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domingo, 24 de abril de 2011

Te Vi III

Te vi te Ame 3

Habían pasado ya tres meses de relación desde aquella noche, y estos tres meses eh sido plenamente feliz, Victoria es aquella persona que en el fondo siempre había soñado, la única persona que me puede hacer subir y bajar del mundo de fantasía y felicidad que solo con ella compartía. Vic había dejado atrás a esa chica tímida, torpe, aunque sinceramente sigo siendo tan torpe, pero había dejado atrás a esa chica insegura, antisocial, ahora tenia una razón de vida más importante que un futuro prometedor, tenía una razón de vida con un nombre, y eso era el amor. Aquel sentimiento que antes de llegar a estas tierras tenía como referencia a un sentimiento impulsivo que tenían las personas por miedo a la soledad, que confundida que estaba en ese momento, por eso tal vez dicen que no hay que hablar si del tema no se conoce, no hay que distorsionar si no sabes la realidad.

Sus manos me dan las fuerzas necesarias para no desequilibrarme y desmayarme en ese momento. Ahora me arrepentía de ese aliento de valentía que tenia, ¿Por qué yo misma me impulsaba a hacerlo? A gritarle al mundo que era mía, y solo mía, si ahora volvía aquella Anne tímida, aquella Anne temerosa que había dejado atrás. Pero lo necesitaba lo sentía de esa forma, la primera cosa descabellada que se me ocurría tal vez.

Soltarlo todo de una vez en una cena familiar. Estaba preparada para que mis padres me echaran de la casa después de la confesión, pero después de conocerla y descubrir quien realmente era, que no era una piedra viviente, sino como todo el mundo quiero un futuro, busco ser feliz, pero como la mayoría busco sentirme completamente yo misma. En un principio, Vic se helo con esa posibilidad, con mi pedido de plantearlo frente a mi familia, pero luego entendió que era lo que yo necesitaba para ser yo realmente sin esconderme del mundo como lo hacia antes.

Todavía recuerdo esas palabras resonantes en mi cabeza, esa fuerza que saque de sus tactos para plasmarlos en palabras.

“Mamá, Papá y Mile”, yo y Victoria…” tome un segundo de respiración, ante la mirada divertida y tensionada de mis padres por mi nerviosismo.. “yo y Victoria somos pareja” dije agarrando y casi clavándole las uñas a Victoria quien estaba temblando.

Pensé que se levantaría y me agarraría del cabello, o simplemente me diría “vete de mi casa”, pero fue al contrario.

- Eres nuestra hija y te aceptamos tal cual eres- fue lo que dijo mi madre rompiendo el silencio.

- Pensé que me dirías que estabas embarazada- dijo gracioso mi padre- en fin ya lo sospechábamos-

Desde esa noche, pude sentirme completa, pude sentir a la nueva Anne, esa Anne que no temía lo que dirían a las personas, la Anne que podía hacer y sentir diferente y no se oponía a la espontaneidad. Podía besar y sentir a mi pareja donde y cuando yo quisiera.

Después de eso, la relación entre Vic y yo se hizo mucho mas profunda de lo que era. Vic y mi madre tomaron otro tipo de relación también, ella era “como una hija más”.

Pero todo cuento de también tiene obscuridad, y esta vez no fue un tercero, fuimos nosotras misma.

Vic en nuestro cuarto mes de relación había cambiado, la sentía mas distante, y eso me dolía, me hacia sentir insegura, me hacia pensar lo peor.

Ya no era la misma, la que siempre me apoyaba cuando todo salía mal, la que me amaba sin cesar, la que llenaba mi alma. Estaba distante, pensativa, fría.

- Vic se que no debería hacerlo- dije nerviosa- sentada en la plaza del centro.

- ¿Qué cosa?- dijo con la mirada perdida.

- Estas un poco rara, ¿es por mi?- dije tratando de verla- porque si es por mi quiero que me lo digas.

- No, y no estoy rara, deja de hablar- dijo colocándose unos audífonos en el oído.

Yo solo trataba de aguantar, de no llorar, sabia que esto tal vez se arreglaría y volveríamos a ser lo que era antes tal vez, no obstante ella no me dejaba ir a su casa no se cual era la razón, pero me dolía mas su indiferencia.

Llego septiembre llegaron mis cumpleaños numero 17, no hice una gran fiesta, porque quería pasar tiempo a solas con ella.

Mis padres habían viajado a Atenas de vacaciones, en realidad habían viajado en Febrero y todavía no llegaban.

Por esto mismo, tenía la casa para mi misma, y solo me faltaba algo para completar los momentos vividos con Vic, una noche, un deseo, un placer, un amor, en un noche.

Creo que las dos sabíamos que pasaría cuando nos sentamos en la sala de la casa llena de velas y comida.

Cenamos sin hablar, sin dejar de mirarnos. Ella estaba absorta pérdida, tenía la mirada un tanto triste, y yo temía preguntarle y que me contestase tan secamente como el último mes lo había hecho.

Pero en la sala que con tanto amor había preparado, seguía renaciendo un clima de tensión y silencio, y en un acto de impulso le pedí, le suplique, que esta noche me amara como lo había hecho hace cuatro meses atrás, sin remordimientos, y que esta primera vez lo pudiera recordar por siempre.

- Por favor, no te pido que seas fantástica conmigo ni que me trates como una reina- ella trataba de hablar pero la silencie con un dedo en la boca- solo regálame esta noche, solo eso, y mañana veremos como seguirá todo esto- dije entre sollozos.

Ella no hablo, simplemente me beso apasionadamente como hacia tiempo no lo hacia, volviendo a renacer en mi esos cosquilleos que tanto extrañaba, esa pasión y ese ardor que sentía cada vez que lo hacia.

En ese momento no había retorno, me había entregado completamente al amor, me había entregado a ella. Que sin dudar me llevo lentamente sin dejar de besarme a mi habitación, donde lentamente sin dejar de besar cada milímetro de mi mil me desnudo por completo a su merced. Pude notar en sus ojos un rabillo de deseo que hacia mucho no veía.

- Me entro a ti, hazme tuya sin pensar mi amor- dije besándola suavemente.

La desvestí casi apresurada por la pasión y el ardor que sentía entre mis piernas, y un cosquilleo insoportable en mi estomago.

Nos entregamos al placer, sin dejar de besarnos, acariciarnos y saciar nuestros mas profundos deseos esa noche.

Jamás podría olvidar sus jadeos, sus gemidos, y todas las nuevas sensaciones que su boca y sus manos en mi sexo me hizo sentir, como perdí mi virginidad con la persona que mas amaba en este mundo, con mi razón de vida, como recorría con tanta pasión cada centímetro de mi piel, marcando territorio con su saliva, sabiendo de antemano que siempre seria suya.

Jamás podría olvidar su llegada al placer descomunal que me indicaba el final y el comienzo de otra aventura de dos cuerpos amándose sin tiempo y sin miedo.

Antes de quedarme dormida entre sus brazos llegada el amanecer me susurra suavemente en el oído.

- Prométeme que no olvidadas esta noche, pase lo que pase- dice besando mi frente y entrelazando nuestras manos.

- Jamás podría hacerlo- dije besando tiernamente su nariz.

Sin tomar mayor importancia a sus palabras que al día siguiente tendrían mayor resonancia en mí, me quede dormida entre sus brazos.

Al día siguiente me levante por los rayos de sol que daban indicio de lo tarde que ya era, me sentía feliz plena. Sentía su olor en cada polo de mi piel, ese olor que ni en millones de años se borrarían de mi olfato.

Me levanto no sin antes tratar de espiarla durmiendo, pero mi sorpresa es mayor cuando me veo sola en mi habitación.

Me coloco rápidamente la bata, y voy a ver en que lugar de la casa esta.

- ¿Vic amor donde estas?- grito pero nadie me contesta.

Ella no estaba se había ido, me entro un manojo de nervios y miedo que jamás había sentido, sentí flaquear mis piernas y tumbarme sin sentido en el piso de la sala, llorando sin poder detener las lagrimas que corrían de mis ojos, sintiéndome tan estúpida por haberla perdido, por haberlo intentado, por obligarla a amarme esa noche, mientras mis miedos galopaban la verdad esta verdad, que ella se iría, que ella me dejaría, como en el fondo de mi ser estas ultimas semana lo presentía.

Llamaba por teléfono como una loca sin cesar.

Cuando me dispongo a ir a su casa sin pensar en lo que pasaría o que sucedería.

Me encuentro con Alberto en la entrada de su casa.

- ¿Alberto, esta Victoria?, necesito hablar con ella un segundo- dije sin poder ocultar el enrojecimiento y el hinchazón de mis ojos, “tal vez halla una explicación” me decía a mi misma, sintiendo ese temor que se adueñaba de mi cuerpo y calaba mis sentidos.

- No señorita, la señorita Victoria se fue esta mañana a Suiza- dijo Alberto rompiendo con toda las pequeñas fuerzas que tenia, que todavía me dejaban vivir.- no este mal señorita- decía Alberto tratando de calmar mis fuertes lagrimas, sentía un nudo en la garganta fuerte y un dolor estrujar mi estomago que no podía detener.- mire esta carta me dio ella para usted- decía el.

y ante eso, no pude hacer otra cosa que correr, correr ¿de quien?, ¿de que?, si aunque corriera y corriera como la primera vez que llegue a esta ciudad, que corrí sin rumbo por el dolor que estrujaba mi corazón, el dolor no se podía borrar, porque estaba allí, recordándome que la había perdido, maldiciéndome por haber perdido a la única persona que había querido mas que a mi vida, recordándome quien era frente a algo tan gigantesco, y perdí toda esa seguridad que solo ella sabia darme.

