parar, hasta que bruscamente se separo de mí. Con el rostro totalmente convertido.
Cubrí con una venda el corte mientras respiraba agitadamente, en el horizonte veía como se acercaban unos treinta hombres.
Podía leer fácilmente la mente de todos. Pero no podría detallarlos, ya que eran muchas voces simultaneas en mi mente, y en lo único que pensaba en ese momento era en salir con vida de allí.
- Elena ¿Dónde están Alec y Gian?- decía Dimitri sacando su navaja.
- Están llegando- decía esta sacando un palo de madera.
- Yo no quiero derramar sangre humana- dije retirando mis armas del sujetador
- Nosotros lo haremos, tu puedes destruir a todos esos vampiros tienes el poder para hacerlo- dijo Serenamente Dimitri. Todavía no podía entender como en esa figura tan perfecta existía desesperación en tan corto tiempo, solo bastaba cuestión de segundos para que volviera a reinar en la mente de Dimitri la tranquilidad y la frialdad que le ayudaba a emplear sus actos.
- Luchamos por un futuro- decía una Iserbet preparándose para luchar- Luchamos por nuestra vida- dijo al fin dando un paso adelante.
Cuanta frialdad, cuanta rabia, cuenta insensibilidad en la mente de esos treinta vampiros. No sentían miedo de mí, ni de Iserbet, no sentían miedo. Se sentían tan seguros, tan sedientos de mi sangre.
Uno de ellos dio un paso hacia adelante y esa fue la clave de que la guerra había comenzado y el perdedor debía pagarlo con sangre.
No espere a que se acercaran a mi, yo me acerque a ellos, quería que reinara miedo en sus ojos, quería que me temieran por lo que era.
Me acerque rápidamente a uno de ellos, un chico alto robusto que tenía una ropa deportiva. El tenía el rostro completamente convertido y un sable en la mano. Tan torpe tan idiota. Se acerco sin previo aviso con pasos rápidos pero torpes, solo me basto utilizar la telequinesis para paralizarlo y clavarle mi estaca en el corazón mientras sentía esa adrenalina a tope por las cenizas que caían de su cuerpo.
No recuerdo a cuantas vampiros los mate sin compasión, solo miraba la forma brutal en la que Iserbet mataba a los agentes que eran el triple de los vampiros.
Los mataba sin respirar, sin beber su sangre sin morderlos sin utilizar armas, solo le bastaba usar los poderes que tenia para ver como caían y se desangraban por el dolor. Corría a una velocidad que casi no se podía ver. Si hay algo que me gustaría borrar de mi memoria es la forma en que destruía a sus presas, no había forma de alcanzar su velocidad, de parar su furia de impedir que les sacara la cabeza de unos o mas agentes como si esa no fuera mi Iserbet y fuera en realidad un demonio, un monstruo que luchaba con todas sus fuerzas por subsistir.
Dimitri tenía razón, ella necesitaba mi sangre, necesitaba beberla para poseer ese poder imparable, ese poder que podría destruir a una población entera, ¡un poder que podría destruirme!
Dimitri y Elena hacían lo que podían, Elena era rapidísima, no podían alcanzarla y ante eso ella usaba ese poder para no ser vista casi por los vampiros y clavarles la estaca dejando tirado sus cadáveres negros y marchitos en el suelo a diferencia de mí que les clavaba directamente en el corazón.
El mas débil era el mas inteligente, el mas tenaz, el mas débil era Dimitri, no tenia la fuerza de ninguno de nosotros pero con la inteligencia y la paciencia que tenia podía cargar con muchos cuerpos encima.
Sentí cansancio, físico y mental, de luchar mano a mano con uno de ellos, era uno de los más fuertes, que trataba de soportar la telequinesis o los poderes que le implantaba y trataba de dispararme con su arma.
Corrí rápidamente mientras le di un poco de dolor en la cabeza eso hizo que agachara su vista y pudiera clavarle en el hombro la estaca, reacciono de golpe sufriendo de dolor en el suelo.
Sentí una punzada astros dentro de mi que me hizo detenerme un momento, me hizo recapacitar en un momento. Yo veía como Iserbet luchaba como una bestia, ¿pero yo no era una bestia en clavar en miles de almas negra mi estaca? ¿No estaba siendo un monstruo?
Odio a los vampiros, los odio con tanta ferocidad, con tanto fervor que podría degollarlos a todos juntos, pero ver a aquel individuo robusto de piel pálida y extremadamente blanca sufrir tiritando de dolor me produjo cierta lastima, lastima que duro solo un momento, el momento en el cual el se levanto para intentar clavarme una navaja fue allí que le clave con tanta fuerza mi estaca en el pecho que su cuerpo se partió hecho cenizas en mi rostro.
- Maldición- inmute indignada por mi debilidad.
Yo arrastre a todas estas personas a este destino, yo arrastre a Iserbet a la muerte por una terrible cobardía, y aprendí que no podía vivir sin ella. Aprendí que no podía respirar sin pensarla y que los sueños no eran sueños si no la tenía, aun intentando olvidarla no pude sacarla de mi mente, no pude sacar sus huellas de mi piel, no pude sonreír, porque tenia en mi mente la vez en que con crueldad clave lentamente esa estaca sacándole la respiración a la persona que mas amaba por lo que creía correcto.
Hasta el cielo sabe que fue el peor error del mundo, torturar y lastimar de esa manera a la persona que pudo acariciar mi alma, me valí de apariencias de pensar que eso era lo mejor y desate toda esta guerra por mi inseguridad.
También pude darme cuenta en ese minuto que si saldría con vida de ese lugar tal vez mis sueños de ver las estrellas junto a ella se cumpliría, que tal vez ella sujetaría mi mano por ese campo verde lleno de paz, y podría recostar mi cabeza en ese pecho frio pero tan cálido a la vez para mi, sin tener de por medio tanta violencia, tanta sangre, tanto dolor. Pensando que este destino que nos separa nos daría tregua, nos daría paz, nos dejaría estar juntas solo un momento, solo un momento en carne y en hueso porque de algo estoy segura y es que mi alma es suya, es suya para siempre.
Iserbet no estaba luchando como una bestia, Iserbet estaba luchando por ese sueño, estaba luchando con pasión, con valentía, sin vacilar, porque al igual que yo estaba pensando en ese sueño. Por eso no debía tener mas duras, mas temores, debía luchar por mi amor, debía luchar por mi vida, sin mirar, sin escuchar, sin recordar a quien llevaba a la tumba.
Y fue así, fue así como velozmente sin perder tiempo acabe con algunos de ellos.
Sintiendo en mis manos dolor, dolor por aquel pedazo de madera que era mi arma, viendo como la sangre corría por mis manos, las sangre de aquellos monstruos sin corazón.
No recuerdo el rostro de todos, solo recuerdo el rostro de los que más frente me hicieron.
Como uno de ellos, uno de los más poderoso. Uno con una agilidad impresionante, que corría a mí alrededor con una sonrisa maliciosa invitándome a luchar sin mirar lo que hacían Dimitri, Elena, o Alec y Gian que acababan de llegar.
