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domingo, 24 de abril de 2011

Te Vi IV

Te vi 4

Pensé que en todo este tiempo había podido borrarte de mi memoria, pensé que había podido cerrar esa brecha de amor y locura que sentía por vos Victoria, pero con solo sentir tus ojos sobre mi, todo eso ha quedado en la nada, en un esfuerzo desmedido que quedo en la nada, ya que como siempre tocas mi corazón de la manera en la que se te canta, enloqueces mis sentidos con unas simples palabras. Mi corazón no sabe reconocer esa frialdad de tus ojos, como si lo sabe hacer mi subconsciente, pero como hago para olvidarte, como hago para seguir adelante, fuiste la primera, la primera que me enseño un mundo lejos de mi realidad, pero fuiste la única que me lanzo del cielo sin resguardo, fuiste la única que rasgo mi corazón en mil pedazos, y yo hoy no puedo ser esa Anne que conociste, porque esa Anne quedo en la nada, así como los sueños que algún día tuvimos.

Como puedes seguir teniendo esa fuerza sobre mi, después de tanto tiempo, confundirme de esta manera, mientras en este momento tengo alado mío a la persona que siempre soñé, a la persona correcta para mi, aquella que se desvive y guía mi mundo a través de su sonrisa, de su coqueta alegría. Pero vos amante eterna, diosa del Olimpo, todavía tenes la fuerza de elevarme y desangrarme a tu gusto.

Ya no soy la misma Anne Vic, ya no soy la misma boba que seguía tus pasos como boba, ciega por tu esplendor, ahora que me recupere, ahora que ella fue la que recompuso mis pedazos otra vez, no volveré a caer en tu maldita tentación.

Me pierdo mirando la sensual figura de Olivia durmiendo plácidamente, y siento culpa, siento un dolor dentro de mi, por mentirle esa noche, mentirle sin palabras, mentirle de la peor manera, pensando en otra mientras ella me entregaba su cuerpo y su alma esa noche.

“Ella es un ángel, un ángel caído del cielo, un ángel que cambiaria el mundo por mi, y es a ella a quien debo entregarme completamente sin miedos, sin temores ya que ella es pura y sincera, ella me ama realmente” pensaba mientras las lagrimas y la culpa invadían mi ser.

- Umm en que piensas mi amor- dijo acariciando mi rostro.

- En que eres maravillosa- dije inmutando una pequeña sonrisa.

- Te amo- dijo besándome tiernamente.

Como no sentir culpa, si enfrente mío tenia la perfección, la ternura, la mejor opción que podría tener cualquiera, una belleza, dios mío una belleza que ni las modelos top podrían igualar, y esa frescura acompañada de esa sonrisa que jamás se borrara, Anne vos sí que sos una estúpida.

“No dudes, no temas es ella la indicada”

Las calles de Madrid a ese horario eran una locura total, por eso decidimos caminar de la mano hasta la cafetería que quedaba cerca del departamento de Oli.

Eran unas de esas cafeterías Top, estilo retro con pequeñas mesas blancas y negras, y pisos de estilo cuadriculadas una larga barra de mármol y una pantalla plasma en el medio.

Nos sentamos en una de las mesas del fondo, mientras la atractiva camarera pedía el orden, sin dejar de mirar de arriba hacia abajo a Olivia, que sin inmutarse seguí viéndome con una pequeño sonrisa.

- Entonces que haremos cuando llegue, Junio- dijo recordándome que faltaba solo un mes para terminar el bachillerato.

- Voy a hacer un examen para ver si puedo entrar a Oxford, sabes que siempre ha sido mi sueños- dije mirando hacia la ventana.

- Eres una nerds así que seguramente lo pasaras sin problemas- decía Oli burlona.

- Calla mala- decía pegándole un pequeño golpe en el hombro.

- Oye, no me decías eso anoche- decía Olivia guiñándome el ojo.

- ¿Y vos que vas a hacer Oli, es decir nunca hablamos de tu futuro?-

- Yo iré adonde tu vallas, digamos que tengo toda la vida acomodara podría pasarme rascando, pero voy a jugar en un club de polo en Inglaterra-

- Lo planeaste todo- dije acusándola con el dedo.

- Es que jajaja- empezó a reírse sonoramente- mira tu rostro Anne- dijo sin dejar de reírse- Y claro, aunque no lo creas soy inteligente- dijo sujetando mi mano.

Como puede ser tan dulce, tan tierna, tan perfecta se que si le pidiera que bajara el cielo por mi lo haría sin pestañear, y yo tan estúpida como puedo estar confundida con Victoria algo completamente opuesto a Oli, alguien desleal, hipócrita, pero a quien puedo engañar, Victoria es y siempre será mi gran amor.

Debo ser fuerte, ser fuerte ante algo descomunal… ante tu sombra”

Estoy parada en una brecha que esta a punto de cortarse, mi corazón no encuentra el consuelo, ni la claridad que necesito, esa compostura ante algo tan grande: Un amor o un simple recuerdo, un futuro lleno de felicidad o una vida infeliz recordándote en cada poro de mi piel.

Hace siquiera un mes, ya no te pensaba, ya no te recordaba, pero tuviste que aparecer para dar vuelta mi mundo como siempre, para flaquear mi interior y clavarte de esta forma, creando esta duda que no hace más que aumentar.

No quiero llorar por vos, hace rato que te perdí, ya no quiero desangrarme una vez mas, pero mi alma siempre te pertenecerá sin importar la adversidad, te eligió sin mirar sin saber que en realidad era obscuridad lo que se escondía dentro de vos.

Vos sos mi Karma Vic, pero no quiero volver a ser esa chica de antes, aquella chica que solo respiraba por vos, esa chica que intento quitarse la vida de mil y unas formas por el temor de no ver tus ojos otra vez, no quiero volver a sentir ese dolor desgarrarme, no quiero volver a conocer la obscuridad de la soledad, es ahora que lo tengo todo y tu apareces, apareces para recordarme que todo sigue siendo igual, que sigo muriendo por vos.

Estuve mucho tiempo enferma por tu amor, sin otro esfuerzo que las fuerzas de Oli, y ahora vienes como si nada para dar vuelta mi mundo otra vez y llenarme la vida de confusión.

Tus fantasmas siguen rondando mi vida sin descanso

Un mes después

Después de tanto tiempo había terminado mi estancia escolar, con el promedio ideal después de tanto esfuerzo con ese promedio llegaría hasta Oxford como siempre lo había soñado como siempre lo había añorado desde pequeña, ser alguien importante en el ámbito de la ciencia y ayudar a las personas con mis conocimientos.

Mi relación con Oli siguió siendo la misma, ella siempre encontraba la manera ideal para hacerme volar, hacerme sentir la mujer mas querida y deseada del mundo, hacerme sentir feliz, así era ella, mi Oli, su Oli tan perfecta y hermosa, tan risueña y tan carismática que era imposible no quererla, no amarla. No volví a ver a Vic, seguramente estaba de vacaciones, ya que en la televisión tampoco decían nada de ella. Ciertos días siento morirme, y en otros días simplemente siento tanta rabia que me gustaría golpearla por arruinar una y otra vez mi vida.

Junto con el final de curso llego mis primeras ansiadas vacaciones en las que pasaría visitando, las cunas de la historia y el arte, Roma, Atenas y respectivamente Paris.

Pero a Olivia, se le ocurrió o mejor dicho me rogo como dos semanas enteras pasar un fin de semana en “The Ibiza” antes de partir primero a Paris.

Me sentí mas aliviada después de estar un mes sin su presencia, puesto que cuando no ves a esa persona no piensas tanto en ella, aunque soy consiente de que aunque no la vea no cambiaria nada en mi, nada dentro de mi y solo lo pude reconocer al verla esa noche, todo ese odio que me repetía una y otra vez, todas las veces que pensé olvidarla habían sido barridas por su presencia, pero ahora tenía a Oli, mi ángel, y ella era la única y la indicada para borrar los rastros que Victoria marco en mi piel, fue la única que pudo juntar los pedazos de mi alma y será la única con la que podre ser feliz sin pensar en Victoria.

- Puedo dormir en tu pecho- decía Olivia mientras se recostaba lentamente en mi pecho, en aquel avión privado que era propiedad de su padre, en el estábamos ella, una azafata los dos conductores y yo, esas vacaciones habían sido regalo de su padre “por su buen comportamiento” según ellos yo había cambiado la vida de Olivia, ya que de por si no se llevo ninguna materia y no salía tanto de rumba.

El avión poseía una alfombra de color rojo rubí, y asientos altamente sofisticados, una barra de tragos y un cuarto al final del corredor en el cual podrían entrar quince personas.

- Tú me amas Anne- dijo Oli casi en un susurro y con esos ojos azules que parecían estallar de tan brillantes que estaban.