No sentía mis piernas, no podía pensar, solo sentía los latidos de mi corazón sin cesar, y esas lagrimas que corrían de mis mejillas.

Sin darme cuenta de nada, ya era tarde y yo estaba en la plaza solitaria por el frio que hacia, un frio que no sentía mi cuerpo solo mi corazón por su ausencia.

¿Y para que mierda existe el amor, si después del amor solo lagrimas llegan? Me dije a mi misma, tratando de culparla por el dolor que sentía, pero no podía culpar a lo que me había hecho tan feliz por tanto tiempo. No podía no quería, y no debía.

El viento soplaba en mi rostro, tan frio tan helado, como la carta que me había escrito.

“Se que después de esto, tal vez no nos volvamos a ver, Pero quiero que sepas que no me arrepiento de todo lo que paso, Pero como todo comienzo tiene un final y nuestra relación es imposible, tal vez el amor se me halla agotado, pero lo que viví contigo nadie me lo va a quitar de la memoria, pero te dejo ir, quiero que seas libre, quiero que seas feliz, algo que conmigo jamás podrás hacerlo, no puedo vivir pensando que dirán los demás, yo no naci para esto.

“Lo siento Vic”

¿Y vos que sabes victoria como sabes que sin ti podre vivir?, ¿no te dije mil millones de veces que sos la única razón por la que respiro?

Esta no es la Victoria que soñé, la Victoria de la que me enamore, la Victoria por la que estoy loca, esta es una mujer cobarde llena de escrúpulos, solo eso es.

¿Qué se siente Victoria?, te llevaste mi corazón, mi alma, mi orgullo te llevaste todo lo que me sostenía con tu partida, y ¿ahora como vivo después de vos?

Sentada sollozada, perdida, sin saber que hacer o que sentir, con el frio helándome el cuerpo y un dolor que jamás había sentido, ya no podía mas, sentía romper mis parpados de tanto llorar, sentí que vomitaría en cualquier momento del dolor de estomago, pero nada dolía mas que saber que no volvería a estar en mi vida.

Se hizo mas tarde, y sin darme cuenta de mundo que me rodeaba y el horario que era.

- ¿Niña que haces sola con este tiempo?- me decía un señor un poco mayor con voz amable

A lo que solo lo mire con un gesto de indiferencia y se fue.

- Oye si que esta buena esta tía- escuchaba, sin prestar la más mínima atención.

- ¿Qué te paso cariño?- eran dos jóvenes, un poco tomados, tenia que salir corriendo de allí, lo sabia y lo presentía, pero mucho me importaba que pasaría con mi vida, ya no tenia vida, después de Victoria ya no había vida para mi.

Siento como estos dos, me tocan, me meten manos, pero no puedo hacer nada, no puedo moverme no quiero hacerlo.

Hasta que vuelvo a la realidad cuando uno de estos me da un beso tan asqueroso en los labios y le pego una patada en los testículos, intento correr, pero siento mi cuerpo tan cansado, tan agitado.

Corro a la derecha por donde por lo menos hay penumbra, pero con este frio y a ese horario hay pocas personas en las calles, ellos se acercan a pasos rápidos y yo veo mi final cerca.

Lo peor es cuando tropecé con el charco de agua y me caí de boca.

- Espera no te vallas- se escuchaba las voces mas cerca.

- Déjenme en paz- grito sin cesar con la esperanza de que alguien me escuchara, aunque tengo la voz ronca.

Uno de ellos me sujeta e intenta quitarme la ropa.

- Auxilio- grito, al tiempo que uno de ellos, el más grande, de pelo cobrizo y contextura atlética me pega un golpe en el rostro.

Ante eso siento mis flaquezas debilitarse.

- Déjenla hijos de puta- se escuchaba desde el fondo. Al tiempo que dos chicos agarraban a cada uno.

- Oye estas bien guapa- era ella, era Olivia.

- No- dije abrazándola.

- Vamos todo va a estar bien Anne tranquila- dijo con esa sonrisa que parecía nunca perder, esa sonrisa coqueta.

Veía como los dos chicos de seguridad de Olivia golpeaban sin cesar a los dos estúpidos.

- Señorita Olivia, por favor entre al coche junto con Jaime- al parecer era un tercer hombre de seguridad.

Olivia y Jaime, me subieron lentamente al Mercedes GLK 350 de Olivia.

Jaime se puso en el rol de conductor, mientras Olivia, me abrazaba.

- ¿Pero que te paso Anne, fueron ellos?- dijo Olivia suavemente sin dejar de sujetarme.

- Fue fue- solo recordarla me hacia volver a llorar. Fue entonces que Olivia agarro la carta que tenia apretada en la mano fuertemente, y la leyó, después de leerla dijo.

- Jaime a la casa de Victoria Pardo- dijo furiosa- le voy a romper el culo a esa tía estúpida-

- Ella ella- dije sin poder dejar de llorar.

- Shhhh.- dijo tranquilizándome- Ella me las va a pagar por dejarte asi, hija de puta será- dijo molesta.

- Ella se fue, se fue me dejo- dije tartamudeando.

- ¿Cómo que se fue?-

Yo solo afirmaba.

- Tranquila, todo va a salir bien, voy a estar contigo Anne- dijo sujetando mi rostro- Jaime, quiero que esos dos putazos sufran mucho, tratar de violar a una mujer en estas condiciones, malditos putos- dime algo Anne dime algo que no me podre controlar-

- Tranquila- dije con una sonrisa disimulada.

- ¿Qué hago señorita?, ¿la llevo a su casa?- decía Jaime.

- Si- dijo Olivia.

Me dormí entre sus brazos no sin antes escuchar lo último que me dijo.

- Por dios, no soporto verte así-

Después de una hora llegamos a su casa, era inmensa, tan grande como la de Vic.

Solo que esta tenía un diseño diferente.

Tenia un estanque gigante enfrente, la casa era de color blanco de dos pisos pero mas ancha que la de Vic.

- Vamos Jaime ayúdame- decía sujetándome de hombro.

Sentía flaquear todas mis piernas. Y al entrar a la casa, me desmaye del frio y del cansancio físico y mental que tenia.

Victoria, soñé que nos amábamos otra vez, que te despertabas junto a mí, soñé que me decías que me amabas como antes lo hacías, soñé que me comías con la mirada que tanto me gusta, soñé que me prometías amor eterno

Pero solo lo soñé, solo soñé lo que desearía. Fue un simple sueño porque eso nunca pasaría.

Me levanto pesadamente con el sol acariciándome, y un olor a jazmín invadiendo mis sentidos. No conozco la habitación, jamás la había visto, era inmensa, paredes blancas, una cama sumamente cómoda en forma rectangular. Sillones a los costados y una pequeña mesita de luz.

- Señorita Olivia, ah despertado- se escucha un grito que me calan los oídos.

- Shh bruta no grites- decía riendo Olivia a lo que parecía ser su mucama por el uniforme que llevaba.

- Hola bella durmiente- me dice mirándome con mucha ternura.

- ¿Hace cuanto estoy aquí?

- Dos días, tenias mucha fiebre no se te bajaba, fuimos a tu casa pero no había nadie.

- Si mis padres están de vacaciones- dije agarrándome la cabeza del dolor.

- Mamá ha despertado- gritaba Olivia desde el umbral de la puerta.

Al tiempo entraba a la habitación una señora muy elegante de estatura mediana y de unos 45 o 50 años.

- Hola Anne, espero que te encuentres bien-

- Si lo estoy gracias- decía tratando de levantarme- no quiero causarles mas problemas-

- No como crees- dijo la señora- cualquier amiga de mi hija es bienvenida en esta casa- dijo impidiéndome pararme.

- Anne, debes avisarle a tus padres- decía Olivia entregándome un teléfono

Marque al numero celular de mi madre, mientras todas me dejaban sola en la habitación, le contaba todo lo que sucedió entre lagrimas, que ya ni salian por lo que habían brotado aquella tarde.

cuídate que la semana que viene nos regresamos, te amamos” me dijo tristemente mi madre.

No sin antes pedirme que le pasara con Olivia, no sabia que le diría, pero se lo di, Oliva con su sonrisa coqueta de siempre simplemente decía “Si señora, no no se preocupe, estará todo bien”

Después de colgar, ella me miraba con esos ojos brillosos que solo Victoria poseía y me hacían temblar.

- ¿Que?- dije riendo ante la mirada penetrante de Olivia.

- Tu madre dijo que te cuide, así que te tendrás que quedar en mi casa hasta que ella vuelva, no se te ocurra hacer una locura como la otra noche-

Yo solo esquive su mirada y recordé aquel día, volví a flaquear y otra vez sentía morirme de dolor.