Tenía un sable largo, peligroso. Y una mirada que daba pavor, su piel era blanca como el algodón, y sus labios secos y violetas, no era bello como los demás vampiro, de solo verlo daba pavor.
Pude leer en su mente que no era nada más y menos que la mano derecha de Lion, y poseía unos doscientos años, su nombre era Eric, el temido Eric por los vampiros, era el. El era el encargado de todos esos vampiros, el los había entrenado, tenia tanta seguridad ese hombre, pero tenia un miedo astros en el fondo. La mitad de sus hombres habían muerto en combate. Y solo quedaban pocos agentes.
- Al fin te tengo de frente- dijo con un tono agudo sonando sereno.
Me acerque lentamente y con un sable que había recogido por allí trate de clavarle pero lo único que logre fue hacerle un pequeño corte ya que lo había esquivado.
- Fue impresionante- decía con tono Irónico mientras seguía esquivando con movimientos agiles mis emboscadas- Te cargaste a muchos de mis mejores hombres.
- A ti también- dije mientras en mi mente aparecía como en un flash back todas sus vivencias, la forma en la cual reclutaba a hombres prometiéndoles mejores vidas o sanar su dolor a aquellos desolados, a aquellas almas tristes y los transformaba. A algunos los llegaba a matar porque no podía controlarse. Solo unos pocos tenían la suerte de ser convertidos, y eso solo pasaba cuando él estaba realmente lleno. Sentí tanta rabia recorrer por mis venas, tanta rabia al ver tanto dolor, al ver como degollaba sin escrúpulos a mujeres y niños preso de su maldad e insensibilidad.
Corrí mientras le clavaba el sable en el muslo derecho, el reacciono empujándome fuertemente al piso sacándose el arma del muslo con un quejido resonante de dolor.
- ¡Jamas pensé que la Elegida seria tan débil!- dijo tratando de levantarse, parando mis movimientos e intento de sacar el arma del sujetador en forma de cruz que tenia en mi cuerpo. Cuando estaba a punto de vaciarle el arma en el cuerpo habló paralizando mi cuerpo- Tú sabes cual es la profecía, y eres débil, no eres mas que una débil niña, ella y todos esos vampiros tan inteligentes te están utilizando, lo están haciendo porque en fin al cabo tú y ella no pueden vivir en un mismo lapso de tiempo.
Mi cuerpo no pudo reaccionar, no pude moverme.
- Haaaa- grite al sentir su sable en el estomago, un dolor sofocante, un dolor que quemaba y ardía en lo mas profundo de mi alma.
- No eres más que una niña con poderes- dijo levantándose abruptamente y colocando el sable en mi cuello.
Trataba de hacerle telequinesis pero el podía soportarlo, el tenia un poder inmenso, el podía soportar el dolor que le causaba mis poderes, no podía moverme ya que sus frías y asquerosas manos estaban sujetando fuertemente mi cuello sin dejarme respirar. Balancee mi cuerpo intentando zafarme de sus manos pero era imposible y cuando estaba a punto de sentir su fría y filosa espada en mi cuello siento como Eric cae y vuelve el aire a mi cuerpo.
Gian, el pequeño pero con una fuerza increíble de Gian que había llegado me había salvado la vida clavándole una estaca por atrás a Eric.
- Gracias- dije intentado recuperar el aliento por el dolor del corte que tenia en el estomago. Me sentí mareada un momento, y ya no pude buscar yo misma a mis presas, no pude hacerlo porque el dolor y el mareo que tenia no me lo permitía.
- Tranquila solo respira Sophia yo te cubro- dijo con tono paciente.
Gian no se alejo de mi lado, pero el tubo que luchar hasta que yo me recuperada.
Busque desesperada la mirada de Iserbet. Aun con los ojos negros y convertidos pudo reconocer mi figura y acercarse en cuestión de milésimas en mi posición.
- ¿Qué te ha pasado?- dijo recostándome en su cuerpo, mientras respiraba pausadamente por el olor a sangre que salía de mis entrañas.
- Nada- dije serenamente con un hilillo de voz.
- Espérame- dijo acariciando mi rostro, con esos ojos negros en los cuales ni las pupilas se notaban- faltan pocos Sophia no decaigas, falta poco mi amor- dijo al tiempo que se alejaba de mi posición.
“¿A cuantas personas has matado hoy Iserbet?”- pensé para mis adentros mientras veía como las balas de un arma se disparaban en el cuerpo de mi diosa Inmortal sin lograr ningún dolor en su cuerpo.
Ella era inmortal, era valiente, era feroz como un sediento en el desierto luchando por agua, así estaba ella, luchando por nuestras vidas.
Mire una vez más mis manos, llenas de sangre, mire mis brazos lastimados, y mis piernas con rasguños. Apreté fuertemente mi estomago. Cuando leí una mente acercarse saque rápidamente mi estaca y lo espere paciente. Aquel torpe vampiro se acerco al tiempo que yo lo esquive y clave la estaca en su pecho.
Ahora mire hacia el horizonte. Trate de encontrar en las estrellas las fuerzas para seguir, tratando de recordar sus ojos brillantes como las estrellas de Georgia intentando buscar un incentivo.
Recordé esos sueños que me quedaban por vivir junto a ella. Y todo el mal que le había hecho, todos esos recuerdos que jamás podría borrar de mi mente.
Sentía su cansancio, sentía sus ganas de terminar con todo esto y partir sin mirar detrás la sangre que habíamos derramado en la lucha. No podía leer su mente pero tenia una conexión especial con ella. Y es que nos habíamos convertido en una persona, ella era yo y yo era ella. ¿Cuando uno ama es eso lo que siente no es así? Uno se vuelve en una sola persona.
Que ganas me dieron después de ver mi cuerpo lastimado y mis manos empapadas de sangre junto con el resto de cuerpo de los agentes de allí tratar de volver al pasado y cambiarlo, no haberla asesinado en ese momento, y haber escapado junto a ella. Pero ella esta aquí, esta aquí y debo hacer todo lo posible por no perderla de mi vida una vez mas.
Solo el cielo es testigo de la desesperación y el dolor que siento cuando no la tengo en mi vida. Solo el cielo ha sido testigo de mis sollozos incontrolables en estos últimos cinco años.
Y solo yo y ella podemos entender este amor imposible, este amor irracional e inentendible. Y aunque no lo entendamos. Porque solo lo sentimos, yo todavía no lo entiendo pero he vivido en la desesperación de vivir sin ella, de no poder respirar sin tener sus fríos dedos acariciarme el cuerpo, de no tener sus ojos azules penetrarme y acariciarme el alma de una y mil formas.
Nadie me ha amado como ella de eso estoy segura. Porque nadie me entrego la vida y ella si lo ha hecho, lo hizo sin preguntas, sin objeciones, me entrego su alma, me entrego su vida una vez y soy cociente de que seguiría entregándome cada gota de su sangre por mí.