- Si- dije corriendo un mechón de su cabello, con culpa, con temor por las dudas que presionaban y crecían en mi pecho a cada segundo.

Olivia no se merecía esto, Oli no se lo merecía, es la persona mas grata y sincera que conocí en mi vida, y yo soy la peor basura de mundo para pagarle todo lo que hizo por mí de esta forma.

- Porque lo preguntas- dije con temor de saber que tal vez ella me conocía más de lo que creía.

- Por nada- dijo desviando su mirada, y un rabillo tristeza fue lo que pude ver en sus ojos.

- Dime- dije armándome de valor levantando su barbilla.

- No me anime a preguntarte- dijo por primera vez seria- Pero esa noche, sentí que te perdía Anne, cuando apareció ella- dijo suspirando.

- Eso jamás pasara- dije juntando su frente con la mía- Además ya no la veremos más.

- Pero si la vieras otra vez- dijo dando una pausa tratando de articular palabra.

- Jamás pasara- dije besando su cálida frente.

Jamás te podría dejar Olivia, y no es por culpa o lastima, es este sentimiento de atribución que siento, es el cariño y el amor inmenso que me das lo que me hace permanecer a tu lado, y eso ni siquiera Vic podría cambiarlo, tal vez mi alma no te pertenezca completamente, pero en cuanto reparaste la herida de mi alma una parte de ella te pertenece, una parte de mi alma es tuya, pero mi vida desde aquel día siempre te pertenecerá. Porque vos sos mi ángel, el ángel incondicional, la mujer que siempre soñé, pero mi corazón es masoquista es estúpido, que no me deja sentirte mas halla de lo que siento por Victoria, porque soy consiente que aunque Victoria pudiera matarme una y otra vez, dejarme un millón de veces a la adherida, siempre la amare, porque fue la primera y a la primera no se la olvida pero se aprende a olvidarla y con vos será con la única persona que podre hacerlo.

No puedo evitarlo, no puedo evitar desangrar viéndote envuelta en mis brazos y esos ojos que por primera vez me mostraron tristeza, se que no podre vivir mi vida no podre seguir si veo de esos ojos tan intensos y penetrantes derramar lagrimas. Fuiste mi sostén por tanto tiempo, enséñame a amarte, enséñame a entregarme completamente Oli, para estar por siempre a tu lado como se que siempre estarás junto a mi, no es lastima mi amor, no es despecho, sos mi compañera, y siempre lo serás.

No quiero perder las únicas fuerzas que me quedan por vos Victoria.

Como puede ser que estando tan lejos puedas seguir desgarrando mi ser, puedas seguir haciéndome sufrir. Pero es que yo estoy loca, loca por vos, loca de amor, porque no se amar de otra forma de que no sea con esta locura, pero vos sos imposible, nosotras somos imposibles y vos lo destruiste todo.

No podría cambiar el pasado, ni detener el tiempo deseando jamás haber cruzado ese largo corredor, ya que gracias a ese sentimiento aprendí a crecer, tal vez a golpes pero crecí, y aprendí que nada esta escrito y aunque estudies toda una vida jamás podrás hablar ni opinar de algo si no lo vives.

Yo me creía más fuerte, más inteligente para no caer en una simple tentación, pero una y mil veces volveré a caer en tu seducción, aunque tenga un mundo en mis pies, aunque tenga todo lo que siempre eh soñado, vos sos y siempre serás mi gran amor.

El aviso de la azafata me despertó de sobremanera, al levantar la mirara Olivia estaba parada en la barra tomándose un coctel.

- Estas loca, para tomarte eso a esta hora- dije muy molesta levantándome para sacárselo.

- Déjame Anne- dijo con una pequeña sonrisa, que solo yo podría reconocerla como falsa, como si en realidad me estuviera escondiendo algo.

- Oli- dije muy molesta.

- Esta bien- dijo dejando a un lado el coctel, para después darme un sonoro beso en los labios- En unos minutos llegaremos. Dijo dirigiéndose al baño

- ¿Te pasa algo?- dije siguiendo sus pasos.

- ¿Qué podría pasarme?- dijo al tiempo que esquivaba mi mirada.

- No se siento que te pasa algo- seguí diciendo insistente, temiendo su respuesta.

- No me pasa nada mi amor- dijo regalándome una hermosa sonrisa de tranquilidad.

- ¿Segura?- pregunte otra vez.

- ¿Como podría estar mal?, estoy con el amor de mi vida en lo que serán las mejores vacaciones de mi vida

Abordamos en uno de esos lujosos Hoteles, en un clima tan pesado por el calor que hace en junio en España.

Nos dieron una de esas suites especiales, era inmensa, y cuando digo inmensa no miento, tenia un gran living mas grande que el de mi casa inclusive, piso de una cerámica tipo japonés, y unas ventanas gigantes que dejaban ver el resto de la isla Ibiza, tres cuartos gigantes, y sillones en forma ovalada blancos, con una mesa de pool y barra de tragos en los costados.

Oli al entrar al hotel se fue al cuarto y se acostó con los ojos abiertos mirando hacia el techo sin percatarse de mi presencia.

- Serán las mejores vacaciones- dije acostándome junto a ella y acariciando su antebrazo.

- Si mi amor no lo dudes- dijo con una pequeña sonrisa y esos ojos que parecían estallar en un llanto.

Temía preguntarle, temía hacerlo, tal vez ella me conocía más que a mi misma.

- Siempre voy a estar junto a ti- dijo rompiendo el incomodo silencio que nació entre las dos- Jamás dudes de eso- dijo sujetando mi mano mas fuerte.

- Jamás lo haría, Olivia- dije dándole un suave beso en los labios, mientras fui quitando lentamente su camisola blanca que le hacia ver tan glamurosa sin dejar el estilo Bohemio que llevaba.

- No puedo Anne- dijo sujetando con las dos manos mi mano- estoy cansada en este momento. Dijo girando su cuerpo como indicándome que salga de aquel cuarto.

¿Qué estoy haciendo?, que me pasa, estoy lastimándola con mi estúpida confusión, ¿y todavía tienes dudas Anne de que Olivia no te conoce lo suficiente?, si se que Olivia es la única persona que me ama, porque sigo siendo tan masoquista y sigo pensando en Victoria, porque estoy rompiendo lo único bueno que tuve después de la diosa del Olimpo, Olivia te dio su amor y su corazón en una bandeja y vos lo estas destruyendo con tus estúpidas dudas, ¿Qué corazón podría soportar esta compostura?, ella no es Vic fría y dura como la piedra, ella es dulce y pura como la miel escondida en esa figura tan sexi y provocativa, con un corazón mas puro y noble que cualquiera… con un corazón que vos estas destruyendo.

Actuando espontáneamente entre rápidamente en la habitación, y en la penumbra entre rápidamente, aferrándome de su cuerpo como si mi vida se fuera en ello, abrazándola fuertemente, como si quisiera mentirme y mentirle a ella que le pertenecía completamente.

- Si estas así por ella, quiero que sepas que no hay nada de que preocuparse- dije exhalando ese ahora a flores silvestre tan fuerte tan rico que solo su cuerpo poseía.

- ¿Cómo sabias que me molestaba eso?- dijo sorprendida girándose mientras nuestros rostros quedaban a un centímetro.

- Porque te conozco, te conozco como tu me conoces- dije casi en un susurro mientras sentía su aliento fresco impregnarme los sentidos.

- Te amo, no lo dudes jamás- dije descaradamente.

Ella no hablo, sino que dejo que sus labios lo hicieran, sentí su cuerpo encima mío mientras sentí su calor adueñarse de mis sentidos. Me beso lentamente el cuello con tanta pasión y ternura, mientras de mi sexo empezaba a emanar un calor muy intenso.

Fue sacándome lentamente la remeda de modal larga que tenia, sin dejar de besarme el abdomen, yo proseguí a hacer lo mismo con su camisola, mientras que con otra mano le sacaba el short de gabardina negro pinzado que tenia, y ella hizo lo mismo con mi capri de jeans azul marino. Sin dejar de acariciar mi espalda.

- Sos hermosa- dije agitada, mientras besaba sus hombros y la parte inferior de sus pechos.

- Tú lo eres- dijo con esa tonada que me derretía mientras me recostaba en la cama y se ponía encima.

Paso su lengua por mis aureolas y chupo gustosamente mis pechos que se ponían cada vez más duros al sentir su lengua y su saliva entrar en contacto con ellas.

Bajo lentamente por mi abdomen sin siquiera poder dejarme hablar por la excitación que sentía, no perdió tiempo cuando la sentí besando los costado de mi muslo, ni tampoco pidió permiso cuando se adentro a mi lugar mejor escondido. Mientras su lengua y sus labios danzaban por mi vagina, chupando y lamiendo cada rincón, profundo y luego suavemente, sin dejar de hacer presión.

- Ahhhhh- gritaba y gemía, sin recelo.