- Olivia, no quiero estorbar, por favor déjame ir-

- ¿Para que hagas la locura del otro día?, y que Victoria se alegre que justamente esa tarde tenia una fiesta de té con la estúpida elite y pase por esa calle, porque si te llegaba a pasar algo, iba a Suiza y yo misma le clavaba la raqueta en el culo- dijo sin dejar de sonreír, y con un tono un poco molesto.

- ¿sabes en que parte de suiza esta?- dije asombrada.

- Claro que si, esta en uno de esos internados de tenis, pero tu sabes que no vale la pena ir, ella es así y siempre será así, tu mereces algo mejor Anne-

- ¿haber que merezco Olivia?- dije fastidiada

- A cualquier persona que no te haga llorar y te quiera de verdad, pero yo no te lo impido, si tu quieres vamos a ese internado yo te acompaño, pero si eres mas inteligente sabrás que es perder el tiempo.-

Ella tenia razón, Vic me había dejado claro que quería y que clase de persona era, no se porque había cambiado de esa manera, pero ahí esta el lema, “el amor se mide cuando el placer acaba” tan poco me querías Vic, que me dejaste tirada en la cama después de aburrirte de mi.

Pase esos tres días en la casa de Olivia, eran personas muy humildes a pesar de todo lo que tenían, tal vez esta faceta de Olivia nadie la conocía, su madre era adorable, y su padre era reservado pero muy amable.

Lo que me gustaba de Olivia era esa sonrisa que en ningún momento lo perdía, siempre buscaba una u otra forma de hacerme sentir mejor.

Solo junto a ella, y su humor quisquilloso, pude olvidarme un momento de mi diosa del Olimpo, de mi ángel y mi demonio, de la persona que mas feliz me hizo y más tristeza me causo.


No te olvido, no olvido que me hiciste volar, pero por alguna u otra razón siempre recordamos lo malo ante lo bueno.

Jure jamás olvidarte y no lo hice, ni tampoco lo hare.

El que no estés presente no anula mi recuerdo, solo quisiera verte y gritarte, gritarte lo cobarde y mala que fuiste. Y como Olivia me levanto del infierno que viví, incluso después que mis padres vinieron intente muchas veces quitarme la vida, para no sentir el dolor y el vacio que yacía en mi alma.

Tú me volviste loca de amor, de deseo, de sueños, para luego matarlo de golpe con tu partida.

No te quiero olvidar, pero solo quiero aprender a vivir con tu recuerdo.


Después de dos meses, pude recomponerme, me hice la idea de que ella tenia la culpa, para dejar de sufrir de esa manera, de que todo lo que tiene un principio tiene un final, de que tal vez aparecería alguien que me entregara sinceramente su corazón, y sin escrúpulos pudiera amarme.

Una tarde me toco llevar a Mile al Club, sentí un desasosiego enorme al recordar toda esa tarde, que me pidió de forma espontanea ser su novia, la recordé completamente, aun así no le deseaba el mal y esperaba que fuese esa gran tenista que tanto anhelaba.

Me senté en una banca, y con la mirada perdida me decidí ese día liberarla de mi mente y mi corazón, ya todo había pasado y recordarla solo me haría sufrir ya mucho daño me había hecho, y a muchas terapias tuve que recurrir.

- ¿Quieres?- era la voz de la mujer del aroma de flores silvestre, de sonrisa coqueta, de una figura espectacular, de un cabello majestuoso y de unos ojos hermosos, la persona que me ayudo a ver la vida desde otro punto de vista que no fuera Victoria.

- ¿Qué cosa?- dije de inmediato.

- Umm, el helado boba- dijo sonriente como siempre- ¿esta rico quieres?-

- Si, pero solo tienes uno-

- La idea es que digas si y yo te diría cómprate uno, pero como veo que quieres vamos que te compro otro- decía burlona Olivia.

- ¿Y me debo reír Oli?- dije usando su nombre en diminutivo, sabia que le encantaba.

- Mmm, solo quería ver una pequeña sonrisa de ese rostro tan amargo- decía con muecas y no pude evitar sonrojarme y sonreír.

- Así me gusta- dijo corriendo un mechón de mi cabello.

- ¿Vamos?- me dijo tendiéndome la mano.

Cuando estábamos saliendo del club, nos cruzamos con Ortiz y Josefina. Y demás chicas que no conocía.

La mayoría saludaron a Olivia menos estas dos.

- Un clavo saca a otro clavo Josefina- decía Ortiz rebajándome con la mirada.

- Eso dicen, pero quien sabe con las zorras quizás quieran dos cosas a la vez- dijo Josefina

- Hablo la gran Josefina, ¿sabes como me tuve que deshacer del molesto de tu ex novio que me acosaba todos los días?- decía Olivia sin dejar de mostrar su sonrisa coqueta.

- Cállate zorra- decía Josefina claramente alterada.

- Pobre, si se acerca a mas de 10 metros de mi, va a la cárcel por tiempo indefinido-

- Vamos Olivia- dije agarrando fuertemente su mano y corriendo de allí, no quería recordar nada relacionado con Vic, por eso también me había cambiado de colegio, para que estas no me molestasen, se veía claramente que su amiga no les había explicado como había terminado todo.

Me senté en una de las bancas del bar de la cuadra cercana, estaba muy tensa, muy nerviosa.

- Que cruel es el amor- dijo casi en un susurro Olivia.

- Tu que sabes que es Olivia- dije molesta.

- Solo decía, y para tu información si se lo que es- decía sin dejar de sonreír.

- Cuando dejes de sonreír y reírte sabré si te burlas o hablas enserio- dije claramente enfadada.

- Vamos, a mal tiempo buena cara- dijo profesándome una de sus sonrisas más hermosas.

- Calla-

- No callo- dijo tocando mi nariz- pip

- ¿Pip que?- decía mas nerviosa.

- Pip tu nariz boba.

- ¿te parece gracioso?- dije claramente irritada.

- Es que, es quee- dijo en una gran carcajada- tienes que ver tu rostro cuando te enojas, eres tan agraciada jajaja-

- Bueno bueno, perdón, mi corazón- dijo poniéndose seria- es que no te quiero ver triste por esas idiotas, no soporto que te hagan daño- dijo acariciando mi mano.

Cada vez que estoy con Olivia, puedo encontrar la paz, sin recordarla, puedo sentirme bien.

Tomamos el helado y hablamos de cosas triviales, como lo hacíamos estos últimos dos meses.

- Anne mi madre te invita a la fiesta de té de la elite- dijo nerviosa y sonrojada era muy graciosa verla así por primera vez, ver destellar su gran seguridad- pero entenderás que ahí van puras viejas y chicas idiotas así que si no deseas ir no vallas-

- ¿Porque dices idiotas a tus amigas?- dije sonriendo ante su reacción

- No hablo de mis amigas tonta, esas son conocidas, porque me choca que sean tan sangronas- (Olivia Pinto, quien diría que tu serias tan dulce y reservada, detrás de esa mujer tan sexual, tan sensual, tan coqueta, “tan egocéntrica”, se encontraba un ser lleno de ternura y amor)

- ¿En que piensas Anne?- dijo penetrándome con sus ojos azules.

- En como has cambiado mi idea sobre ti- dije sosteniéndole la mirada- pensaba que eras como esas chicas Ortiz y Josefina, Martina, o peor que ellas-

- Mmm- dije riendo.

- Te hablo enserio tonta-

- Es que nadie puede con mis encantos- dijo bromeando.

- A si, pues yo me voy a creer eso que me gustan las mas populares- dije bromeando, pero ante esto se le borro la sonrisa de satisfacción.

- Bueno pero yo soy una “Means Girls” buena- dijo arqueando las cejas nunca dejaba de bromear- Y bueno guapa, ¿iras a la bendita reunión de té?

- Claro que si, recuerda que sigo siendo una nerd.

¿Que me gustaba de Olivia?, que ella se podía comer el mundo y no le importaría jamás lo que los demás pensaran, que podría reír cuando en verdad estaba sangrando por dentro, junto a ella podía ser mejor persona, podía ser feliz un momento, ella era sincera y a diferencia de Victoria, me daba la seguridad como amiga que jamás me lastimaría de la forma en que ella lo hizo, a diferencia de la diosa del Olimpo no era posesiva pero si sobre protectora, valla líos en los que siempre me meto. Pero Olivia era mi amiga y así seguiría siendo, no podría soportar mi corazón roto una vez más.

Olivia mas tarde nos llevo a casa a mi y a Mile porque se había hecho muy tarde.

Ya en el portal de la puerta.

- Olivia quieres pasar a cenar- preguntaba mi madre desde la sala.

- Si claro- decía Olivia con una sonrisa de oreja a oreja.

- Oli, Oli, ¿quieres jugar conmigo?- decía la pequeña latosa que aumento 20 cm, asi que calculo tendría 1,50 m.

- Mmm, Mile sabes que no me gustan las muñecas me dan miedo, pero fíjate en mi bolso que ahí tengo algo para ti- decía Olivia con muecas.

- Ya vuelvo me voy a cambiar- dije subiendo rápidamente la puerta.

Me saco, la ropa casual que llevaba sin darme cuenta que Olivia me observaba en el umbral de la puerta.

- Que haces aquí- dije lanzándole una sandalia ya que me había visto en ropa interior.

- Uii, pero si eres así de mala y así de hermosa dios- decía Olivia

- Fuera fuera- dije sonrojada y riéndome de la situación.