“Si el destino me diera otra oportunidad. Quisiera correr en ese campo verde mientras sus dedos fríos entrelazados me dan el calor que tanto tiempo busque”
Iserbet:
Siento su miedo, siento su inestabilidad, pero se que por la forma en la que me miran esos ojos brillantes azules verdosos se que el miedo que siente es por mi.
¿Sophia mi bella Sophia como puede ser todo esto real? Que sea real lo que sientes por mi, no puedo creer que hallas regresado por mi, no puedo creer que este mundo cruel me de la posibilidad de ver otra vez tu rostro precioso.
Tus ojos más brillantes que las estrellas de Georgia. Tu sonrisa coqueta y tu mirada tan serena, la única que le da equilibrio y claridad a mi alma obscura.
Yo seguiría pagando con mi vida, el enorme regalo que me regalaste una vez, el regalo de sentir por primera y única vez amor, cariño. A este negro corazón, este corazón que nunca sintió, este corazón al que crearon para aniquilar, para ser fuerte ante todo y todos, un corazón sin debilidad sin compasión. “Sin amor”.
No puedo escuchar tu voz quebrada temerosa, mientras tus ojos me miran de esa forma, es más doloroso verte así que sentir clavarse en mi pecho miles de estacas.
Me acerco lentamente a ti mientras te abrazo, tratando de respirar por el hambre que siento.
No escucho las voces de los que se acercan, no escucho la voz de Dimitri porque estoy enfocada en mirar tus ojos, y entiendo tu temor, yo no podría vivir en un mundo en donde no existieras.
Quisiera estar así contigo, estar conectada junto a ti, como si el mundo no existiera y mi mundo fueses tú, sin escuchar ruidos que no sean los tuyos, sin tener que mirar otros rostros y ojos que no sean el tuyo. Quisiera mi amor, crear un mundo para ti y para mi, en donde el destino no estuviera escrito, en donde las personas no intentaran separarnos.
Yo podría vivir sin consumir, naufragando en tus ojos azules verdosos.
¿Que no dejaría por ti Sophia? Te amo tanto que dejaría que me matases una vez mas, eso no me importaría, no me dolería tanto como ver tu dolor.
Me pierdo un momento del mundo hasta que Dimitri me dice que tengo que beber de la sangre de Sophia, mi primera reacción fue tajante, furtiva, jamás lo volvería a hacer.
Pero ella me obliga a hacer lo que tengo que hacer, porque en el fondo se que solo su sangre me daría las fuerzas para acabar con todas esas personas, solo su sangre descontrolaría mi tranquilidad.
No recuerdo las miles de sensaciones que recorrieron mi cuerpo al beber de su sangre, solo recuerdo escuchar una voz interna decirme que parada, que la estaba agotando que eso ya alcanzaría; y cuando pensé que no podría detenerme pude hacerlo.
Quisiera que todas esas voces que se acercan desde el horizonte de ese paisaje nocturno y alumbrado por la luz de las estrellas y la luna pudieran darme una tregua, un momento solo un momento para poder abrazarla una vez mas. Pero esto no es un sueño, y esas personas no pierden tiempo acercándose para intentar acabar con nosotros. No siento miedo, no siento temor. Prefiero caer peleando que vivir huyendo, me han creado inmortal para luchar, y he luchado con ímpetu tanto tiempo por cosas sin razones, y en este momento en el cual tengo una razón por la cual luchar, no voy a cerrar los ojos. Porque soy consiente que por cada gota de sangre de esos mortales frívolos que derrame estoy luchando no solo por mi vida. Sino por mantener mi amor. Estoy luchando encontra de mi raza y mis instintos de vampiro, jamás pensé que diría esto pero estoy luchando no solo por guardar un secreto oscuro, sino por que la pequeña paz que existe en este mundo no acabe, por esa pequeña claridad de toda la maldad que existe en este mundo no se extinga.
Los veo acercarse cada vez mas cerca. Miro su rostro por última vez antes de prepararme. Se que cuando este totalmente convertida vivirá en mi solo el instinto asesino, matare sin pensar, degollare sin mirar, recordare solo lo que quiera recordar, solo espero tener las fuerzas de mantenerme lejos de ella, y que ella no me vea de esa forma, yo no quiero que vea el monstruo que en verdad soy.
No recuerdo los rostros de las personas que he matado, solo recuerdo sus quejidos agonizantes al morir, o el dolor que les producía con mis poderes. En mi trance no sentí las ganas de saciarme de su sangre, ni tampoco escuche las voces de imploro, no sentí las balas o ametralladoras dispararse en mi pecho. La sangre de Sophia me había dado una fuerza sobrenatural, una fuerza más potente de la cual ya poseía.
La mayoría de los vampiros tienen control sobre su cuerpo en una batalla aunque estén totalmente convertidos. Pero yo no puedo, no tengo el control suficiente para mantener la postura y poder verlo todo con claridad, en una batalla el único objetivo es destruir a todo tu enemigo, y así reaccionaba mi cuerpo y mis sentidos.
No esperaba más cuando me convertí profundamente. Pero tampoco jamás hubiese pensado que escucharía desde lejos el quejido de dolor de Sophia, como si esa imagen al girarme y escuchar desde lejos su dolor me sacaran del trance profundo del que estaba sumergida. Jamás me había pasado, jamás pensé que me pasaría algo así. Sentir su dolor, escuchar su estremecimiento, poder ver con claridad estando en una batalla.
Pero ella y yo éramos una sola persona. Fusionada con un mismo sentimiento.
Me acerque rápidamente, temiendo no poder controlarme, pero temiendo más que ella se rindiera en ese mismo momento.
No recuerdo precisamente las palabras que le dije ya que intentaba respirar profundamente por el olor que emanaba de su sangre.
Tuve que volver a luchar, a luchar tratando de no preocuparme por ella. Al final de cuentas ella era mucho más fuerte que yo, y podría acabarlos como quisiera.
¿Cuántos quedaban en realidad? Quedaban dos o tres que se meaban de los pantalones del miedo.
¿Cuanta sangre había derramado por esta guerra de supervivencia?... ¿cuantos cabezas había arrancado sin recordar?
Cuando acabe con el último tratando de no producirle dolor y que su muerte fuese rápida y no dolorosa.
Me paro en seco un momento, mientras mi ser convertido se pacifica y vuelve a mí la respiración.
¿Ha terminado la guerra? Mi guerra ha terminado. Y después de una guerra lo único que puede haber es dolor, sangre, tristeza.
No siento aquellas fuerzas que tuve al luchar para ver los cuerpos tirados en lucha. Ni tampoco el olfato me produce hambre.
Tantos siglos manteniendo la calma, pensando y creyendo que en mi negro corazón las cosas estaban cambiando y cambiaron al conocerla, porque al conocerla sentí esa caricia que ningún vampiro siente. Me sentí especial llena por primera vez.
Pero ahora, al ver todo este desastre lo único que me pregunto si valió la pena luchar Sophia. Porque esa profecía es real y este destino nos seguirá intentando separar. Yo no se que será mañana de nosotras. ¿Toda esta sangre derramada, por un mundo, por ti valió en realidad la pena?