Nos quedamos dormidas toda la tarde, abrazadas aun con el calor que hacia, sentir su perfume sobre mi piel, y ese aroma a sexo en la habitación es algo que jamás podría borrar de mis memorias, pero aun así ni en esos momentos podría sacarla de mi cabeza, no me importaba donde estaba, simplemente seguía con las dudas inculcada en mi mente, con las dudas que azotaban mi corazón y ese sentimiento prohibido ya para mi, ese sentimiento que ahora yo misma sabia que había renegado tanto tiempo, pero que tenia que seguir haciéndolo. No podría dejar a este ángel que conocí en mi dolor, el ángel que reparo todo el daño de mi corazón, este ángel que solo con su sonrisa emanaba tranquilidad en mi vida, esta mujer con figura sexi pero un interior de niña dulce que me había levantado de una y mil formas. No puedo, porque seria dejar la felicidad para ser masoquista, para seguir llevándome por una atracción, por una pasión por una locura que nadie podría entender.

Oli mi Oli, su Oli, la dulzura hecha mujer, la única persona que no busca cambiarme y me acepta tan torpe, tan vulnerable a veces, pero tan perra como lo soy ahora con vos, mi amor, mi vida… en algo no te miento, jamás podría dejarte después de todo lo que me diste, saber que nos queda mucho tiempo juntas, para seguir intentándolo, para que sigas marcando mi piel y borrando las huellas que esa diosa del Olimpo con un interior oscuro marco en mi piel, para que con tus labios me lleves al camino de la locura, del amor lleno de pasión desbordante como lo hiciste esta tarde, para que con tu sonrisa sigas llenando de paz mi interior, sin vos no hubiese podido borrar ese momento que pase, y solo contigo podre borrarla por completo, sin renegarme nada, aprenderé a amarte y entregarme completamente, porque vos si lo mereces, porque vos me decís te amo sinceramente, sin siquiera esperar nada a cambio me entregaste tu corazón en el momento mas duro de mi vida, por eso jamás podre abandonarte.

Miraba las palmeras moverse con el poco viento que soplaba y la cantidad de turistas que ingresaban por el hotel, mientras Oli dormía plácidamente en esa gran cama ovalada.

“Que hermosa que es”- pensé mientras repasaba ese vientre plano y marcado con mi mirada, esa cabellera negra tan bien cuidada, esas piernas largas y ese trasero redondo y tan perfecto, acompañado de un rostro perfecto.

Cuando fue que las nerds, podrían tener tanta suerte, de poder tener el corazón de una diosa así, una diosa por la que cualquier hombre o mujer matarían, la diosa por la que al caminar por las calles miles de personas se voltean a volverla a ver. No puedo siquiera sentir celos por vos Oli, porque sería traicionar todo lo que me demostraste, todo lo que me demostras día a día, porque el amor como vos decís, no son simples palabras, sino que son gestos y acciones.

Caminaba sin poder detenerme por la habitación sin saber a que le temía. Solo sabia que me odiaba, me odiaba completamente, por estas dudas que Olivia no merecía parecer, por vivir atada a Victoria me odiaba ferozmente.

- Estas haciendo ejercicios- dijo Olivia burlona lanzándome una almohada, desde el otro extremo de la habitación.

- Oli- dije recostándome en la cama- ¿Cómo puedes quererme, digo soy un desastre? - dije suspirando.

- Porque tú no esperas que el mundo te acepte, tienes muchos defectos- dijo con una pequeña sonrisa.

- Eiii- dije dándole un pequeño golpe.

- Déjame terminar vale, esos defectos y esas dudas que tienes siempre te hacen ser especial para mis ojos, yo no creía en el amor, no creía en el amor para siempre, y sin embargo cambiaste mi vida y mis pensamientos con una mirada- dijo entrelazando mis dedos con los suyos- Yo no espero nada de ti, ni tampoco me importan tus defectos, porque pude ver detrás de esos ojos de miel tu corazón, yo siento tu dolor Anne aunque no lo creas- dijo mas seria, como si quisiera comunicarme algo con su penetrantes ojos.

- ¿Pero podrías tener a cualquier persona, y porque a mi?

- Las personas hermosas, son un eco cuando están junto a ti, para mi nadie es suficiente mi amor si tengo que compararte con alguien, nadie podría igualarte, porque te amo y mi corazón es ciego- dijo risueña- Además porque no conozco a ninguna Nerds que este tan buena- concluyo con una pequeña risa sonora.

Esa tarde Salí a conocer la playa, el lugar repleto de turistas, mientras Olivia se preparaba o mejor dicho descansaba para la noche. Ibiza no era uno de los destino que elegiría como parte de mi tour vacacional, ya que odio el ruido excesivo, y la cantidad exuberante de personas, pero al conocerlo cualquier expectativa cambia, esos paisajes, esas aguas son por la única razón por la cual la elegiría.

Caminaba por la arena mientras el sol ardiente rozaba mi piel. Compre en pequeñas tiendas artesanales que habían allí, desde collares de caracoles o conchas marinas, pulseras, recuerdos, y dos anillos de cocos, que no eran tan llamativos ni caros como todo los regalos que me hacia Olivia pero eran tan hermosos y pensé que tal vez a ella le gustaría usar algo nuevo que no sean sus diamantes u oro carísimos.

Pasando por la playa había una gran densidad de personas, ya de por si al parecer para algunos la fiesta había empezado. Cuando estaba por volver al hotel y trataba de esquivar a varias personas, escucho mi nombre, pero no logro reconocer la voz por el ruido que hacia, me volteo para ver quien es la persona que me esta llamando pero no veo ningún rostro conocido, por eso me giro y sigo mi camino, pensando que solo era mi imaginación.

Cuando regrese al Hotel, Olivia ya estaba totalmente cambiada, tenía puesto un short-vestido de color blanco, que resaltaba en su piel levemente bronceada y hacia conjunto con sus ojos azules.

Estaba realmente preciosa, muy casual sin dejar de lado el glamour que la caracterizaba, su cabello semi recogido.

- Anne cierra la boca que se te cae la baba- decía Martina, que al parecer hacia poco había llegado ya que tenia las maletas junto al sillón y ella estaba recostada en el largo sillón ovalado, viendo como me quería comer a Olivia con los ojos.

- Calla tonta- dijo Olivia riendo como siempre- Que mi novia sabe que estoy buena y soy solo suya.

Al decir eso último me entro tanta vergüenza que no pude evitar sonrojarme enormemente y salir corriendo a la habitación ante la risa burlona de Martina.

Me duche rápidamente, y al salir me coloque un vestido estilo playero de blanco y unas sandalias romanas, ya según Oli era una fiesta en la playa en la cual debíamos ir todos de blanco.

Cuando Salí, estaban Martina y Olivia bailando animadamente reggaetón, y bebiendo de la barra, mientras yo me secaba el cabello y miraba como estaban de enloquecidas.

- Una noche en la playa tu y yo, vamos a pasarla bien- me cantaba Olivia mientras se pegaba mas a mi.

- Oli basta- dije riendo tratando de peinarme.

- Hoy no vamos a pensar vamos a fugarnos solamente tu y yo- seguía tarareando esa peculiar canción- De esta no te salvas No noo- al decir esto me pego un pequeño golpe en el trasero, sin dejar de sonreírme con picardía, ante la risa incontenible de Martina.

- Oli- dije retirándome sonrojada del lugar para terminar de arreglarme.

Al terminar de arreglarme, Salimos a la fiesta en la playa que quedaba a unas cinco cuadras del lugar, Olivia alquilo un Mercedes descapotable de color rojo fuerte.

Llegamos en la hora pico, cuando estaba llenísimo de gente, pero Olivia tenia entradas vip, por eso pasamos a un sector de la playa “exclusivo”, había sillones, fogatas, bailarinas, barras de tragos, para cualquier adolescente esto seria la octava maravilla del mundo, aunque para mi era muy excesivo. Se veía a leguas que la gente de ese sector era adinerada o muy exitosa, por la ropa que llevaban, relojes joyas, y por los tipos de bebidas y atención que le brindaban el servicio, todos estaban vestidos de blanco acorde a la fiesta.

Baile unos temas electrónicos con Oli, hasta que se fue a pedir unos cubitos, como es costumbre de ella, tomar y tomar pero tiene un aguante.

No puedo negar que me incomodaba bastante la forma en que algunos hombres y mujeres la miraban, era como si quisieran comerla con la mirada, pero con Olivia siempre fui muy segura de mi misma, ya que ella me amaba y lo demostraba a cada segundo, no podría dudar jamás en ella.

Pasaron un tema muy movido, era un reggaetón por lo cual algunos se quedaron parados o se fueron a sentar, yo Salí a la pista, a bailar sola ya que Oli seguía en la barra y Martina estaba con un “amigo”

Siento unas manos rodearme la cintura, mientras tarareaba en mi oído.