Después de cerrar la puerta con llave baje con una ropa deportiva mas cómoda, lista para cenar, cuando baje, vi a Mile con una barbie de las ultimas no le preste mucha atención solo me dio gracia los ojos brillantes que estas tenían.

La cena iba muy bien, Olivia ya conocía con anterioridad a mis padres y se llevaba demasiado bien con mi madre, puedo hasta decir que la quería más que a Vic, eso parece, pero no lo dije yo, lo dijo ella.

Como dije todo iba muy bien hasta que a mi padre se le ocurre hacer la pregunta estúpida del año, o del siglo para el.

- ¿Oli tu estas saliendo con Anne?- dijo al tiempo que vi como el rostro de Olivia se tornaba rojizo.

- Esteee, no no señor- dijo muy nerviosa- pero es porque ella no me deja- dijo luego recuperando su seguridad de siempre.

Casi me atraganto la comida cuando dijo esto, ante la risa de Olivia y mi madre.

- Umm, debería, no hay otra mejor opción para Anne en este universo- dijo mi madre metida metiendo el dedo en la yaga- vamos que es verdad, mira a Olivia- decía viéndome ya que después de lo que dijo la mire con una mirada asesina.

Después de eso ya no hubo charlas incomodas.

Nos despedimos de Olivia, como acostumbrábamos a hacer.

- Salúdame a tu madre hija- decía mi madre estrechándole su abrazo habitual.

- Si lo hare, es mas ella les manda saludos-

Al día siguiente me tocaba la fiesta de té y estaba muy entusiasmada por conocer a las personas del entorno de Olivia, no se porque esta idea me parecía espectacular, y bueno también sigo siendo una rata de laboratorio, otra cosa aburrida no tendría para hacer.

Me vestí apropiadamente, nada de casual, sino que un vestido muy chic un poco informal, pero sin dejar de lado el glamour de color amarillo, con un saco de paño negro hasta las rodillas para no morirme congelada, unas sandalias estilo botitas de cuero negro que quedaba realmente bien con el vestido, y el pelo recogido.

Estuve esperando ese sábado una hora y media, a Olivia, hasta que esta llego con otro auto que no era su Mercedes GLK 350, sino que llego con otro auto un BMW descapotable negro.

- Hola- dijo saludándome con un beso en la mejilla, estaba preciosa, llevaba puesto un vestido de color blanco y un saco de paño negro, el vestido era sencillo pero dejaba relucir su hermosas curvas, tenia pequeños retoques de maquillajes y el pelo semi recogido.

- Woau, estas hermosa- dijo sonriendo como siempre, dándome una pequeña vuelta- vamos que llegamos tarde, dijo abriéndome la puerta de su BM-

- Tendremos que subir la capota, no quiero que se te arruine el cabello- dijo apretando un botón.

Cuando íbamos camino al salón, coloque encima de la mano de Oli la mía, con ella me sentía segura, me sentía protegida, me sentía querida.

- Oye, se que no hemos hablado mucho del asunto- dijo Oli risueña- pero que somos tu y yo Anne- dijo un poco nerviosa.

Yo no sabia que contestarle, ni siquiera yo sabia la respuesta de su pregunta, ¿Qué éramos Olivia?, vos sos la persona que me sostuvo del calvario que viví, la que me apoyo en estos tres meses, la que con una simple sonrisa me hizo por unos minutos olvidarla, la única persona con la que podría soñar ser feliz después de ella, con la única que podría intentar algo sin recordar su olor, sus ojos, sus besos, sus palabras, estaba sumamente confundida, miedo no sentía, porque sabia que Olivia no era igual que Vic, Oli era pura y sincera, y con tan poco tiempo había aprendido a ver su corazón a través de sus ojos, era mas liberal a diferencia de Vic, tomaba las cosas a la ligera sin importancia, y jamás dejaba de sonreír aunque en su mundo hubiera tormenta.

- No lo se Oli- dije retirando mi mano de la suya- sabes que todavía no puedo olvidar lo que viví- dije en un impulso con la mirada en la ventanilla.

- He esperado mucho tiempo, y lo seguiré haciendo- dijo tomándome del mentón y sonriendo.

- Pero-

- No hay peros Anne, creo que sabes lo que siento por ti- dijo mirando el camino- no hace falta ser adivino tampoco, pero solo quería que lo sepas, no digas nada.

Podría seguir mintiendo, mintiéndoles a ustedes que ya la olvide mintiéndome a mi, que ya no la quiero, que me da igual lo que le pase, que puedo continuar sin ella, ¿pero a quien puedo engañar?.

Aun así, al igual que todo el mundo busco ser feliz, busco mi destino, desafiando la melancolía y la tristeza de un amor perdido, y la única que puede hacerme volar una vez mas es ella, es Oli, es mi héroe, es el hermoso ángel oculto tras esa figura risueña y sensual.

Llegamos al salón, de un tamaño intermedio, sin ser excesivamente grande, pero tampoco se puede llamar pequeño.

En el unas cuantas mujeres mayores, y unas chicas que parecían mas delicadas que la porcelana, todas vestida de una manera elegante, sentadas en pequeños grupos con pequeñas mesas de te, había un pequeño escenario, con orquestas y pianos.

Yo me sentí tan nerviosa, tan vulnerable ante las miradas penetrantes de aquellas chicas soberbias de alta sociedad.

- Tranquila- me decía Olivia agarrándome de la mano y viéndome directamente a los ojos, con una pequeña sonrisa.

Yo solo afirmaba, despacio, y me deje conducir por ella a una mesa donde extensa redonda, donde había unas cinco chicas hablando todas a la vez.

- Hola Olivia- decían todas al unisonó.

- Hola chicas, ya vengo, tengo que saludar a mi madre- dijo agarrándome la mano otra vez y dirigiéndose donde estaba su madre.

- Hola Anne, que bueno que hallas venido- decía La señora Rebecca Pintos.

- Hola señora-

- ¿Cómo que señora, en que habíamos quedado?- dijo sonriendo como siempre

- Perdón Rebecca es falta de costumbre.

- En verdad estas muy bonita- dijo Rebecca- ¿oye y ya Oli te lo pidió?-dijo a la vez que Olivia se sonrojaba.

- ¿Qué cosa?- dije extrañada.

- Eso ya sabes- dijo Rebecca

- Calla mamá- dijo Olivia

- ¿A como que todavía no son novias?- dijo inmutando unos gestos de dudas.

- ¿Cómo?- dije abriendo los ojos como platos.

- Nada Anne, es que esta vieja se fumo una sustancias sospechosas.

- Pero- dijo la mamá tratando de retarla.

- Pero nada, después nos vemos mamá- dijo Olivia sujetándome del brazo y llevándome a la mesa de la que nos fuimos

Nos sentamos en esa mesa, yo estaba verdaderamente incomoda, todas las miradas iban dirigidas hacia mi, Olivia con su simpatía de siempre hablaba con las chicas, presentándome, pude entablar charlas triviales, pero entre esas chicas y yo no había nada en común, de lo único que hablaban era de modas, y solo criticaban a las demás chicas.

En un tiempo cuando Martina se lleva a Olivia para hablar con las demás chicas de las otras mesas, me quedo con las seis chicas, que trataban de entablar una conversación con su mayor esfuerzo, aunque yo no le tomaba mayor importancia a lo que decían, hasta que una chica se sienta alado mío y les comenta un chisme a estas.

- Se enteraron- decía esta excitada.

- ¿No que es?- decía una de ellas emocionada.

- Victoria Pardo, esta saliendo con alguien- esto hizo un eco en mi corazón, volviendo a mi todos los recuerdos, y ese dolor estomacal que habia sentido el día de su partida.

- ¿Pero ella no estaba en Suiza?- decía una de ellas.

- Si, miren esto- decía mostrando en la Netbook una foto de Vic besándose con un chico muy apuesto, en una calle- Vieron, recién lo subieron en la web-

- Pobre Manu, cuando se entere se va a querer morir- dijo la misma que pregunto.

- ¿Cómo pero no había terminado hace como un año con Manuel?- dije agitada y nerviosa, tratando de disimular mis ganas de llorar.

- ¿Cómo?, si hace 3 meses lo dejo cuando se iba a Suiza-

No, no puede ser, esto no puede ser verdad, dije repitiéndomelo en la mente.

- ¿Tu no eras su amiga?, ¿No lo sabias Anne?- decía la misma chica, yo ya no podía escuchar, sentía mi garganta seca y mis lagrimas apunto de explotar- ¿Olivia no te lo dijo?- seguía preguntando con gestos de dudas la chica de cabello castaño oscuro y piel trigueña.

- ¿Olivia sabia?- dije aun mas sorprendida.

- Pues claro, aca todos sabemos todo- dijo sonriendo.

- No me dijo- dije tratando de respirar.

- Ostias, ¿de que están hablando?- dijo Martina que aparecía con Olivia.

- De que Victoria, tiene nueva pareja- al decir esto la chica, yo solo pude ver la cara de sorpresa de Olivia, no puede ser que ella me halla ocultado esto, que Victoria jugaba conmigo y Manuel, no puede ser.