En este momento en que me siento un poco humana, con un poco de remordimiento que los vampiros no sienten cuando reprimen ese lado humano. Me gustaría mirar hacia las estrellas y encontrar en ellas una luz en esta noche oscura en donde hasta mi sombra me tortura, y encontrar en esa luz que parecen sus ojos al mirarme los sueños que una vez tuve, los sueños que me permitieron luchar por algo mío.
Me siento un tanto abrumada, y se que no debería sentirlo porque no soy humano, no soy sensible como los humanos, ni tampoco sufro ni puedo llorar. Pero no puedo ser mi padre, no puedo no sentir nada al aniquilar a tantas personas, ni tampoco podría regocijarme de sus cuerpos y alimentarme de ellos, porque con mis propias manos les saque la vida. Soy una vampiresa débil; pero es que a diferencia de los demás vampiros he visto en cosas simple bellezas jamás inimaginable, he visto en su sonrisa y en su mirada tan serena y pacifica una paz que jamás conocí, un sentimiento que recorre mi alma y acaricia mi frio corazón como jamás imagine.
Ella fue la luz en mi obscuridad, y aun cuando nuestro amor es utópico hoy luchamos por el a sabiendas que se acabará, porque el destino así esta escrito y a veces no se puede ir en contra de el.
Tal vez la razón de todo esto es que pude conocer la luz del sol y no solo conocí la obscuridad, pude escuchar a los parajaros cantar y ver sentir esa briza fría de invierno acariciarme mientras vagaba por las calles de la ciudad. Tal vez por eso Dimitri también es tranquilo y tiene un lado humano, porque el es el único vampiro que puede estar sobre el sol, según lo que leí en su mente.
Me gustaría imaginarme un momento en otro cuerpo, en otro ser, mientras la estrecho contra mi pecho sin tener que respirar profundamente y exasperada por el olor a sangre que inunda mis sentidos. Por dios quisiera ser mortal solo por una vez y no me importaría morir porque cada segundo con ella para mí es una eternidad de momentos mágicos y cada segundo que no la tengo es una terrible eternidad de dolor.
Miro a mis costados, y veo caer a los últimos vampiros en sus manos, es tan poderosa, es tan fuerte cuando lucha.
Les clava una lanza de madera a cuanto vampiro se le atraviesa con sus agiles movimientos que hacen casi imposible abatirla, mientras su respiración se agita por el cansancio.
Aprieto fuerte mis manos y dejo caer el sable, mientras veo mis manos manchadas de sangre. Esto no termino, todavía falta él, todavía falta el que quiere reinar y yo solo quiero apresurar esto para cargarla sobre mi espalda y alejarme de esta obscuridad, alejarme de esta guerra llena de violencia e ira.
Quisiera cerrar un momento los ojos, solo un momento, quisiera respirar y pensar que todo esto jamás ha pasado; quisiera volver a dormir para siempre dentro de esa sarcófago en vez de ver este desastre catastrófico. La guerra es una palabra de dolor, la lucha es una palabra de valentía, dependiendo de que. Pero la guerra y la lucha junto nada bueno traen.
Quisiera que el viento soplara fuerte sobre este lugar y borrara todos los rastros de sangre que deje, todos los rastros de sangre que dejamos. Y que ese viento pudiera borrar este desasosiego inculcado en mi ser. Los vampiros no sienten, los vampiros no deberían sentir, pero no puedo no sentirme acongojada por esta visión terrorífica.
“A este amor lo hemos escrito con sangre”
- Leo tu mente a unos kilómetros de distancias se que tienes la habilidad de escucharme- grite con todas las fuerzas de mis pulmones.
Lo espere con los ojos cerrados pacientes, tratando de leer que pasaba por su mente, tratando de ver en que momento me lo cruzaría. No quería que Sophia fuese la que se enfrentara a él, en cierto punto temía por ella, sabia quien era Lion.
Y no era nada más que uno de los vampiros viejos que vivía en la clandestinidad oculto. Dueño de una mente peculiar y una inteligencia y tenacidad que jamás había visto. Ahora es cuando me arrepiento de no haberle permitido a Vitake matarlo. Cuanto extraño a mi viejo y fuerte amigo Vitake, a Lucia y a Anastasia.
Abrí los ojos de repente al tenerlo cerca. Con esa apariencia de actor de cine, no era mas que un vil y frio vampiro de cabellos negros cortos, mirada penetradora de ojos mieles y figura atlética, cualquiera que lo viera pensaría que es modelo o actor y no un vampiro despreciable y malvado, un monstruo insensible, mas insensible que yo tal vez.
- Pensé que lucharía contra ella- dijo señalando a Sophia que estaba con la mirada clavada en su figura.
- Yo voy a acabar contigo- dije al tiempo que juntaba el sable del suelo- ¿Tienes miedo?- dije al leer en su mente su desconfianza.
- No- dijo al tiempo que vi como una de las peores imágenes de mi vida sucumbían desgarrándome los sentidos.
Paso tan rápido, paso sin darme cuenta. Ella no pudo verlo, no pudo leer su mente ya que la persona que le había disparado era humano. Era Nicholas que moribundo le había abatido en el medio del pecho.
Dimitri y los demás se quedaron helados como yo ante lo que había pasado. Pararon de luchar. Es que salió de la nada, mientras yo solo me concentraba en lo que rondaba la mente de Lion.
No me importo nada, no me importo la presencia de Lion. Corrí desesperadamente en su dirección.
Cuando Nicholas estaba a punto de disparar, pensando mas en la rabia que le inundaba los sentidos que en lo que sentía por Sophia. Me interpuse ante el y lo desnuque.
- Sophia- grite desesperada.
- Iserbet- dijo ella mientras caía y yo corría desesperada para que su cuerpo no se impactara contra el suelo.
- Respira- dije mientras la recostaba contra mi pecho y sentía su respiración acelerada, costosa.
- Mi amor- dijo acariciando mi rostro con sus manos ensangrentadas.
- Todo va a estar bien- dije desesperara mientras con las yemas de mis dedos acariciaban su rostro.
- Prométeme que- inmuto entre cortada mientras su rostro moribundo, y sus labios rojos carnosos que entreabiertos y en susurros me hablaban como si no tuvieran fuerzas.
- Shhh- dije serenamente mientras acariciaba sus labios, no quería escucharlo, no quería verlo, no quería saber lo que ella me quisiera decir. Porque sabia lo que me diría y no quería escucharlo. Porque sentía un dolor estrujarme en el pecho, un dolor mas doloroso que una estaca en el medio del corazón, es ese dolor de aquella mañana, de ese tipo de dolor que al sentirlo quisieras dormir para siempre para pasar de el, para no sentirlo.
- Iserbet- dijo con una pequeña sonrisa- Prométeme que.