- No puedo olvidar tus besos mojados, y la forma en que tú y yo nos devoramos- no quise voltearme, no sentía mis piernas, no sentía mi cuerpo, sentí un estremecimiento en el estomago, esa voz, esa voz que jamás olvidaría, era ella, mi diosa de Olimpo.

- Eeeeh- dije casi cayéndome, sintiendo sus manos en mi cintura sujetándome.

- ¿Eh venido por ti lo sabes?- dijo susurrándome al oído.

- Suéltame- dije reaccionando, a punto de llorar.

- Otra vez no- dijo abrazándome de espaldas- No te puedo dejar otra vez, no me importa arriesgarte porque quiero recuperarte- dijo casi en sollozos.

- Victoria- dije perdiéndome en su aroma, en ese aroma que jamás olvidaría, en ese tacto que hace florecer mi piel.

Cuando estaba a punto de girarme para hacer lo prohibido, porque con ella siempre perdía todas mis fuerzas, perdía toda mi frialdad, ya que ella me tallaba a su manera, me hacia a su manera con solo un roce, con unas simples palabras que conmocionaban mi alma. Me encontré con la mirada desesperada de Olivia, y con esos labios que por primera vez no me sonreían, con esos ojos azules centellantes, y un miedo astros. Sentí un cosquilleo y una tristeza calarme el corazón, no podía seguir viendo los ojos de Olivia, sabiendo de que solo yo era dueña de un futuro que ya sabia, porque por primera vez no estaba escuchando mi razón, sino que estaba escuchando a mi corazón, ese corazón que muere por vos Victoria

- Ven conmigo- decía Victoria mientras Olivia se acercaba a nosotras

- Oli- dije a punto de llorar.

- Anne- gritaba ella desde el otro lado acercándose a pasos agigantados, tirando en la cálida arena los cubitos que tenia en las manos.

- Anne- decía Victoria, besándome la mejilla- Ven conmigo.

- Anne- gritaba Olivia.

En ese momento no pude elegir, mi mente no pudo elegir, ni tampoco mi razón, sabia que Victoria no me correspondía pero soy tan masoquista, tan vulnerable ante ella que cada vez que me dice unas simples palabras, cada vez que me regala un momento de calor no puedo debatirme ante eso porque no elegirla seria arrancarme el corazón y que eso me duela mas que su desamor, por eso sigo siendo tan tonta y vulnerable ante vos Victoria, soy consiente de que si hoy me mataras con tus propias manos aun así te seguiría amando como ayer, porque no se amarte de otra forma sin entregarte mi vida, no quiero que nadie me entienda porque ni yo lo entiendo, solo lo siento.

Sostuve fuertemente la mano de Victoria, y antes de bajar la mirada, mire tiernamente a Olivia como si eso alcanzara para llenar todo el dolor que le cause, mire su desesperación mientras clavaba mis uñas en las manos de Victoria, tal vez con ese gesto le alcanzaría para decirle todo sin palabras dolorosas, pero se que aunque no dijera palabras había rotó el corazón de mi ángel, había cortado sus alas, las había estrujado y dañado como mas quisiera. Jamás podría olvidar su reacción, como se callo en la arena, dejando su orgullo de lado, mientras sus lagrimas corrían desesperadas por sus mejillas, mientras sus ojos me decían desesperadamente que me detuviese, que me quedada a su lado, su desesperación era la de un hombre en el desierto, lo se Olivia, soy consiente de ello eh roto tus alas por mi felicidad, por arriesgarme por primera vez, te page de la peor forma todas tus acciones, rompí tus sueños y los míos, pero yo no puedo soñar si no tengo a Victoria a mi lado.

“No quise mirar mi error, te quise recordar con esa sonrisa que pintaba mi vida siempre, pero no lo pude hacer, por eso corrí, corrí de la mano de la dueña de mi locura y de mis dolores, sin mas miedos que el de tu dolor Oli, sin pensar en otra cosa que en tu corazón. No me esperes Oli, sigue tu vida, te mereces lo mejor y dios lo sabe, el mundo lo sabe, que no hay una mujer como vos sobre esta tierra. Yo seguiré siendo masoquista, seguiré siendo idiota sin poder cambiar mi destino porque estoy marcada y tallada por las manos de una mujer que marco mi alma a su manera y siempre lo hará”

Olivia:

No te vallas princesa, no te alejes de mis brazos, cuantas guerras eh peleado para que permanezcas a mi lado, cuantas veces seguiría peleando porque tus manos pudieran hacerme volar como siempre.

Has cambiado mi alma de arriba hacia abajo, no puedo obligarte a amarme, pero puedo darte un corazón que es verdadero, Anne no te vayas que si te vas yo moriré, que si te alejas yo no podre vivir, todavía no te has dado cuenta que sin ti no puedo ni siquiera intentar respirar, te necesito como el aire para respirar te necesito para vivir y tu me necesitas para sanar tu dolor.

No me dejes clavado el corazón, no me dejes por alguien que busca hacerte daño, porque para Victoria solo eres un capricho y lo sabes mi amor, en el fondo de tu alma lo sabes (…)

Pero te fuiste, te fuiste y me dejaste llorando, llorando como una niña, como hacia tanto no lloraba, me dejaste sin explicaciones aunque me basto con ver tus ojos y sentirte tan lejos de mí.

¿Ahora como sigo sin ti, como aprendo a respirar sin ti? Me robaron tu amor, me sacaron tu corazón, y ahora ya no siento nada, ya no puedo continuar.

- Oli, despertaste- decía Martina en el umbral de la puerta.

Yo simplemente me gire para no tener que lidiar con nadie, no quería hablar de ello, no quería hacerlo, nadie podría levantarme si no fuera mi princesa de ojos mieles y cabello oscuro.

- Oli- decía golpeándome la espalda- Olivia Pintos- decía tiernamente la que era mi mejor amiga- Todo va a estar bien-

- Tu que sabes- dije fríamente.

- Porque con el tiempo la vas a olvidar-

- No jamás digas eso- dije tajante- Ella va a volver.

- Claro y si no vuelve la vas a esperar toda tu vida, claro que no Olivia deja de ser tonta-

- Cuando conozcas el amor, sabrás que se puede estar toda la vida esperando.

- ¿Por qué no haces algo mejor, vas y le pegas a la puta de Victoria?.

- Porque de nada sirve, Anne es un capricho para Victoria y cuando se aburra de ella, yo la voy a esperar.

- Tu sabes que Anne no te ama Olivia- eso sí que me dolió Martina, saberlo no duele tanto cuando te lo plasman en el rostro- Anne es una basura como Victoria después de todo lo que hiciste por ella.

- Cállate jamás digas eso de ella- dije furiosa

- Es la verdad- dijo suspirando

- Yo no se vivir sin ella Martina- dije conteniendo mis sollozos, no podía volver a llorar, no debía llorar.

- Existe el karma- dije vacilante- Y lo estoy pagando, por jugar con tantas personas, la única persona por la que daría la vida se fue, me dejo y no solo eso sino que no me ama.

Anne mi Anne mi princesa tan vulnerable pera tan fuerte a la vez, estés en donde estés, quiero que sepas que aunque pasase mil años yo seguiré aquí de pie esperándote, no te juro ser fiel ni tampoco intentar olvidarte, pero te juro que mi alma es tuya, es tuya mi amor y solamente tuya, no me importa arriesgarme, no me importa el dolor ni tampoco el desasosiego si te puedo soñar, si no eh dejado de intentarlo, si no deje de intentar penetrar tu piel y adentrarme a tu corazón es porque creo en los milagros, sueño que me puedas dar una oportunidad verdadera, y aunque no lo creas puedo sentir tu dolor, se leer en tu mirada tu desesperación, como en aquella noche, pude ver tu desesperación, pero detrás de esa desesperación el rabillo de felicidad que encontraste cuando estabas junto a ella, no puedo obligarte a amarme, pero puedo ofrecerte un corazón sincero, un corazón que daría su vida por una caricia de ti, al igual que tu soy adicta a ti, seré masoquista pero no se amarte de otra forma, te conocí siendo de otra, te ame cuando tu corazón aun era de otra, y te perdí por la otra.

Mi amor vivo en el desespero, pero no quiero cambiar nada, prefiero sufrir que intentar olvidarte, porque de solo pensarlo puedo quemarme en vida, puedo morirme si olvido tu bella sonrisa y esa voz tan dulce tan sonora acompañada de esa tonada tan sexi y exótica.

Todavía recuerdo como esa noche, perdí todas mis fuerzas, y sentí flaquear mi cuerpo cayéndome a la cálida arena, mientras tu mirada me irradiaba pena, una pena que jamás busque sentir de ti, mientras esa mujer te agarraba la mano y te alejo de mi vista. Ha pasado dos días, y sigo sintiendo ese cosquilleo irreversible tan penoso que se esta arraigando en mi cuerpo, y el desasosiego que no me da tregua, las lagrimas que no dejo dispararse. Se que eres mi Karma, mi dulce karma, pero aun así, aunque seas cruel, aunque hallas sido vil no puedo odiarte Anne, no puedo odiarte porque solo se amarte.