Sin poder pensar Salí corriendo de allí, sin saber donde correr subí las escaleras, y me fui a un inmenso balcón, no quería escuchar los gritos de Olivia, no quería detenerme, y mirar a esas arpías risueñas riéndose de mi dolor. Cerré la puerta que separaba el balcón con el salón de arriba.

- Anne ábreme- decia Olivia golpeando la puerta.

Yo solo lloraba desconsoladamente sin escucharla. Como un ángel como Vic, puede convertirse en un demonio en tan poco tiempo, vez Anne, tu que crees que ella te puede amar, fuiste solo una aventura, se aburrió de vos y te dejo a la adherida.

- Te explico Anne, yo te explico- decía desesperada Olivia.

Le abrí la puerta sin poder mirarla a los ojos, me acerque al borde del balcón, tratando de calmar mis lagrimas.

- Dime que es mentira- dije entre lágrimas.

- Creo que no- dijo cerrando la puerta.

- No lo de la foto- dije llorando aun más- lo de Manuel.

Ella se quedo sin hablar, sin poder verme a los ojos.

- Lo sabias, y no me lo dijiste- dije rabiosa.

- ¿Para que quieras que te lo diga?- dijo una Olivia con tono agudo- ¿para que te sientas inferior, para que intentes suicidarte otra vez?, tus padres y yo hemos levantado y recogido cada uno de tus pedazos para volver a reconstruirte, y no iba a dejar que una estúpida que jugo contigo pueda lastimarte otra vez aunque no estuviera aquí- dijo Olivia con enojo y con los ojos vidriosos

- Me entere, después de encontrarte en el shopping de mi padre, después de eso no quería meterme pensé que eras solo un capricho para mi.

- ¿Y lo soy, así como lo era para Victoria?- dije secándome las lagrimas.

- Como tu puedes creer eso, desde aquella noche en que te encontré destruida, tu eres otra persona para mi, te volviste todo para mi, lo mas importante que tenia- dijo desesperada- entiéndelo Anne, si yo te lo decía te iba a destruir mas, preferí callar y esperar a que la olvidadas sin odiarla para después esperar algo cuando estuvieras reconstruida, si te decía eso, la odiarías y yo- dijo esto ultimo llorando-yo no podía aprovecharme de esa situación, porque te amo enteramente, aunque eres insoportable a veces, pero te amo como eres, y no eres un capricho para mi.

- Yo siempre te quise asi, torpe, sincera, vulnerable, no quiero que esto te llene de odio, quiero que seas siendo pura y honesta, como la Anne de la que mi corazón se enamoro.

Después de decirme esto sujeto mis manos, y me abrazo, y llore desconsoladamente en su hombro.

- Shh, tranquila, aquí estoy, y aquí estaré por siempre- decía apretándome mas.

- Ella, Oli, ella jugo conmigo.

- Si, dime si quieres que valla a golpearla- decía otra vez sonriendo, y secando mis lágrimas.

Un silencio se apodero de las dos, un silencio cómodo.

¿Cuántas lágrimas caerán más por tus mentiras Victoria?, tu siempre fuiste de alguien mas, nunca me amaste, simplemente fui un juego para vos Victoria, un tonto y simple juego, fuiste mi cielo, y hoy sos mi infierno, pensé que eras diferentes que esas chicas, pensé que eras única, un ángel caído del cielo hecho solo para mi, eso me hiciste creer, y no era mas que tu simple amante, la estúpida que te divertida cuando el no estaba. Que idiota eh sido en todo este tiempo, tratando de olvidar algo que jamás fue. Tratando de guardar en lo más profundo de mí ser a una mierda sin escrúpulos.

No se porque lloro, porque de mis ojos salen lagrimas que no mereces, eras todo para mi Victoria, y hoy simplemente soy un eco de lo que era por todo el daño que me hiciste, quisiera verte, para gritarte, para poder sacarte esa sonrisa de satisfacción que me mostrabas cada vez que te decía te amo, ¿Y todas esas mentiras que solo yo me las trague, y todas esas noches que me decías que me amaba y que seriamos una sola por el resto de nuestras vidas?, todo eso quedo a la adherida, cuando te sacaste la careta de ángel para volverte un demonio, para mostrarme quien eras en verdad, para degollar otra vez mi corazón, que no podrá dejar de sangrar otra vez, sos una mentirosa, una mala persona, pero aun así no puedo dejar de amarte como la primera vez que te vi, no puedo arrancarte por completo de mi, sin que de mis ojos salgan lagrimas y en mi pecho se cree una presión gigantesca que solo me permita llorar.

Esa noche Olivia se quedo junto a mí, sin separarse un segundo de mí, abrazándome y conteniéndome toda la noche, tal vez por temor a que hiciera alguna locura mas, me cuido como ella jamás lo supo hacer.

Dos semanas después.

Me gustaría decir que todavía no sufro por lo que me hiciste, que todavía no sangra mi corazón cada vez que escucho sobre vos, que no me siguen doliendo tus mentiras, que no te necesito para vivir, que eh sido y seré la misma después de ti. Todo es tan lejano e imposible, como sacarte por completo de mi corazón, quisiera decirte que no me carcomen los celos cada vez que imagino como aquel que ahora es tu novio te toca, quisiera decir que te odio con todo mi ser, quisiera mentirme una y otra vez que no me duele tu ausencia.

Todo fue una mentira, todo fue un juego divertido para vos, todo fue un simple juego que destruyo por completo mi corazón.

Ahora ya no soy la misma, me eh vuelto mas fría, e indiferente, mas fuerte ante todos los comentarios, ya no puedo volver a ser la misma y torpe Anne que se creía todas tus mentiras Vic, ya no soy la misma, y todo es por tu culpa.

Tres meses después

Estaba desesperada, no encontraba mi saco, y en poco tiempo Rebecca pasaría por mi, para ver el partido de Polo de Olivia, seria una sorpresa, jamás la había visto jugar al Polo, todos decían que era la mejor sin dudas, era jugadora profesional, aunque a Olivia, no le gustaba fanfarronear o hablar de lo que hacia, según Rebecca le daba vergüenza contarme que jugaba al Polo, y se pondría muy nerviosa al verme en la grada viéndola jugar. Por esto, ideamos un plan entre Rebecca y yo, y le fuimos a ver en un partido que juega con su equipo, sinceramente yo de polo se menos que de chicos.

El camino fue muy entretenido, como siempre me llevaba muy bien con Rebecca así como Olivia se llevaba con mi madre.

Y si preguntan, si Oli y yo somos pareja, pues no, todavía no me lo ha pedido, pero si lo hace seguramente no me opondría, es mas es lo que mas espero.

Ella ha sido mi mejor amiga, mi compañera ante toda la tormenta, me ah ayudado a asentarme en el colegio Coruña, el colegio en que ella asistía, hasta ah dejado de lado a sus amigas a veces por estar conmigo, ha sido mi confidente y en la única persona que puedo confiar después de lo que sucedió, no puedo mentir, la quiero, claro que la quiero, la amo, tal vez no como al ángel y demonio que conoció mi corazón, pero eh aprendido a amarla por todo lo que ha hecho para levantarme de aquel infierno, por su risa resonante y su humor quisquilloso que nunca se apaga, por su forma de abrazarme, por su olor que me envuelve en la locura, por su paciencia, por sus gestos hacia mi, por sus regalos. Me eh enamorado de toda la Olivia detrás de esa figura de niña rica que tiene, por su belleza exótica que enamora a todo lo que se mueve.

Llegamos después de una hora de viaje a una finca donde había muchísimos autos lujosos, había una grada para sentarnos, estaba completamente lleno.

Rebecca me señalo donde estaba Olivia y la vi desde lejos, tan sensual, con su polo azul ajustado y una unos pantalones ajustados negros, unas botas negras y el habitual gorro de polo, tenia puesto unos lentes Ray bun, estaba preciosa sentada en ese caballo sin percatarse de mi presencia.

Empezó el juego, y la verdad que no, no entendía nada, con unos bastoncitos pegaban a una pelotita, se ve que Olivia jugaba muy bien porque era muy agil y nunca le podían sacar la pelotita, la grada estallaba cuando ella tenia la pelotita, temía por ella, era un juego muy peligroso, temía que el caballo la tumbara, pero eso no paso.

- Vamos Oli- grite fuertemente, ante esto ella me miro, y se quedo paralizada, yo simplemente le sonreí., y Rebecca y yo nos empezamos a reír ante la reacción de Olivia.

Suerte que faltaba poco para terminar el encuentro, e iban ganando por muchísimo, porque sino me cargarían la culpa a mi, ya que Olivia no me sacaba la vista encima, yo le gritaba que se concentraba y ella se ponía mas tonta, ante esto Rebecca solo se reía, y la alentaba también, el equipo no se podría enojar con ella ya que había metido siete goles.

El partido termino dos minutos después con una gran diferencia de 15- a 6, aunque si Olivia se concentraba en los últimos minutos, las podían haber destruido.

Olivia se acercaba a mi con en su caballo blanco, yo había salido de la grada para acercarme a ella.

- ¿Oye, que haces aquí?- dijo sacándose el gorro.

- Ummm, ¿no te gusto mi sorpresa?- dije haciéndome la coqueta.

- Me encanto, pero me pusiste muy nerviosa-

- No se noto- dije sarcásticamente.