- No quiero- grite exasperada, no me importo el olor a sangre que desprendía su cuerpo, el olor a su sangre que tanto me atraía, ese olor que provenía del pecho y del estomago- No quiero escucharlo, todo va a estar bien- inmute entrecerrando los ojos.
Se escuchaba la voz de una mente acercarse, una mente que trataba de pensar incoherencias una mente que se acercaba para acabarnos.
Elena y Dimitri lo rodearon. Lo rodearon con todas sus valentías a sabiendas que Lion los podría acabar como quisieran. Leía en su mente la desesperación por lo que había pasado con Sophia, leía temor en su mente por ella y no por sus vidas.
Sophia:
¿Cual es el peor sentimiento de mundo?... muchos dirán que es el odio. Pero yo creo que mas halla del odio el peor sentimiento es el miedo.
Vivir afligido por una complejidad, siempre he juzgado a las personas miedosas, es porque siempre he sido valiente. He sido valiente para salir adelante cuando mis padres murieron.
He sido valiente al arrancarle la vida al amor de mi herida. He sido valiente luchando ahora sin cesar, sin respirar, con pasos rápidos, con agilidad con los métodos que me han enseñado en la agencia.
Ahora es diferente, antes luchaba por pensar que estaba cambiando al mundo, que estaba cambiando el mundo para bien y en realidad no era más que un bien económico.
Ahora lucho por algo mas complejo algo que va mas halla de todo odio o rabia que sentía hace mucho y que me impulsaba a seguir. Estoy luchando por ese sueño con ella. Estoy luchando por mi amor, estoy luchando por el sentimiento que solo las personas afortunadas sienten.
Es por eso que no cuestiono este destino que nos seguirá separando, porque este destino fue el que la puso en mi camino.
Con esa piel fría y blanca como la nieve, esos labios rojos y perfectos junto con esa mirada tierna, llena de sinceridad azul.
Esta noche la he visto ser el monstruo del que tanto hablaban. Aun siendo un monstruo ella pudo tranquilizarse y acercarse a mi. Pero Iserbet no es un monstruo. Tal vez sea demonio para la sociedad. Pero para mi es un Ángel.
A pesar de todo lo que me ha hecho, a pesar de sus errores en el pasado, y a pesar de mis propios errores; yo no cambiaria nada. Solo intentaría cambiar este momento, o borrarlo de mi mente, borrar la imagen de los restos en el suelo, borrar el olor y los recuerdos de la sangre derramada por subsistir.
Yo creo en este amor, es por eso que decidí luchar por ella y solo por ella, el amor de mi vida, mi amor eterno.
Aun a sabiendas del dolor que produciría al terminar con todo esto. Porque después de una guerra solo lagrimas traerán, los padres de familias que cayeron, las personas que seguirían cayendo. ¿Es que solo puedo encontrar la paz en mi mente?¿Solo puedo encontrarla en los sueños?
“Quiero dormir para siempre junto a ti”
Todo los recuerdos pasan como un flash back en mi mente mientras lucho y se me avecinan con movimientos torpes vampiros que con mi habilidad de leer la mente puedo adivinar sus pasos.
Uno de ellos viene con tanta violencia que en mi camino tuve que pararme en seco y apuntar el palo puntiagudo hacia arriba con las rodillas en el suelo le clave lentamente con aquel arma en el pecho, quejidos de dolor eran la única música de aquel lugar.
Me levante apresuradamente mientras otro vampiro se me venia encima. Le clave rápidamente la misma arma mientras sentí un golpe terrible en el pecho, como si me hubiesen acuchillado, pero no era un cuchillo ni un sable era un arma.
¿Cómo no pude leer su mente?- fue lo primero que me pregunte cuando vi su figura moribunda apuntarme con el arma. La figura de Nicholas, la persona que tanto he ayudado a punto de matarme. Cuando estaba a punto de disparar otra vez ella se acerco violentamente hacia el y lo desnuco casi arrancándole la cabeza.
- Aaaaah- grite de dolor por el impacto de la bala en mi pecho.
No podía respirar, no podía siquiera hablar, solo sentía la sangra salir de mis labios, el dolor inmenso que ardía en mis entrañas y ahora en mi pecho. Cuando sentí mis piernas caer. Sus fuertes brazos me dieron cobija, me dieron soporte.
Vi sus ojos azules, los vi brillantes, temerosos, desesperados. Me toque despacio en la herida que desangraba, me toque como si eso pudiera calmar el dolor y pudiera cambiar el destino.
Me sentí mareada del dolor, no podía siquiera gritar porque no tenia las fuerzas y el dolor no me dejaban hacerlo, no podía respirar, me costaba respirar.
Ella me dice que todo estará bien, pero ella y yo sabemos que después de esto tal vez no halla un después.
Acaricie suavemente su rostro blanco, perfecto, dulce, y desesperado de ese momento
Quería hablarle quería decirle que me prometiera que pase lo que pase ella no se olvidaría de mi, quería que me prometiera que seguiría adelante, que seguiría siendo la Iserbet que conocí, la Iserbet con el lado humano.
Ella me alzo rápidamente sosteniendo con una de sus manos mis piernas y con las otras en mis espaldas mientras mis manos descansaban en sus hombros.
Mientras ella corría, escuche el grito de dolor de Elena, que había sido abatida por Lion, pero eso al parecer a Iserbet no le importo, ya que siguió corriendo, hasta que llegamos debajo de un árbol a poca distancia del lugar en donde luchamos por nuestro amor.
Me recostó suavemente en el gran árbol que había allí. Fue como en esos sueños, ese árbol se parecía al de mis sueños.
Junto sus dos manos en mi rostro mientras sus ojos se tornaban gris. Por primera vez vi su rostro así. No era el de un monstruo ni tampoco era el de la diosa inmortal, era un rostro sereno, desasosegado como si con esos ojos grises quisiera decirme tantas cosas, como si quisiera mostrarme su dolor. Pero yo lo siento, siento su temblor por primera vez, siento como sus manos ensangrentadas tiemblan al mirarme, y no es por el olor a mi sangre, es por el miedo que nos consume.
- No te vallas ahora por favor- dijo mientras me estrechaba fuertemente contra su pecho frio, ya no recuerdo su rostro porque mis ojos estaban vidriosos, estaban nublados, y mis sentidos no me dejaban pensar con claridad ya que el dolor era inmenso, el dolor me consumía.
- Recuérdame- dije mientras aprisionaba mis dedos sobre sus fríos labios- Quiero que seas por siempre esta Iserbet que conozco- dije entrecortada.
- Jamás podría olvidarte- decía mientras de sus ojos grises salían lágrimas. Y me caían en el rostro- No te vallas mi amor- decía exasperada mientras besaba tiernamente mis ojos entrecerrados. No quiero cerrar los ojos, no quiero cerrar los ojos por eso es que lucho con el dolor, quiero disfrutar una segundo mas del mas hermoso paisaje que he visto en mi vida “su rostro”-
Iserbet:
- No te vallas mi amor- dije estrechándola mas fuerte entre mis brazos- Yo no tengo una brújula ni un libro para revivirte Sophia ¿como pretendes que aprenda a vivir sin ti?- dije moviendo despacito su cuerpo.