“No te Olvides de tu ángel sin alas, porque solo tu podrás devolverle las alas”

Después de esa noche, no pude reaccionar y me descompuse al instante por la conmoción que había vivido mi corazón, Martina fue la encargada de traerme al hotel, ya que todavía no habíamos vuelto a Madrid, ¿Con que cara le diría a mi suegra y a mi madre que Anne se fue con Victoria?, si ni yo misma me lo creía todavía.

De día me moría recordándola, mientras Martina hacia hasta lo imposible para olvidarla, para olvidar el pésimo momento que estaba viviendo, pero eso es tan imposible, tan lejano que yo pueda olvidarte Anne. Debería odiarte y seguir mi vida, volverme aquella niña fría y cruel que algún día fui porque cuando lo era nada me dolía, pero yo eh tenido que conocerte y que convirtieras a esa niña en esta persona, de que sirve todo Anne, si no te puedo tener.

“Vuelve pronto, no se cuanto podre vivir sin tenerte a mi lado”

Dirán que soy estúpida, dirán que soy idiota, y si lo soy, estoy idiotizada por amor, por mi primer y mi único amor, porque te lo juro Anne que eres y serás la única mujer en mi vida, por eso solo a ti te permito que juegues de esta forma con mi corazón, por eso solo a ti te permito que me claves mil y unos golpes en el corazón.

Podría darte el mundo entero, podría inventar que entregarte, porque estoy loca, loca por tu amor, de otra forma no se como amarte, porque para perdonarte después de que desangres mi corazón, eso nadie lo entendería, es que eres, eres un cielo estrellado en una noche en Tokio, eres un camino en el desierto, eres todo para mi, y eso solo quien estuvo enamorado perdidamente lo entendería. Eres mi princesa, la princesa que jamás soñé pero encontré, la princesa que me hace a su antojo, que me hace conocer el cielo y solo ella puede desterrarme de el.

Anne:

En esa noche, después de ver lo más doloroso de mi vida, Victoria me llevo a su Jet privado a Venecia (Italia).

En ese gran avión, que tenia un tapizado alfombrado de color gris oscuro, tan grande como el avión de Olivia, tenia dos pilotos, y dos azafatas, en el avión también estaban Ortiz y Josefina, que según Victoria fueron ellas que descubrieron mi paradero

Me dormí en sus cálidos brazos, sin palabras algunas, después de todo lo que había vivido, no quería recordar aquello que había vivido hace un instante, mi corazón no sentía las fuerzas para aguantar una punzada más.

Soy cruel, soy una mierda, pero no puedo ir en contra de la naturaleza del amor, no se como hacerlo, aun después de todo lo que Victoria me hizo no se odiarla sin amarla, no se dejar nada si no es por ella.

- Anne tengo que contarte algo- decía esa voz tan pintoresca mientras sus brazos apretaban fuertemente mi vientre.

- Calla Vic- dije entre sollozos a punto de llorar.

- Déjame decírtelo- dijo besando mi oreja derecha.

- No me lastimes otra vez- dije entrelazando sus manos con las mías, mientras apretaba su cuerpo mas al mío.

- Si yo te abandone esa mañana fue por egoísmo no te miento- dijo mientras mis lagrimas corrían irremediablemente- Siempre soñé ser la mejor tenista del mundo, y tu sabes que en ese ambiente no todos son muy liberales, por eso mismo te deje esa mañana para que me olvidaras, pero ese fue mi peor error porque fui yo la que jamás pude olvidarte. El chico con el que aparecía en las revistas, el es un amigo es modelo y actor nos ayudábamos mutuamente, pero mi corazón no pude mantener su compostura cuando te vi con Olivia besándote en el caballo.

- Estoy sorprendida- dije sin salir de mi asombro.

- Yo y Manuel nunca estuvimos, Ortiz lo invento todo para que llegara a tus oídos, mi amor no sabes cuantos errores me hubiesen gustado remediar para que no sintieras este dolor.

- Ya nada se puede hacer- dijo entre suspiros.

- Olivia lo superara- dijo dándome un pequeño beso en la mejilla mientras sus dedos jugaban con los míos.

- Tal vez yo nunca lo supere- dije volviendo a la realidad- Oli fue mi ángel y mi sostén en la pesadilla que viví, mira como le pague- dije sin poder evitar que mis lagrimas cayeran otra vez, sin poder evitar que sintiera crujir de dolor mis órganos del desasosiego y la descompostura que vivía mi corazón.

- Perdón Anne, perdón mi amor- dijo Victoria abrazándome mas fuerte- Pero no aprendí a vivir sin ti, ni tampoco lo podre hacer jamás, porque al llegar la noche tu rostro y tu olor se impregnaban en cualquier habitación, y la gloria era fracaso porque no te tenia para disfrutarlo, para disfrutar mi éxito.

Sabía que tal vez para Victoria fuese solo un capricho, pero no podría vivir sin haberlo intentado, y en este intento arranque las alas del ángel más hermoso que vieron mis ojos, al ángel más tierno y noble en la faz de la tierra.

Estés donde estés Oli, deseo con todas mis fuerzas, con todo mi corazón que puedas continuar, que encuentres a alguien que te devuelvan las alas que un día yo corte, que arranque, que estruje a mi manera. Me quisiste mas que a nadie y de eso soy consiente, pero yo no se amar a nadie que no sea Victoria, mi mente no puede elegir sin que mi corazón lo dicte.

Llego la mañana, y junto a ella una nueva travesía, un nuevo destino, un destino que mi razón no eligió sino que mi corazón dictamino.

Josefina y Ortiz se fueron por su cuenta a otro hotel, tal vez para dejarnos más privacidad, Victoria alquilo un pequeño hotel, enfrente del histórico canal de agua en donde podíamos ver a todos los navegadores con sus pequeños barcos y a los enamorados viajar pasiblemente por las corrientes del agua, impulsados por el romanticismo y la historia de Venecia.

Eso hacia más romántica la situación.

El hotel era una amplia habitación, de piso de piedras y paredes de las misma piedras, un balcón que daba una vista increíble al interminable canal de agua, una cama matrimonial rectangular, poseía cuadros de grandes pintores Italianos, teléfonos que conectaban directamente con el servicio, un jacuzzi con el toque mas romántico de mundo, las paredes eran de colores rosas con dibujos de ángeles y corazones, un plasma gigante en el medio de la habitación.

Venecia, que lugar más hermoso, que lugar más sublime.

- Sabia que te gustaría Venecia- dijo Victoria mirando mi asombro, sentada en la cama.

- Es hermosísimo Vic- dije sin poder contener mi euforia.

- Tan hermoso como tu no creo- dijo penetrándome con esos ojos azules verdosos, acompañados de ese rostro angelical en la cual se dibujaba una pequeña sonrisa.

- Vos sos hermosa- dije sonrojándome, hacia tanto que no hablaba con ella.

- Ven- dijo invitándome a sentarme.

Me acerque lentamente, haciéndola esperar ansiosamente, coqueteándola con mi caminar.

- Tu eres hermosa- dijo invitándome a sentarme con la mano.

- Te amo- dije lo inevitable, lo prohibido.

Mis labios después de tanto tiempo, sentían las carias de esos carnosos labios rubí, los dueños de mi piel, con los que Vic marco mi alma para siempre.

Victoria me acostó suavemente sobre la cama, mientras se quitaba la hermosa camisola chocolate que tenia, me beso lentamente los labios, como si con ello quisiera darme seguridad, la seguridad que no me dejaría tirada como en aquella mañana.

Sentí miedo, el miedo me envolvió otra vez, el miedo de ser abandona y ella lo pudo leer en mis ojos.

- Shhh tranquila, te amo no te voy a abandonar- dijo lentamente besándome el cuello.

Mi cuerpo sintió otra vez a su dueña, a mi diosa del Olimpo, la mujer mas hermosa que había visto en mi vida, dueña de ese perfume enloquecedor y esa tonada tan sexi, dueña de ese cuerpo espectacular.

Victoria termino por sacarme el vestido blanco que llevaba cuando sin pestañear se apoderaba de mis pechos, sentí como se endurecían y encendían mi zona intima.

Beso, chupo y degusto lentamente, hasta que me dio tregua y me saco lentamente la ropa interior sin besar mi abdomen.

Le di vuelta para hacer lo mismo con ella, recorriendo esa suave y levemente bronceada piel, mientras mis labios recordaban el sabor a su piel, el sabor de su sudor, de su olor, olor que jamás olvidaría.

Le saque lentamente la ropa interior, y cuando estaba a punto de hacerle el sexo oral de su vida, ella se giro rápidamente quedando encima mío.