- Jaja, muy graciosa- dijo riendo como siempre- ¿tu eres mi premio?- dijo jalándome la mano para que suba al caballo junto a ella.

- Este no, yo tengo miedo Oli- dije nerviosa, pero no me hizo caso y me jalo fuertemente subiéndome de golpe delante de ella.

- ¿Ahí esto no muerde?- dije temblorosa.

- No tonta es un caballo, se llama Cristofer, me lo regalaron cuando tenia seis años- dijo acomodándome.

- ¿Por qué nunca me contaste que jugabas al Polo y eras tan buena en ello?

- Mmm, Anne tengo17 no seas como los de a prensa que se ponen agrandados y dicen adjetivos que no son, ahí mejores que yo.- dijo apoyando su cabeza en mi cuello.

- ¿Señorita Pintos, quiere hacer ahora la entrevista?- decía una periodista según lo que decía su etiqueta, se llamaba Raquel Gómez.

- Ahora tengo un compromiso- dijo jalando del caballo que arranco su recorrido.

- Despacito mi amor, despacito- decía yo tartamudeando y temblorosa y cerrando los ojos.

- Bueno- dijo colocándome un anillo en el dedo, ante esto me quede embobada, Cristofer nos había llevado a un senderos repleto de arboles por donde se veía un lago y el atardecer, era un momento sumamente romántico.

Cuando pude darme cuanta de lo que haría Olivia, me puse muy nerviosa algo que nunca siento cuando ella esta cerca de mi, mi corazón latía a mil por horas.

- ¿Anne quieres ser mi novia?- decía en un susurro suave Olivia en mi oído, agarrándome la cintura sentadas en el caballo, viendo el atardecer.

- ¿Hace falta que te conteste?- sigue sonriendo pícaramente.

No le conteste, simplemente le di un beso apasionadamente, sin importarme el mundo, ni tampoco que el caballo me hiciera caer, nada era mas bonito que este momento, junto a mi heroína, a mi verdadero ángel de la guarda a la que supo resurgir y sanar todas mis heridas.

- Te amo Olivia- dije sin dejar de besarla.

El tiempo se había hecho nulo, porque no nos dimos cuenta de él hasta que Cristofer rechino y nos hizo volver a la realidad.

- Sabes te lo iba a pedir esta noche en la cena, pero me di cuenta que no había un momento mas indicado que este- dijo Olivia besándome el cuello- Te amo mas que a mi vida.

Después de 30 min, volvimos a la cancha, Olivia seguía besándome sin darse cuenta de que habían fotógrafos, entre en pánico cuando me di cuenta de que nos sacaron algunas fotos, pensando que esto afectaría la figura publica de Olivia, y esta se enojaría.

Pero al contrario, Olivia se rio, y siguió besándome tapándonos con el casco de polo, hasta que llegamos a la grilla y nos bajamos de Cristofer, para que unos ayudantes lo llevaran.

- ¿entonces ya lo lograste hija?- decía muy feliz Rebecca.

- Si, ahora es mía Mamá- dijo tomándome de la mano fuertemente- y esta me la pagas, mira si perdía el partido, por embobarme- dijo riendo como siempre.

- Ahí, dejen de sonrojarme- me queje graciosamente, dándole un pequeño beso a Oli.

- Hay hijas, estoy feliz por ustedes, se lo merecían- dijo riendo Rebecca- Ya le cuento a tu padre Olivia- dijo agarrando su celular.

- Ostias, pero tu si que eres chismosa madre- dijo burlona Olivia.

- Tu madre es lo máximo amor- dije abrazándola por la cintura.

- ¿A que si no?, vámonos antes de que los chusmas de verdad aparezcan- dijo refiriéndose a la prensa.

Había traído su BMW descapotable, pero esta vez lo dejo abierto para poder disfrutar de todo ese día frio pero soleado. Sentir como el sol acariciaba nuestros rostros.

Al mismo día mis padres sin haberles dicho palabra alguna se habían enterado de mi relación con Olivia, las fotos habían recorrido el país, pensé que su familia seria conservadora como la mayoría de las de clase alta, pero ellos eran adorables, Rebecca era un sol que buscaba la felicidad de su única hija igual que Eduardo Pintos, que en vez de molestarle esto, ya que yo ni siquiera era de la misma clase social que ellos, se alegro muchísimo, y hasta invito a mis padres a una cena.

Mis meses con Oli fueron muy especiales, seguía siendo siempre la misma tontilla risueña, alegre, y eso me hacia sentirme bien a mi también, con ella podía ser feliz después de todo eso, y no me lo impedía, porque aprendí a amarla. Después de la tormenta siempre llega la calma, se que sin ella no hubiese podido olvidarla, olvidar todo lo que me hizo, volver a creer que conocería la felicidad, sin ella en mi vida no lo hubiese logrado.

Después un meses de relación con Olivia, había escuchado unos rumores de que Vic había regresado a la ciudad para graduarse en el colegio al que antes concurría, a tres meses de terminar el semestre y graduarnos, no me molesto, ni tampoco me puso nerviosa aquel rumor, después de todo los rumores son rumores, y si volvía eso no debería importarme, yo estaba con Olivia la amaba y ella era la mas tierna y hermosa que pudiera existir en este mundo, siempre pendiente de mi. Aun así no puedo negar que ante todos los chismeríos en torno a Victoria no puedo hacer oídos sordos.

Una noche en la que Olivia se le ocurrió o le dio ganas de ir a rumbear, como siempre lo hacíamos, cada sábado, con ella había aprendido a divertirme, a bailar, si es verdad había aprendido a bailar.

Nos fuimos a uno de esas discos top de Madrid, en la que solo van los de alta sociedad, ya la mayoría nos conocían. Fuimos con Martina, Ángela, Raúl y demás amigas de Olivia que no las conocía con profundidad ya que no entablaba tanto conversación como lo hacia con Martina. Me puse un vestido cortito de color plateado de infarto, el pelo suelto con algunos bucles que resaltaban mi cabello castaño. Para esta estadía gracias a dios hacia muchísimo calor, porque morirme de frio eso si que no. Olivia se había puesto un vestido holgado de color blanco y un cinto de cuero, estaba muy glamurosa esa noche, con el pelo recogido, y unos accesorios que hacían juego.

Entramos a la discoteca, después de que Olivia entregada las entradas Vip, de la mano. Ya en ese tiempo todo el mundo sabia que era Olivia para mi, y que era yo de ella.

Aun así siempre al salir con ella me ponía celosa, ya que siempre había un o una insolente que no le sacaba la mirada encima, y solo a mi también me pasa enamorarme de las mujeres mas hermosa del país.

Nos sentamos en una de las mesas rectangulares, toda la disco tenia un diseño extravagante, muy elegante y glamuroso, las paredes de color violeta, y los asientos todos de cuero blanco. La música que pasaba allí era fantástica, ya que no solo pasaban tecno como en las demás disco, sino que pasaban salsa, reggaetón, electrónica, era muy variado, iba muchísimas personas allí también.

En ese momento sonaba a todo furor, DJ Tiesto, todos con furor bailando, mientras Olivia pedía tragos en la barra, todos hablaban sin parar menos yo que estaba absorta en mis pensamientos. Como cambie en todo este tiempo.

Olivia regreso con dos tubitos, uno para ella y otro para Ángela, a mi me trajo una coca cola, pues esta decía que era malo tomar.

- Oye ya te dije que quería un vodka cargado- dije bromeando.

- No toma, esta coca cola es para vos- decía Olivia risueña como siempre dándome un beso.

- Mala- dije quejándome y tomándome de golpe su tubito- Esto esta fuertísimo- le dije en el oído ya que el ruido de los parlantes hacia dificultoso hablar.

- Uy pero que mujer mas terca- decía Oli riéndose y dándome un beso en la comisura de los labios- vamos a bailar- dijo agarrándome de la mano y llevándome a la pista, sonaba “Bad romance” de Lady Gaga remixado. Cuando termino la canción, Oli y yo fuimos a la barra a pedir unas cervezas para los chicos.

Yo me pedí un Gancia, mientras Oli se pidió dos de esos tubitos, siempre cuando salíamos tomaba muchísimo, pero nunca la vi ebria, tenia un aguante.

Cuando nos dirigíamos otra vez hacia la mesa, me tropecé con una persona.

- Este lo siento- dije con pena.

- No pasa nada- dijo la voz. Esa voz la conozco, me decía mi mente, y claro como la vas a olvidar, cuando levanto mi mirada me encuentro con los ojos azules verdosos que antes me hacían delirar, y tiemblo al acto, siento flaquear mis piernas por la conmoción de verla otra vez, pero no puedo decir palabra, ella al parecer esta sorprendida también, pues no puede salir de su asombro.

- Hola Anne- dijo sonriendo, con esa cualidad de frialdad y tranquilidad que solo ella podía tener, y en ese momento, volvieron en mi mente como si fueran tiras de flash back todo lo que viví junto a ella, todo lo que me hizo, me tomo unos minutos reaccionar, mi cuerpo seguía tembloroso, no por miedo, verla me causo mucha conmoción. Cuando pude reaccionar le conteste

- Hola- le dije secamente, sin olvidar que detrás de esos ojos tan pacíficos se encontraba un demonio que me había hecho tanto daño.