- En otra vida mi amor, voy a aparecer, espérame- inmuto con un hilillo de voz muy finita con una pequeña sonrisa en los labios- Prométeme por favor que seguirás siendo la misma Iserbet que conozco.
- Te prometo, pero por favor respira, respira mi amor- decía mientras esas aguas saladas corrían sobre mi mejilla, ¿No era que los vampiros no lloraban?, mira Sophia, mira princesa todo lo que tu me haz hecho sentir, sentimientos y emociones que jamás creí aprender las he aprendido todas contigo, no puedes irte ahora- No puedo dejarte ir, no puedo Sophie, no puedo mi amor.
- Te amo iserbet- dijo entre jadeos de dolor-
- Yo te amo más que a mi vida Sophia por favor- dije mientras movía su cuerpo despacito por la desesperación que tenia.
De su boca solo salían jadeos de dolor, me miro una vez más, mientras sus ojos se hacían cada vez más pequeños, la bese tiernamente mientras lloraba desesperadamente. La besaba mientras un nudo en la garganta se incrementaba, mientras ese dolor oprimido en el pecho incrementaba.
Ella ya no hablaba y de su boca ya había dejado de respirar. Toque su pecho con miedo con terror, con una desesperación impresionante. No habían latidos la había perdido.
- Noooooooooooooooooooo- grite furiosa, rabiosa en un grito que en todo el campo abierto se escucharía.
- Dime que no por favor háblame, háblame Sophia- dije desesperada mientras movía su cuerpo como si eso la pudiera hacer reaccionar.
- Mi amor- seguí hablando insistente- No por favor- decía entre susurros, mientras lloraba desconsoladamente sobre su cuerpo.
Esto es un error, esto no puede ser real, yo debo seguir soñando en el sarcófago, esto no puede ser real, Sophia no puede estar muerta. No puedo haberla perdido.
¿Que mierda voy a hacer sin sus ojos sobre mi?, que carajo voy a hacer sin su sonrisa acariciando mi alma, sin sus cálidas manos reviviendo mi piel.
¿Por qué no vuelvo a morir?
Cuantos sueños dejaste a la a deriva ángel de mi vida, cuanto dolor dejaste clavado en mi cuando cerraste los ojos para siempre. Me faltaron miles de palabras, me faltó hacerte miles de promesas, me falto abrazarme más veces, me falto demostrarte en una noche más que mi vida y mi ser eran tuyo. Ahora todo ha quedado tan inconcluso, ahora todo es tan doloroso, y esas estrellas que en un instante parecían la salida para un sueño, el comienzo de la paz y la felicidad para las dos ahora me parecen oscuras, siniestras y sin brillos.
Todavía no entiendo nada Sophia, todavía sigo abrazándote fuertemente como si eso pudiera hacerte volver a mi, como si eso pudiera calmar las lagrimas que caen por primera y única vez en mis ojos. No se que siento, porque ya no siento nada, me ahogo en el dolor, me duele el pecho y ni heridas poseo.
Cuantas preguntas renacieron ahora en mí.
¿Como podre hacer para sobrevivir?, ¿como hare para ver el mundo como tu me enseñaste?
Quisiera preguntarme que se siente realmente cuando lo pierdes todo. ¿Esto es lo que sienten los humanos cuando su corazón es ametrallado, es lastimado, es devastado por embestidos espasmos de dolor?
Estoy sola en el mundo una vez más
Hemos marcado nuestro amor con sangre, con pasión, con dolor, con inseguridades, con lágrimas.
(…)
Me levanto en seco con el dolor oprimido en el pecho; sin olvidar quien había sido el causante de todo mi calvario, la alce una vez más mientras secaba tímidamente mis lágrimas y trataba de exhalar profundamente aire.
Solo basto encontrarme con su mirada y sus pensamientos de satisfacción para que mi rabia se desatara.
Dimitri, Gian y Alec estaban peleando contra él cuando me acerque rápidamente y los tres se corrieron. Leí en su mente la tristeza la furia el resentimiento por la muerte de Sophia, eso los mantuvo luchando.
- Vamos no me mires de esa forma- decía entre risas- En fin y cuentas te ayude a salvar tu pellejo por la profecía.
No le conteste y con toda la ira dentro de mí me acerque rápidamente, esquivando sus golpes. Le arranque fuertemente unos de sus brazos de la forma más brutal del mundo mientras Lion gritaba desesperado.
- Sabes quien mierda soy- dije violentamente mientras le golpeaba en el rostro.
Con la estaca se Sophia, le empecé a clavar rápidamente embestidos golpes en el estomago sin que el pudiera reaccionar.
- Te voy a cortar en pedazos y quemare de tus restos- dije mientras arrancaba violentamente otro de sus brazos.
- Por favor- decía el jadeante de dolor.
- Me sacaste la vida, me sacaste lo único bueno que tuve en la vida- dije mientras clavaba mas fuerte la estaca de Sophia en su parte abdominal- No puedo tener compasión contigo- dije mientras marcaba y apretaba fuertemente la estaba sobre su entrepierna.
Dimitri como si leyera mi mente me paso un encendedor mientras de su mente solo leía ira.
Lion estaba desesperado, estaba acongojado de dolor y me encanto, me encanto verlo sufrir como sufrió la mujer de mi vida al morir.
¡Me encanto, me encanto!
Pero aun así no pude calmar mi dolor y mi ira.
Le cause mucho dolor con la cabeza, mientras quemaba sus piernas, mientras veía como se incendiaba su cuerpo. Me encanto escuchar sus quejidos de dolor al ser quemado.
Jamás había matado de una forma tan horrible a una persona jamás lo había hecho, pero él se lo merecía.
Es este momento en el cual más que nunca me gustaría cerrar los ojos y hacer de cuenta como si nada hubiese pasado. Es en este momento que necesito más que nunca poder ver otra vez sus ojos verde azulados clavados en mí.
Yo te necesito Sophia, te necesito como el aire para respirar. Te necesito porque sin ti quiero volver a dormir una eternidad.
Quisiera que esto fuera un sueño, una pesadilla tal vez. Prefiero estar encerrada en ese sarcófago sin el cerebro vivo para no sentir eso que recorre estruja el alma que no tengo y revuelve con espasmo mi estomago.
Los vampiros no sentimos, porque somos seres fríos y viles. La mayoría de nosotros reactivamos nuestro instinto asesino; yo he nacido sin conocer el lado humano y solo junto a ti he podido conocer todas las emociones que nadie me habría podido enseñar.
El mayor temor de mi vida, mi único temor se hizo realidad.
No quiero abrir los ojos, no puedo abrir los ojos, porque ver tu cuerpo allí ensangrentado, sin vida me podría matar del dolor. Este es un dolor diferente de los demás, es ese dolor que no te deja siquiera caminar, que no te deja mover porque no sientes nada, como si mi cuerpo no tuviera alma, y no supiese como reaccionar porque el dolor poco a poco lo consume. Ni la tristeza y el dolor que sentí aquella semana en que me torturaste en ese lugar se comparan con lo que siento en este momento.