- Siempre tuve esta fantasía- decía Vic muy agitada, su rostro mas el ruido de sus gemidos me llevaron a una excitación nunca antes vista.

Junto sus caderas junto a las mías, y empezó un vaivén enloquecedor. Sentía mi ser tan caliente tan mojado mezclarse con el suyo, jamás sentí un placer semejante al que estaba viviendo, su respiración junto a mis oídos, sus gemidos y sus besos mientras incrementaba sus movimientos me llevaron a unos continuos orgasmos.

- Aaah, ahhh- gritaba de excitación Vic en mi oído, mientras le clavaba las uñas por el placer que me hacia sentir.

Después de unas horas agotadas, me quede dormida entre sus brazos, sintiendo ese perfume enloquecedor impregnarme los sentidos.

Me levante por el ruido de las lanchas y las músicas italianas, y sentí un dolor inmenso al no verla junto a mi en la cama y un recelo apoderarse de mis pensamientos, me entro una desesperación enorme. Estaba a punto de llorar, cuando Vic apareció junto a mí con un vestido negro muy casual pero tan sexi y elegante, y un enorme ramo de rosas, en esos momentos me sentí la mujer más feliz en el mundo. No había nada que pudiera calmar los latidos y la alegría de mi corazón en esos momentos.

- Te dije que no me iría otra vez- dijo dándome un pequeño beso en los labios, mientras contemplaba sorprendida el enorme ramos de rosas rojas.

- Son hermosas mi amor- dije besándola otra vez pero esta vez de una forma más intensa.

- Como tu- dijo besándome la frente antes de levantarse- Vamos vístete mi amor te espero, iremos a cenar.

- Bueno- dije yendo casi corriendo a la ducha.

Olivia:

Hace más de cinco días que Anne ha desaparecido de mí vida dejando inculcado en mi una herida que nunca sanara.

Hace dos días que eh vuelto a Madrid, sin ganas de volver a viajar, sin ganas siquiera de vivir, toda esa alegría con la que miraba a la vida se ha esfumado y ahora en mi cielo obscurece, porque no esta la luz que irradia mi vida y me empeña a sonreír hasta en la peor circunstancias, porque al tenerla a mi lado los malos momentos eran gloriosos.

¿Habrá un dolor mas punzante y doloroso que amar y no ser correspondido?, no puedo pronunciarlo, no puedo, no, es como morirme aun sabiendo que esa es la realidad.

“Sin ti vivo en el desespero”

- Vamos mi Oli, levántate- decía mi madre acercándose a mi cama.

- No quiero mamá- dije ignorando sus palabras y volteándome otra vez.

- Mi amor, nunca pierdas la fe, ella regresara- inmuto de repente, pasiblemente.

- De eso no me caben dudas, y tendré que juntar sus pedazos otra vez- dije entre suspiros.

- La pregunta es si quieres hacerlo- decía mi madre con la voz más serena del mundo.

- No se si tendré las fuerzas para afrontarlo- inmute débilmente.

- ¿Para afrontar que esta enamorada de otra persona?, vamos Oli si tu sabias que era así- gracias mamá por decirme una verdad que yo siempre eh renegado, aunque siempre lo había sabido.

- Seré masoquista entonces, tendría que olvidarla y seguir adelante, pero no puedo ni siquiera pensarlo mamá.

- Entonces lucha hija-decía acariciando mis cabellos.

- ¿Cuántas batallas debe luchar uno para conseguir el amor de una persona?- dije entre suspiros.

- Cuantas sean, recuerda en el amor todo se vale, y mas si sabemos que aquella solo está jugando con Anne.

- Quiero que se de cuenta sola- dije sorprendida por la astucia de mi madre.

- Olivia Pintos, tu eres inteligente no decepciones a tu madre sabes lo que tienes que hacer- dijo antes de salir rápidamente de mi habitación sin darme chances de seguir indagándole.

Después de meditarlo varias horas me decidí llamar a Martina mi secuas para todo, la cual llego rápidamente.

- ¿Tía estas segura?- decía una Martina agitada.

- Creo- dije dubitativa.

- Haber, aquí Olivia o es blanco o negro, no coloques un celeste- decía Martina mientras caminaba por todo el cuarto agitada.

- ¿Y a ti que te parece?-

- Es la mejor idea que se te ha ocurrido tía- dijo exaltada.

- Entonces puedes llamar a tu amigo, el fotógrafo ese.

- Gustavo, si ahora mismo- dijo sacando el celular de su bolso

¿Por qué después de todo sigo amándote de esta forma?. Quisiera escaparme de este sentimiento, quisiera tener las fuerzas si quiera para olvidarte.

Princesa, dueña de mis sueños, dueña de mis únicos temores, dueña de mis suspiros, creadora de este dolor que ha nacido de tu adiós. Yo siempre te protegeré, siempre intentare barrer los males de tu camino, mi amor, ven y sana mis alas otra vez que sin ti no podre volar jamás, regresa que sin ti no se por cuanto tiempo pueda seguir soportando este verano que se hace invierno.

Te perdono todo, porque sin ti no se como respirar, sin ti mi vida no tiene rumbo ni dirección. Sin ti no sé cómo vivir Anne, porque jamás me has enseñado a hacerlo. Eh aprendido el arte del amor contigo, no se como pintarlo de otra forma.

Tocaste mi corazón, tocaste mi vida, me enseñaste otro mundo, pero jamás me enseñaste a olvidarte.

“No puedo obligarte a amarme, pero puedo ofrecerte un corazón sincero”

Anne:

Pase los días mas gloriosos del mundo junto a Vic en Venecia, nos pasábamos todas los días navegando por los canales de la ciudad, “la ciudad del amor”, para volver luego al hotel y entregarnos al placer.

Extraño y pienso a veces en Oli, pero por esta felicidad que sentía en este momento hubiese dejado mi vida entera, el tiempo que hubiese sido necesario. Lo único que aun me duele es aquella mirada, aquel dolor que vi desgarrarse en Olivia, en la mujer incondicional en mi vida. No es lastima ni un deber lo que siento por Olivia, sino que es un amor, un amor profundo. Pero mentiría si dijera que estoy enamorada de ella porque la amo, la amo demasiado pero de quien estoy enamorada es de Vic, de mi diosa del Olimpo.

- ¿En que piensas?- decía Victoria acariciando mi antebrazo.

- En ella- dije con la mirada perdida en los canales de agua, desde la alcoba.

- Todo pasara- musito en un susurro.

- La conozco tanto que siento su desesperación- dije con recelo, por la reacción de Victoria.

- Tu no tienes la culpa, yo la tengo- dijo parándose al lado mío, mirando hacia el horizonte.

- Yo soy la única culpable, me refugie en ella para calmar mi dolor y le page de la peor manera.

- Nos amamos, piénsalo desde ese punto de vista- dijo con esa frialdad característica en ella, mientras sus ojos azules verdosos se volvían más brillantes que la luz de las estrellas.

- Vos sos egoísta por eso pensas así- dije tajante.

- Lo que falta ahora es que discutamos por Olivia Pintos- decía una Vic molesta.

- No hables así de ella- dije vacilante.

- Está bien lo siento- dijo Victoria más serena.

A la mañana siguiente teníamos planeado navegar otra vez, pera cenar en una de las lanchas.

Después de divagar por la habitación, me puse un short de jeans y una camisola blanca estilo hippie, y unas sandalias romanas altas, un pañuelo onda retro.

Victoria estaba despampanante con un vestido blanco estilo playero que llevaba la hacia ver tan tierna y elegante ante mis ojos.

- Vamos- dijo tendiéndome la mano mientras caminábamos por las angostas calles de Venecia, y al poco tiempo nos encontramos con la lancha que Victoria había alquilado.

En el estaban un mozo, un violinista italiano y el conductor de la lancha.

- Esto es espectacular Vic, gracias- dije emocionada.

- Gracias a ti por brindarme tu amor- dijo entregándome una copa de champagne y besándome por primera vez en público después de tanto tiempo.

- Que suerte tenemos de que no tomen fotografías aquí- dijo risueña.

- ¿Por qué lo decís?- dije intrigada.

- “Lo que pasa en Venecia se queda en Venecia, ¿jamás habías escuchado ese dicho?-

- Lo había escuchado- dije serena- ¿Aun así importaría si te vieran cariñosamente junto a mi?-

- Digamos que falta una semana para que comience Roland Garros- dijo incomoda.

- Entonces si te importa- dije suspirando.

- Anne después hablaremos- dijo tajante.

- No, no hemos hablado de cómo seguirá todo esto todavía-

- Yo quiero estar contigo, pero no de esa manera- dijo ignorando mi mirada.

- ¿Vos jamás me darás mi lugar no, jamás me presentaras a tu padre por lo que soy no es así?- dije entre sollozos.