Sin mas me fui de allí sosteniendo la mano de Olivia que no se había percatado de lo que paso ya que trataba de pasar entre ese montón de gente con la cantidad de cervezas que tenia.

Ella solo me miraba desde lejos. Cuando me senté pude verla completamente, habían pasado unos 7 meses aproximadamente desde aquella noche y seguía siendo tan hermosa como siempre, estaba en compañía de sus amigas, y del que al parecer era su novio. No puedo negar que un estremecimiento inundo mi estomago cuando los vi besarse sin pudor enfrente de todos, pero eso no tendría que molestarme, era lo que me repetía constantemente, yo estaba con Oli, la amaba.

- Vamos Anne- dije Olivia, al ver a que Victoria estaba en el mismo disco.

- No mi amor, ella es el pasado, y si no enfrento mi pasado ahora nunca lo hare- dije llenándome de valor, viendo los ojos azules de Olivia.

Ante esto Olivia solo me beso de una forma apasionada, como si tuviera miedo a que me escapase, como si temiera que la dejaría.

- Ahí chiquita, te amo- dijo besándome otra vez, sintiendo como su perfume a flores silvestres se apoderaba de mis sentidos.

Se que jamás podría hacerle daño a Olivia, jamás podría traicionarla, jamás jugaría con sus sentimientos como lo hizo Vic conmigo.

- Uiii, vallan a un hotel- decía bromeando Martina ante la risa de todos.

- Calla Martina, es que tu no sabes lo que es amar con pasión- dijo burlona Olivia besándome otra vez, comiéndome la boca como si el mundo fuera a acabar, dejando mis labios marcados de besar tan alocadamente.

- Chicas, dejen algo para los pobres- decía Ángela burlona.

- Ui miren quien viene ahí- dijo Lorena una de las amigas de Olivia, una chica de estatura mediana, morena y de ojos grises, muy hermosa. Olivia siguió sin prestarle atención a los comentarios, seguimos besándonos con una pasión descontrolada.

Hasta que escuchamos un ruido como permiso, que generalmente se hacen con las gargantas, y ni siquiera eso sirvió para separar a Olivia, que ya me besaba riendo.

- Olivia, Anne, ostias paren que les quieren saludar- decia raul entre risas.

- ¿Estee si hola quien es?- decia Olivia riendo, pero solo yo podía saber que en realidad estaba enojada por el pequeño rabior que se veía en sus ojos.

- Hola Olivia- decía Vic, y ante esto me puse muy nerviosa.

Olivia no la saludo, sino que la miro de manera fea ignorándola completamente, Ortiz y Josefina saludaron a las demás que estaban en la mesa lo mismo hizo Victoria, hasta llegar a mi. Ante esto Olivia la miraba de una forma muy decortes, y tuve que darle un pequeño pellizco para que pudiera disimular y sonreír como siempre lo hacia.

Me tendió la mano, y yo cuando estaba a punto de saludarla, Olivia le dio un pequeño golpe en la mano.

- ¿Estúpida que haces?- dijo enojada Victoria.

- ¿Todavía tienes cara para venir hasta acá y saludarla hija de puta?- dijo Olivia, mi Oli la Oli que no puede guardarse ni mentir un segundo su incomodidad.

- ¿Y tía tú que te crees para hablarle de esa manera?- dijo Ortiz saltando al fuego como siempre por su amiga.

- Es mi novia- dije enojada, Olivia tenia razón, de donde sacaba Victoria la cara para hacer como si nada hubiese pasado, y con que razón la otra atacaba a mi novia.

Ante esto Victoria solo se reía, eso fue lo que mas me molesto, y por primera vez después de tanto tiempo mostraba mi furia, mi intranquilidad, mi cambio rotundo.

- ¿Y vos que te crees estúpida, para reírte así?- dije totalmente enojada para sorpresa de todos hasta la de Olivia que me miraba sorprendida- ¿Vos te cree que seguiría llorando por una estúpida como vos?, mira ahora me mostras lo mierda que fuiste y lo mierda que sos.

Ante eso Victoria me miro de una manera sorprendida, casi melancólica como queriendo llorar, y ahí me di cuenta que me saque en verdad.

- Por favor, ¿Victoria, Ortiz y Josefina, se pueden retirar de nuestras mesas?- dije mas tranquila.

Ortiz estaba preparada para mostrar los dientes como todo perro faldero y rabioso, hasta que Victoria se fue y esta a su vez se fueron al igual que ella.

Le di un beso en la mejilla a Olivia y le dije que saldría a tomar un poco de aire sola, ante esto ella me insistió en acompañarme pero le insistí que quiera estar sola un momento, por lo que me dejo ir, seguramente con uno de sus custodios sin darme cuenta, era tan sobre protectora.

Me quede sentada en una de las bancas, y en las calles a esa hora no había mucha gente. El aire cálido de verano soplaba en mi rostro.

¿Cuando fue que te olvide para convertirme en esto?, ¿cuantas lagrimas tuve que derramar para olvidarte?, ahora que soy feliz tenes que aparecerte, y hacer que como si nada hubiese pasado, mirarme como si todavía fuera tuya.

¿Cuántas noches en banda pase para poder olvidarte?, cuantos días de tristeza y dolor tuve que vivir por vos, cuanto me costo salir adelante, para que vengas y hagas como si todo fuese igual, como si ni una lagrima hallas derramado después de todo lo que vivimos.

- Puedo sentarme- dice la dueña de mis pensamientos en ese momento, la dueña de ese perfume cautivador, y esos ojos penetrantes.

- ¿Te lo podría prohibir?- dije volviendo a la realidad.

Ella se sentó y un silencio interminable se adueñaba de las dos. Ella sin saber que decir y yo tratando de hacerme fuerte ante el recuerdo.

- ¿Entonces estas con Olivia, y la amas?- dijo rompiendo el silencio, con esa tranquilidad y frialdad que la caracterizaba.

- Si no lo sintiera así, no estaría con ella- conteste rápidamente sin mirarla a los ojos.

- Es que tanto me odias que no me puedes ni siquiera ver- dijo Victoria con voz calma, (todavía tenes cara para venir a preguntarme esto).

- ¿Y a vos que te parece?- dije mirándola a los ojos con toda la rabia que había acumulado todo estos meses- Me dejas tirada en la cama después de mi primera vez, con una carta estúpidamente fría, y después me entero de que estabas conmigo y Manuel a la vez ¿y como queres que reaccione?- dije con la voz suave pero con una mirada llena de furia.

- Lo siento- dijo agachando la mirada.

- ¿Solo eso tenes para decirme?- dije claramente alterada- todas las noches en banda, todo ese dolor que pensé que no acabaría, todo el esfuerzo que hice para olvidarte e intentar ser feliz, para que me vengas a decir “lo siento”- dije mas alterada- vos no tenes derecho ni a hablarme, basura- dije intentando irme.

- Claro y tu muy santa no eres, mira con quien estas ahora, menuda zorra que te comes- dijo Victoria desafiante. Yo solo le di un cachetazo fuerte.

- Vos de ella no podes hablar, porque ella ha sido todo lo que vos no fuiste, ella me levanto del calvario que tuve que vivir después de que te fuiste y me dejaste el corazón hecho pedazo- dije caminando hacia la puerta.

Ella agarro mi mano fuertemente, como antes lo hacia y una descarga surgió de mi cuerpo, después de todo este tiempo seguía teniendo ese poder sobre mi, que no me dejaba moverme, que no me dejaba mirar mas allá de su ser. Pero esta vez era diferente, yo era diferente, ya no era la Anne torpe y boba que conociste Victoria, ahora soy mas fuerte, y se que no soy tan insignificante.

- Soltame por favor- dije mas tranquila.

- No puedo- dijo sujetándome del rostro.

- Déjame Victoria- dije implorándole.

- No puedo- dijo cerrando los ojos y acercándose a mis labios- pensé que podía, pensé que podría, pero no puedo.

- ¿No podes que?- dije empujándola

Ella no me contesto, me miro otra vez a los ojos, con una mirada que parecía triste, pero fría como siempre, me soltó lentamente sin dejar de mirarme, como si sus ojos quisieran decirme algo, cuando me solté, corrí rápidamente al encontrarme tan agitada Olivia me pregunto que me había pasado, pero para no crear mas disputa le mentí por primera vez, y le conteste que no había pasado nada.

Después de esa disputa, no vi entrar mas en la disco a Victoria, sus amigas al parecer también se habían ido.

Era un logro, rechazar sus labios rojos carnosos por primera vez, era un logro ser fuerte ante tantos recuerdos que quedaron flotando, ante su mirada y sus gestos mentirosos como toda ella, una mariposa mentirosa, una mariposa sin dueño mas que sus propios caprichos, ella y Olivia eran dos personas distintas, una poseía el rostro y los gestos de un ángel mientras dentro suyo reinaba la mentira y la obscuridad, y la otra poseía la sensualidad y el carácter de las abejas reinas, “las arpías” mientras dentro suyo, afloraba un sentimiento de ternura, fidelidad, sinceridad y amor.

Las dos caras de la moneda, y es aquí que la frase hecha de no comprar nada a simple vista, vale realmente.