Es por eso que no quiero abrir mis ojos, no quiero toparme con la realidad.
Cuantas palabras me falto decirte ángel mío, me falto darte todo, porque conmigo solo obtuviste dolor. Yo con estas manos acabe con tu familia, y yo con mi amor acabe con tu vida.
Después de permanecer un tiempo con los ojos cerrados, y con la estaca de Sophia apretada en la mano. Abro mis ojos, porque ya me duelen los parpados de mantenerlos cerrados.
- Iserbet, lo siento- dice suavemente Nicholas al toparse con mi triste mirada.
- No más que yo- inmute mientras cargaba su cuerpo entre mis brazos.
Lo sabia no podría aguantar. Caí de rodillas con su cuerpo entre los brazos, mientras mi rostro se pegaba en su cuerpo, quise recordar y aspirar el olor a oliva de su piel por encima del olor de su sangre que impregnaba mis sentidos y hacia latir apresuradamente el corazón que no tengo.
- Siempre la recordaremos como un héroe- inmuto Dimitri en lugar de los otros dos.
- Fue más que eso- dije entrecortada, las lágrimas tendrían que salir, pero no pudieron salir.
“Es ahora que quiero dormir para siempre, porque mi razón, mi luz se fue para siempre. Pero hice una promesa.”
(…)
Un tiempo después
No he vuelto a la mansión clandestina; ni tampoco se puede decir que viva como un humano.
Estoy viviendo en un loft pero no salgo de día. Lo hago solo de noche para cazar a mis presas, he vuelto a consumir sangre humana, pero de personas seleccionadas. Con mi habilidad de leer la mente selecciono a los “Inframundos” a los asquerosos que viven en estas tierras, a los violadores, asesinos, violentos entre otros.
No se puede decir tampoco que me he convertido en la misma Iserbet de siglos atrás por consumir sangre, ya no siento la desesperación como hacia siglos, es un medio para subsistir. Cuando en verdad ya estoy muerta en vida.
Su muerte fue esa apuñalada en el corazón que me paralizo el mundo, que me derrumbo otra vez. Solo hacia horas que me habían revivido para sacarme lo que mas quería.
Soy consiente de que jamás en mi vida conoceré a una persona como Sophia que mueva en mi esas emociones que jamás creí conocer.
Ella aunque hiciera simples cosas, para mí siempre han sido y serán complejas.
Puedo reprimir todo este dolor, pero al reprimirlo seria igual que aquellos vampiros que la intentaron matar, y yo le prometí que seria la misma Iserbet, y esa Iserbet tiene un poco de sensibilidad, y quiero cumplirle, por todo lo que ella me dio.
A veces me cuesta respirar, a veces el recuerdo me lastima tanto que siento mi corazón desbocado, hay veces que deseo romper la tranquilidad y volverme destructora.
Todavía me duele recordar como esa noche la cargue por el medio de ese campo desierto entre los brazos sin dejar de mirar su cuerpo.
La cargue por todo ese campo de Australia, hasta sentir el sol acariciarme el rostro, en ese momento solo quería que el sol pudiera quemarme y hacerme polvo como a los demás vampiros.
Trajimos el cuerpo de Sophia, por contactos personales de Dimitri. Y apenas pisar New York busque los datos precisos en donde enterraron a su familia y descanse su cuerpo junto a ellos, se lo debía y es lo que ella hubiese querido, descansar en paz junto a ellos.
Es en este momento es en el cual me pregunto en que dimensión se encuentra, y si sus palabras de que volvería a aparecer en una siguiente vida (para los humanos) era real o lo decía por alucinación.
Creo en la reencarnación, no se porque creo en ella, pero tal vez me surgen tantas preguntas como ¿Por qué algunos desde que nacen sufren? Yo tal vez no lo pueda sentir porque no soy un invento de la naturaleza.
Todavía intento descifrar en esas palabras y buscar en ella una razón, una razón para no sacarme el collar e intentar que el sol me hiciera cenizas.
Se que aunque no se presentase con el mismo cuerpo yo reconocería desde lejos su alma.
Ya no me quedan sueños, y si una vez aprendí a soñar fue por ella, fue porque en nuestro utópico e imposible amor encontrábamos una salida entre los sueños.
Ella me enseño a mirar el mundo diferente, un mundo de colores, de colores sin obscuridad. Ella me lleno de paz la vida, lleno de luz mi obscuro y siniestro corazón. Perdono mis hechos y lucho por mi amor.
¿En donde te puedo encontrar Sophia?
No existe una brújula para encontrarte ni tampoco un libro para revivirte.
Quisiera volver a sentir por un solo instante ese aroma a oliva desprenderse de tu piel, quisiera escuchar esa voz seductora y única melodía para mis oídos. Quisiera poder abrazarte y probar tus cálidos labios una y otra vez.
Siento mi cuerpo pesado mientras camino por las calles de New York, empiezo mi trabajo. Voy escuchando todas las mentes de las personas.
Algunas van inquietas, felices, risueñas, mientras en otras solo reina la tristeza.
Camino lentamente con las manos en los bolsillos de mi saco largo de paño, hasta que escucho el pensamiento peculiar de una adolescente que escuchaba música a todo volumen en su ipod.
“Ella es diferente, ella piensa diferente, ella quiere cambiar el mundo pero teme que el mundo la cambie y que se vuelva estúpida, o monótona como el resto de esa gente que camina a su alrededor.”
Me sorprendo por la profundidad de sus pensamientos, es una chica de esas de alta sociedad, es una de esas personas correspondiente a la minoría que ve las cosas diferentes.
Le falta tanto, todavía le falta el golpe que la sacuda y le muestre como son realmente las cosas en este mundo. Y yo tengo la esperanza de que no pase, ya que esas pequeñas minorías son tan diferentes que la hacen únicas.
Sus pensamientos me recuerdan a las palabras que Sophia me profeso una vez, en la mansión. “Que si en el mundo no encuentras la felicidad, si no encajas en él, si no encuentras razones para vivir, entonces búscalas en tus sueños”.
“Sueño con un mundo. En donde todos podamos mirarnos sin juzgarnos. Un mundo sin fronteras para el amor. Un mundo sin colores, en donde los únicos colores sean los sueños.
Temo perderme en mis sueños, aquellos sueños que me dan las fuerzas para seguir adelante.
Es por eso que busco detrás de las estrellas una inspiración, la fuerzas para seguir adelante. Quiero cambiar el mundo, pero temo que el mundo me cambie, temo volverme monótona para adaptarme a este mundo cruel y superficial.
Es por eso que busco en mis sueños la paz. Una paz que jamás reinara en estos pedazos de tierra.
Prefiero naufragar una eternidad en mi mente, quisiera lograrlo, quisiera hacerlo para no ver el dolor, para no sentir el desasosiego que me invade al ver la obscuridad de este mundo… Y temo, temo convertirme en una mas, en una de esas masas que ya ni sus convicciones recuerda. Quiero cambiar el mundo pero temo que el mundo me cambie.”