- Anne eso es irrelevante, tu y yo nos amamos, el resto sobra- dijo entre suspiros tratando de calmar mis sollozos.

- Me vale Victoria- dije furiosa.

- Yo no soy Olivia- inmuto tajante.

- Ojala lo fueras- conteste vacilante,

- Si fuera tan pesada como esa tía, jamás te hubieras enamorado de mi- inmuto despreocupada.

- Yo pensé que cambiaste- dijo a punto de llorar.

- Tú no entiendes, no puedo Anne, este mundo del tenis no acepta todas estas cuestiones.

- Mauresmo es gay y juega al tenis- conteste sin vacilar.

- Yo deseo ser la mejor y no ser tachada por la prensa, ser el icono de las futuras generaciones, entiende Anne estoy en el segundo puesto de la WTA, falta poco para que haga historia y sea la primera tenista mas joven en lograrlo.

- Cállate Victoria, mejor calla que con cada palabra que dices en este momento estas haciendo que toda esta belleza se transforme en un infierno- dije entre lágrimas.

- Te puedo dar el mundo mi amor, pero tienes que esperarme- decía secándome las lagrimas con las cálidas yemas de sus dedos.

- El problema es que ya espere demasiado tiempo, ya me dolió demasiado no se si podre soportar otra puñalada- dije sin importarme las apariencias.

- Solo espérame unos meses, le diré a mi padre, pero no me hagas afrontarlo frente al mundo todavía no.

- Esta bien- mentí mientras mi interior temía lo que pasaría, temía la verdad.

Éramos solo un par de niñas que se amaban irremediablemente, pero el amor es de valientes y de valiente Victoria no tenia nada, ella cruzaría encima de mi por lograr sus sueños, por la codicia que llevaba en las venas, por esa ambición inacabable de triunfar, y no la puedo culpar, ya que éramos solo un par de niñas con un futuro incierto todavía.

Reino el silencio en esa lancha. Ninguna quiso decir más palabras, tal vez por la reacción de la otra, o por el simple miedo de lastimarnos mutuamente. Pero su silencio no hacia más que dañarme una y otra vez.

Después de cenar volvimos al hotel, sin hablarnos, solo nuestras tristes miradas eran las que hacían contactos, sentí tanto miedo de perderla otra vez, sentí tanto miedo de que se escapara de mis brazos. Pero sabía que no podría luchar contra eso, en contra de sus sueños, sabia que no podía hacer frente hacia algo tan poderoso en Victoria, pero sabia que no soportaría ser ocultada ante el mundo… ante su mundo.

Porque cuando se ama verdaderamente, no se puede callar ese sentimiento, ya que cada poro de piel lo grita orgulloso de sentirlo.

Quien sabe Victoria tal vez no me ames.

Cruzamos la penumbra de la habitación, no sin antes apoderarme apasionadamente casi violentamente de sus labios, como si con eso quisiera cambiar su posición.

Ella se dejo hacer, pero en cuanto llegamos a la cama sentí una culpa colarse sobre mi, sentí que algo me detenía, sentí un dolor estrujarme las tripas, y un dolor oprimirme en el pecho.

- No puedo- dije llorando, sin poder entender porque se disparaban de esa manera mis lagrimas.

- Entiendo- decía Vic estrechándome contra su pecho.

- Vic yo- dije tartamudeando sin saber siquiera que decir.

- Calla, shhh- dijo llorando, por primera vez veía en sus ojos lágrimas, unas lágrimas que quemaron mis sentidos.

- Lo que paso en Venecia se queda en Venecia- inmute en susurros.

- Sabes que te amo y siempre lo hare- dijo gacha.

- Solo quiero que despiertes junto la mañana siguiente, pero no puedo tocar tu cuerpo otra vez, sin morirme mi amor- dije abrazándola mas fuerte.

- Jamás te dejare, solo entiéndelo Anne, acepta lo que te propongo- dijo desesperada. Pero no quise contestarle, no quise inmutar lo que realmente pensaba, y me quede dormida entre su exótico perfume, y el aroma de sus rubios cabellos en mi rostro.

A la mañana siguiente, me levante por el ruido de las lanchas en movimiento, y la típica musiquita italiana que adornaban Venecia.

Victoria me miraba serenamente, mientras a un costado mío me esperaba un delicioso desayuno.

- Al fin despertaste bella durmiente- decía acariciándome con una enorme sonrisa mientras sus ojos azules verdosos me penetraban los sentidos.

- Buen día- inmute serenamente con una sonrisa dibujada de oreja a oreja.

- Anne dime que lo pensaras- dijo volviéndose seria como siempre.

- Lo se Vic- dije bebiendo del café que estaba en la bandeja junto a la lámpara de la mesita de luz.

- Espera- dijo Victoria contestando el teléfono que sonaba.

Luego de eso, solo pude ver la desesperación en los ojos de Victoria, y como solo podía inmutar de sus hermosos labios, “si, ok, no te lo puedo creer”. Después de quince minutos colgó el teléfono y me miro atontada.

- ¿Qué paso?- dije con recelo.

- Nos sacaron unas fotos besándonos, y una revista la pondrá en su próxima edición, si no hablo con la que mando las fotos- dijo soltándolo todo sin siquiera respirar.

- ¿Qué?- dije despertándome del todo, casi escupiendo el café.

- Puta será- inmuto despacito, casi en un susurro.

- ¿Sabes quien fue?- pregunte realmente nerviosa.

- Olivia Pintos- dijo mostrando de su rostro rabia.

- No puede ser- dije sorprendida- Ella no es capaz de eso.

- Si lo es- dijo Victoria tajante.

- No puede ser- repetía sorprendida.

- Si es ella- decía Victoria sin dejar de caminar por la habitación.

Después de unos minutos, cuando Victoria se tranquilizo, y se sentó en el borde de la cama con un rostro totalmente desesperado, logro inmutar palabras.

- ¿Qué harás?- dije serenamente.

- Tengo que negarlo todo- dijo sinceramente, sin poder siquiera mirarme el rostro.

- Estas segura de lo que harás- dije mientras mi cuerpo flaqueaba.

- No me queda de otra- dijo esta vez mirándome directamente a los ojos.

- Sos una cobarde Victoria- dije enojada acercándome hacia ella.

- Tienes que irte hoy mismo a Madrid- dijo fríamente, como si todo lo que pasamos fuese nada para ella.

- No lo hagas Vic- dije desesperada, mientras mil espinas se clavaban en mi corazón, y mi estomago se revolvían permitiéndome solo llorar desesperadamente- Debe haber una solución-

- Yo no puedo, lo siento no puedo- decía Vic a punto de llorar pero con la expresión mas fría que vi en mi vida, como si yo no le importara y valía de mi.

- ¿Victoria tu por lo menos me amas?- dije desesperada golpeando su pecho con los puños, mientras ella me sujetaba fuerte.

- Te amo, pero no puedo Anne, no puedo ir encontra de mis sueños y tu en el fondo siempre lo supiste.- Dijo abrazándome sin dejar de sujetar fuerte mis brazos.

- No me dejes Vic- dije sin importarme humillarme una y mil veces.

- Te espera un avión a Madrid esta tarde- dijo levantándose sin mirarme.

- Victoria- decía implorando desplomada en el suelo con el corazón hecho pedazos.

- No sigas Anne, tu sabes que entre mis sueños y tu siempre eligiría mis sueños- dijo de la forma mas fría, congelando todo mi corazón- Es que solo tenemos diecisiete años, tengo toda la vida por delante, ¿y si lo nuestro dura solo unos años?.

- Entonces lo habremos intentado- dije secándome las lagrimas mientras me sentaba en el borde de la cama.

Silencio, silencio es lo que había en esa habitación que nos recogió hace unos días y fue la prueba viviente del amor que sentía por vos Victoria, porque te entregue mi cuerpo y mi alma de todas las formas posibles que existen, para que hicieras con el lo que quisieras.

Pero solo hoy lo pude entender completamente, el amor es solo para los valientes, y tu eres cobarde, no mereces ni mi amor ni el de ninguna, no sos una diosa de Olimpo, sos la diosa de la cobardía, la diosa del egoísmo, en el fondo lo sabia, sabia que estoy sucedería pero jamás me perdonaría no haberlo intentado, no haber vivido estas semanas fenomenales, para que el cielo me mostrase la realidad, mi realidad.

Para que el desespero se transforme por fin en desamor, para que pueda entender lo que siempre me decía Olivia “para ella solo eres un capricho”, y esa mañana te extrañe Oli, te necesite para que recojas mi figura humillante del suelo, para que recojas mi corazón hecho pedazos, para que secaras mis lagrimas con tus cálidas yemas como siempre lo hacías. Para que pudieras abrazarme sinceramente, sin hipocresía como lo hizo Victoria.