Victoria:

Como después de todo estos meses, que tuve que dejarte ir o mejor dicho, tuve que alejarme porque eran mis sueños o eras tu, porque esa es mi verdad Anne, tuve que abandonarte a la suerte por mi estúpido deseo de ser la mejor tenista del mundo por mi ambición desmedida al éxito, de ser la mas exitosa de temer el que dirán, por eso me di cuenta que tenia que escoger, escoger entre mis sueño de toda la vida o la “aventura” que tenia contigo, pero eso no es verdad tu no eres ni nunca serás una aventura para mi, fuiste y serás la dueña de todo mi ser, aunque me duele verte ahora tan feliz con Olivia, no puedo renunciar a todo el esfuerzo que hiciste para volver a hacerte daño, no puedo hacerlo, aunque hoy flaquee, en decirte la verdad, en dejar todo a la borda por probar tus labios una vez mas, por sentir todo mi ser estremecerse como aquella ultima noche que recorrí tu cuerpo con mis labios, pero esto es imposible.

- Vic en que piensas- decía Ortiz sacándome de mis pensamientos.

- Ya sabes, en que mas puedo pensar- dije tratando de no llorar.

- Vamos amiga eso es lo que tu querías- decía Josefina- tu querías que la fastidiáramos, que le hiciéramos creer a toda la elite y a ella que tu estabas con Manuel y ella al mismo tiempo-

- Si, pero no quiere decir que no duela- dije respirando profundamente.- si ustedes hubiesen visto su mirada de odio, todavía no se de donde saque las fuerzas para mirarle a los ojos- dije casi llorando.

- Victoria, ella es feliz ahora, y tu eres una estrella- decía Joe, que supuestamente era mi novio, pero no era mas que un amigo que me estaba echando una mano y tratando de sobresalir en los medios, ya que era un actor.

- ¿Y de que coños vale serlo, si no tengo sus ojos y su cuerpo para mi?- dije llorando desconsoladamente en el regazo de Ortiz, mientras la limosina hacia su recorrido.

- Tranquila Vic- decía esta acomodándome el cabello.

- Puta será esa Olivia- dije fuera de mi, y con los celos de punta después de verlas besándose apasionadamente sin parar en la disco, de cómo sus manos la recorrían, de cómo ella la defendió ante mi fastidio, de cómo me miro y me contesto cuando la insulte, eso jamás lo había hecho por mi.

- ¿Vamos preciosa, eso es lo que querías o no?- decía Ortiz

- Quería que me olvidara, y se enamorada de otra persona, pero jamás pensé que me rompería el eje verla así con alguien mas, verlas defender lo suyo con dientes y uñas, ella la ama María Ángeles, ella ama a la idiota de Olivia.

- ¿Y tu que esperabas, si esa estuvo como perro faldero cuando te fuiste?- decía Josefina.

Después de esa noche que rompí mi equilibrio, mis planes, ya ni importaba ser una tenista exitosa, no se para que me sigo mintiendo, si vine corriendo cuando vi la foto de Anne y Olivia besándose, con la excusa de que quería terminar el colegio aquí, si fácilmente podría seguir ganando torneos y estudiando en la academia, si morí de celos y de rabia cuando las vi besándose, tal vez quería comprobar con mis propios ojos la verdad, yo me arriesgue, la deja a su suerte, sin siquiera explicarle, hice que me odiara, para que su vida después de mi fuera mas llevadera, pero es ahora que me doy cuenta que soy yo la que no puede vivir sin ella, que soy yo la Victoria tan fuerte y fría que la lloraba todas las noches rezándole al cielo para que encontrase el camino, y ya lo encontró, y ahora yo no lo quiero ver, ahora lo quiero deshacer, pero que basura soy para querer apoderarme de su vida, de su destino.

No podía dormir, daba vueltas y vueltas el hotel sin parar, tenia los ojos hinchados de tanto llorar, la rabia, el dolor y la tristeza se iban apoderando una vez mas de mi, pero nada me devolvería su amor, su cariño, solo me quedaba recordar esa mirada de odio y de asco que me profeso fuera de la disco, eso eres Victoria una asquerosa una mierda como ella te lo dijo, por haberle hecho todo eso. Porque en el fondo también sentía miedo por que el dirían, porque Anne quería hacerlo formal y la prensa se enteraría, estaba cuidando mi carrera. Esto es lo que mereces, por mentirte hasta a ti misma ocultando el miedo que sentías de perder tus sueños, pero ahora me doy cuenta que mi verdadero sueño siempre ha sido ella.

Porque aunque eh logrado y ganado muchas cosas, pero al llegar la noche solo sentía frio y melancolía, porque no la tenia para festejar mis logros. Olivia fue valiente, se enfrento al mundo por ella, y tú no eres más que una tía cobarde y estúpida.

Anne:

Tan solo un paso me quedaba por ser completamente de Olivia en cuerpo y alma tan solo un paso para arrancar de mi cuerpo y mi mente el recuerdo de Vic, y esa noche lo lograría.

Victoria después de llevar a todos en su limosina, nos fuimos a uno de sus departamentos donde no vivía. Sentía los nervios a flor de piel, por miedo a que ella me haga lo mismo que Vic me hizo, pero con Oli sabia que no seria así, que ella no era como Vic, ella era pura y sincera.

Entramos de la mano en silencio en un departamento gigantismo, era mas grande que mi casa, estaba decorado de una manera muy moderna, tenia un pool en el living y a los costados sillones de cueros negros y un plasma 3d gigante.

- ¿Estas segura mi amor?- me dijo suavemente Olivia pegando su cuerpo y su aliento en mi nuca.

Yo no le conteste simplemente la bese apasionadamente, sentía un deseo irremediable recorrer mi cuerpo, sin dejar de besarnos nos dirigimos a uno de los cuartos que había, ella me sentó en el costado de la cama, sin dejar de besar mi nuca, me saco el vestido que llevaba y yo hice lo mismo primero sacándole el cinto y luego el vestido que llevaba. Olivia me acostó en la cama, sin dejar de besarme,

Acaricio lentamente mis antebrazos. Sentí mi interior arder, mojarse, por el deseo que nacía de aquel momento.

Oli me desabrocho el sostén sin dejar de besarme, sus labios fueron descendiendo hasta mis pechos que los devoro, los chupo los degusto.

- Aahhhhhhhhh que rico amor- decía entre jadeos.

Oli fue descendiendo lentamente hasta mi vientre, y lo beso con tanta ternura y pasión. Necesitaba que llegara lo antes posible, necesitaba que descendiera y me hiciera delirar.

- Amor por favor- dije casi implorando.

Oli bajo lentamente besando mi monte de Venus, al tiempo que sacaba mi ropa interior con los dientes, besaba sin pudor mi muslo interior.

- Soy la mujer mas feliz de mundo- me dijo muy agitada antes de abalanzarse hacia mi sexo.

Pero seguía desdichada en hacerme sufrir, en hacerme delirar antes de probarme.

- Eres mia- me dijo sin dejar de besar mi monte de venus.

- Soy completamente tuya- dije entre jadeos- ¡Cógeme por favor, cógeme!- dije desconociéndome

Lo chupo, lo lamio con tanta paciencia y lentitud, yo sentía mi cuerpo arquearse y pedirle mas y mas, mis gemidos demediados que se disparaban en ese cuerpo y los jadeos junto al rostro tan excitado de Olivia, jamás podría olvidarlo.

- Mas mi amor, siiiii asiii me corrooo- gritaba, cuando Olivia me recorría con la lengua profundamente, haciendo un mete y saca con la punta de su lengua.

Me corrí en un orgasmo sublime, profundo, tan fuerte.

Pero cuando me toco a mi darle el desahogo a mi ángel, mil imagines se me vinieron en la mente, y esa noche no solo le hice el amor a Olivia, sino que en mi mente se dibujaba el rostro de Vic y de cómo la recorría en la única noche juntas.

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Cuando ella se recupero y se recostó en mi vientre, rápidamente le di la vuelta, sin dejarla hablar la bese con tanta pasión, mi lengua y su lengua luchaban con lujuria.

Fue ahí que le saque rápidamente el sostén para chupar y degustar golosamente sus pezones.

- Mmm- decía entre jadeos, fui descendiendo, besando su vientre plano y muy marcado por las actividades que hacia, mi ángel gemía incontrolablemente moviendo sus caderas, y no me hice de rogar cuando probé por primera vez su sabor, sentí como ese liquido espeso impregnaba mis sentidos, y como hembra en celo se lo comí, recorriendo sus aberturas de arriba abajo, consintiendo con chupones su duro clítoris, mientras ella entre jadeos me pedía mas y mas.

- Asiiii- decía descontrolada

- Si dame de beber- decía totalmente ida de mi, con la imagen de Victoria mientras en realidad era Olivia a la cual le estaba haciendo el amor

Se lo chupe con tanta intensidad hasta que entre gritos de placer se corrió en mi boca.

Me dormí exhausta, para ser despierta por los rayos solares que emanaban en la ventana, esta vez no amanecí sola maneca con la respiración de mi verdadero ángel en la nuca, y una duda que no hacia mas que retumbar mi corazón y mi mente una vez mas. Eh hecho el amor con Olivia para mentirme a mi misma que Victoria ha quedado en la nada, pero anoche fue a ella a quien la recorrí con tanta pasión y tanto amor, porque su rostro frio y angelical se encontraba en todos los rincones de esa noche.

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