Que bellas palabras para un cuerpo tan pequeño si todos pensaran o fueran como ella, las cosas no serian como son. ¡Las cosas serian mejores!
Sin darme cuenta la sigo desde lejos, con la mente puesta en sus pensamientos tan inspiradores, que podrían ser poesías para un escritor sobre “la tristeza, o mas bien la realidad”
Pasando por una gran plazoleta, un hombre la embestía, leo en su mente perversión, cosas que me dan asco y repugnancia por la virilidad.
Ella trata se zafarse de sus brazos pero no puede, es entonces que me acerco por detrás y lo golpeo fuertemente.
- Corre- fue lo primero que dije al ver sus ojos grises asustados.
Ella no pestañeo, corrió con temor, con desesperación de allí.
- Tú- dije violentamente mientras lo alzaba del cuello.
Ese ser repugnante mostraba miedo, desesperación al ver mi rostro totalmente convertido.
- ¿Que eres?- grito exasperante.
Fue solo un instante, ni siquiera quise morderlo, sino que lo desnuque, y cuando estuve a punto de consumir de su sangre, me dio tanto asco, tanta repugnancia que lo deje allí tirado y corrí sin mirar hacia atrás.
Yo no era un héroe, ni tampoco un villano. Era una ridícula bestia acongojada de dolor, una inmunda bestia débil y dolorosa.
Después de esa noche, no he vuelto a consumir sangre humana, me daba asco consumir la sangre de aquellas personas asquerosas, y me daba culpa consumirla de la gente inocente. Pero si seguí haciendo justicia por mano propia, seguí limpiando la suciedad del mundo, como si eso fuese una tarea, una labor o algo que me daba una razón para hacerme sentir la luz que solo con Sophia había visto.
No soy un héroe repito, porque los héroes no tienen obscuridad.
Al principio fue muy difícil abstenerme a la sangre humana, me quemaron y dolieron los pulmones pero en poco tiempo volvía a sentirme la misma, volvía a hacerme irrelevante la sangre, y solo me mantenía con la sangre de los animales.
Con el tiempo aprendí a vivir con su ausencia, sin olvidarla un solo segundo, pensando que tal vez se sentiría un tanto orgullosa de mi. Me seguía doliendo como siempre, pero ya no me sentía tan fuerte esa opresión en el pecho.
¿Esa noche ella me pidió que la recordada?, y es que aunque pasase un siglo no te podría olvidar Sophia, no podría hacerlo.
(…)
Pasaron muchos años, décadas para ser exacta para que sucediera, para que sus palabras fueran creídas por mí.
Todo sucedió de repente, como en esa noche.
Yo caminaba tranquilamente por las calles de New York, mientras sentía la briza cálida del sol acariciarme el rostro.
Esa mañana estaba de un bárbaro humor, presentía que algo bueno me iba a pasar y así fue.
Caminaba alrededor de mucha gente como si fuera una persona más. Caminaba viendo el horizonte cuando sentí un cuerpo chocar con el mío, desde el primer instante sentí un escalofrió recorrerme sin siquiera mirarla la ayude a levantarla. No podía leer su mente algo que me desespero, cuando levante la vista casi me desmayo por la conmoción.
Era ella. Era Sophia, era la imagen viva de Sophia. Me frote levemente los ojos con temor, pensando que seguramente no era más que un sueño. Era la viva imagen de Sophia, solo que tenia algo diferente, un lunar al costado del mentón un pequeño lunar que Sophia no tenia. Iba vestida de una blusa floreada estilo retro, unos jeans y unas sandalias, le daba un estilo jovial y dulce.
Tuve mis dudas, por eso con la mano la ayude a levantarse.
- Lo siento- dije nerviosa, por la felicidad que me inundo.
Nuestras miradas se conectaron por un momento sin que yo pudiera soltar su mano.
No sabia de que hablarle, no sabia que hacer, jamás me puse a repasar en la mente que haría o sentiría en un momento así, porque dentro de todo jamás creí del todo en eso.
Ella soltó bruscamente mi mano con las mejillas sonrojadas, me hizo acordar tanto a Sophia. Aspire profundamente aire nerviosa. Ella se dio media vuelta y disponía a irse, yo pensé que era solo una persona parecida a Sophia ya que si fuera ella me reconocería al instante, y cuando estaba a punto de girarme tristemente, escuche su voz
- ¿Iserbet?- dijo con un tono de desconfianza, con un rostro lleno de extrañeza y nerviosismo.
Dios ella no es una persona mas parecida a Sophia. Ella era Sophia.
Nos quedamos viendo unos segundos, cuando sentí el valor y corrí a abrazarla. Fue entonces que sentí ese aroma a Olivia impregnarme los sentidos.
- Sophia… Sophia- dije conmocionada, mientras la abrazaba fuertemente.
- Iserbet- dijo mientras correspondía mi abrazo- ¿Tú te llamas Iserbet?
- ¿Sophia eres tu?- dije acariciando su rostro.
- Mi nombre es Rachel- profeso serenamente- Perdona, no se de donde te conozco, pero no quise reaccionar de esa manera, mis sentidos me jugaron una mala pasada. Es como si.
- Como si nos conociéramos de otra vida- inmute con una sonrisa de felicidad.
- Así es - dijo avergonzada agachando su cabeza.
- Si me permites un café te lo explicare detalladamente- dije mientras levantaba con un dedo su mentón.
- Ok- dijo sonando nerviosa, mientras íbamos caminando juntas sin rumbo.
- Te he esperado tanto tiempo- inmute sin miedo a su reacción, sabia que ella era Sophia lo sabia.
- Yo he soñado con una mujer parecida a ti, es por eso que grite tu nombre, fue un acto espontaneo lo siento.
- ¿Cuantas veces lo has soñado?- inmute serenamente
- Repetitivamente, desde hace muchos años- dijo ella con confianza. Ahora no había dudas ella era Sophia.
- ¿Son sueños raros?- dije serenamente, cerciorándome.
- Si en mis sueños esa mujer era una vampiresa- inmuto con el ceño fruncido-
Si esto fuera una película, las cámaras tomarían enfoque de nuestro caminar por detrás, hasta que nuestros rastros desaparecieran y la cámara tomara enfoque de un paisaje más hermoso. Mientras una dulce canción suena de fondo.
“A veces los sueños pueden ser la salvación para la tristeza, el incentivo para un futuro incierto”
Ahora ni el destino nos podría separar, porque descubrimos que nuestro amor era eterno, ya no existía ninguna profecía que pudiera acabar nuestro lazo eterno.
Ella era yo, y yo era ella. Éramos una sola persona
Ese momento fue el comienzo de la felicidad.
Hola mica soy Xavier, me encanto este escrito pero no apareció un pesado de la 3 parte así que a ver si me lo pasa por msn después, te reitero que me encanto. Te mando un beso
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