- Sabes que si salgo de esa puerta, jamás regresare a tus brazos- dije para no quedarme con las palabras para siempre. Ya no lloraba, ya no sentía nada porque Victoria otra vez me arranco el corazón de la forma más bruta y violenta del mundo.

- Lo se- dijo sosteniéndome su fría mirada, esa fría mirada que ni hoy en día puedo olvidar.

- Vos no mereces mi amor- dije tratando de herirla, de vengarme, pero no había forma aquella diosa del Olimpo no era mas que una roca mas de esa habitación en Venecia.

- Lo siento- dijo mientras me clavaba esos penetrantes ojos, como si con eso pudiera enfriar mas mi alma.

- Yo también siento amarte de esta manera- dije antes de salir al balcón para no podía soportar seguir viéndola.

Viaje esa misma tarde a Madrid, sin saber como seguiría mi vida.

Con un dolor inmenso apoderarse de mis sentidos, pero es que no lo hizo solo una vez, lo hizo dos y lo seguiría haciendo mas veces. Pero esta vez Victoria Pardo, mi corazón esta completamente sellado para vos. Tal vez te ame toda una vida, tal vez sufra desangrándome, pero le juro al cielo que jamás volveré junto a ti, aunque muera, jamás volveré a sentir esa frialdad clavarse junto a mi, porque vos no me amas, no me amas y nunca lo harás, nunca me elegirás encima de ti, eso no es amor, porque el amor es amar a aquella persona mas que a uno mismo. Tal vez algún día aprendas a amar, y espero que nada se te vuelva, que todo el dolor que me causaste y sigues causándome no se te vuelvan.

“Cuentas veces puede desgarrarse y romperse un corazón por una persona”

Acaso puedo llorarte de esta forma, si tu corazón jamás ha sido mío, debería ser fuerte y ser tan fría como vos, pero no puedo escaparte de este dolor, no puedo ni llorarte, porque lo que siento por vos es amor. Solo el que ha amado de verdad entendería mi postura, porque el corazón es torpe, y aunque esa persona clave y clave mil yagas en tu corazón, seguirías amándola con tanta profundidad porque no sabrías amarla de otra manera, eso es lo que siento por vos Vic, porque soy masoquista, porque fui una idiota ante algo tan grande para mi, ante algo que jamás sentí.

Una semana después.

No he vuelto a ver a Oli, me tome una semana después de mí vuelta por Venecia para enlutar a Victoria, por última vez.

Al llegar me encontré con la mirada de decepción de mi madre, que no supo juzgarme pero pudo taladrarme con su mirada.

Ángela me dio su contención como cualquier amiga. Y en esos días fue que extrañe muchísimo a Olivia, ya que solo ella sabría hacerme sonreír con su risa quisquillante y esa sonrisa que parecía jamás desaparecer. Me pregunte varias veces si ella todavía me quisiese, y si por lo menos pensara en mí.

No me arrepiento de todo lo que eh vivido con Victoria, ya que sirvió para abrirme realmente los ojos, para este futuro incierto que me toca vivir, y entendí que al amor hay que sentirlo sin entenderlo, pero hoy si pude entender mi relación con Victoria, yo siempre la recordare como mi gran amor, pero de ahora en adelante tendré que aprender a vivir con el desamor, así como ella lo dijo soy tan joven, tan vulnerable que me falta mucho por recorrer y tal vez el tiempo marque otra vez mi camino, y el viento pueda borrar las caricias que dejo impregnada en mi piel.

Yo Victoria. Mi Vic, simplemente no podía vivir un amor de migajas, ya que fuiste vos la que me enseñaste a vivir sin apariencias, pero sos vos la que elige vivir con una mascara.

(…)

Estaba desesperada, no encontraba mis sandalias los únicos que combinaban con mi vestido estilo bohemios.

Me coloque rápidamente la trenza hippie, y el vestido, y cuando paso por el pasillo, veo a Mile que tenia puesto mis sandalias. Lo primero que hizo por el miedo fue sacárselos y salir corriendo, mientras yo le lanzaba lo primero que encontraba, que grande estaba mi pequeña hermanita, cada día más alta y hermosa.

Salí rápidamente del lugar hacia la cafetería en donde nos reuníamos con el club de literatura. Al llegar veo solamente a Ángela sentada repasando unos libros, mientras había un gran bullicio de gente que al parecer estaban viendo un partido de algo que ni siquiera preste atención.

- Son densos estos tíos- decía fastidiada Ángela.

- Tranquila, que todavía no ha llegado nadie.

- ¿Estas mejor amiga?- pregunto tiernamente Ángela.

- Si, ya no duele como antes, ahora puedo verlo diferente, puedo verlo como realmente siempre fue- dije entre suspiros.

Después de unos minutos nadie llegaba, y el gentío se fue yendo. En el gran plasma mostraban una conferencia de prensa.

- Mira es Victoria- inmuto sorprendida Ángela, es que era simple y sencillo yo jamás miraba Tv, pero si escuchaba las noticias.

Leí detenidamente el titulo que decía “Victoria Pardo se consagro reina de Roland Garros en Paris.

Sentí un pequeño desasosiego recorrerme en el cuerpo, pero después de todo Victoria se lo merecía, después de tanto esfuerzo había logrado sus objetivos como siempre, no solo era la numero uno del mundo sino que hacia historia.

Después del partido, mostraron a una animada Victoria dando una entrevista de prensa, le preguntaron cosas muy triviales, que como se había sentido en la cancha, si el partido había sido duro etc.

Hasta que unos de ellos, casi rompe mis ejes con una pregunta.

- Señorita Pardo, hay rumores y fotos de una editorial en la cual se la involucran con una señorita que puede decirnos sobre eso- se escuchaba la voz del entrevistador.

- Eso ha de ser un invento de la revista para juntar mas fama- decía Victoria sin dejar de reírse, que buena actriz que sos, pensé dentro de mi- Todos saben quien es mi novio, a esa chica jamás la había visto, y esa revista me había llegado hace una semana, la verdad es ridículo.

- Que buena actriz que es esa tía- decía Ángela atontada- Si no supiera la historia hasta le creo fíjate.

Sentí pena por Victoria por primera vez, tener que ocultar lo que sos por el que dirán, por el miedo a que te tachen, ocultar al mundo tratando de extraña a una mujer que perteneció a tu vida, eso es algo que no me hubiese tragado de Victoria si no me hubiese pasado. Me dio pena, sentí pena por su vida, por ser tan cobarde. Sentí pena por la gloriosa Victoria.

En ese momento cuando estaba a punto de voltearme para seguir mi charla con Ángela, ignorando lo que había visto hace un momento, mis ojos se cruzan con los penetrantes ojos azules de un ángel. Un ángel acompañada de su fiel amiga, un ángel que como siempre jamás dejaba de sonreír, esa sonrisa, y esa mirada que me recorría entregándome el calor que solo ella sabia, me hicieron recordar a como siempre había visto a Oli, sonriente y radiante, como un ángel orgulloso y realmente hermoso.

(…)

Siete años después…

Termine graduándome con honores de la universidad de Oxford, después de un infinito esfuerzo, y dedicación, me gradué en ciencias medicinales.

Y hace dos años que trabajo de ello, comencé despacio, de abajo y en este momento se podría decir que soy una prestigiosa científica, en este momento me estoy dedicando en buscar una cura para el VIH Sida, para ver como puedo aportar algo a la sociedad. Con los estudios conseguí encontrar una cura o unos nuevos métodos para la enfermedad de mosca negra en África.

Pero todo esto jamás podría haberlo logrado sin el apoyo incondicional de Olivia, de mi amor, de mi ángel incondicional.

Con el tiempo aprendí muchísimas cosas, y una de ellas es que el primer amor jamás se olvida, pero se aprende a vivir y soportarlo, y luego el tiempo hace su magia y te ayuda a olvidarlo, dejarlo intacto en el recuerdo como el primer amor loco y pasional que te hizo delirar.

Pero con Oli pude aprender a amar verdaderamente, con tiempo y espacio, ya que con el tiempo y con esfuerzo ella logro conquistar completamente mi corazón, de punta a punta. Cuando deje de pensar en Vic, fue el día en que me vi pensando y suspirando por Olivia, que nunca se fue de mi lado y siempre permaneció intachable, junto a mí, compartiendo de mis alegrías y tristezas, siendo valiente ante el mundo por mí, por nuestro amor.

Oli no siguió jugando al Polo, sino que se dedico a seguir el negocio familiar, en el cual le fue de maravillas ya que duplico las millonarias ganancias de su padre. Con Rebecca tuvimos que tener paciencia y tiempo, hasta que un día Oli sola maduro completamente y se dedico a marcar ella sola su futuro, dejando atrás a la niña-mujer tan valiente que siempre fue.

Con Victoria me cruce algunas veces por algunos lugares, la primera vez se sintió extraño, y las veces posteriores, simplemente la veía como un hermoso recuerdo, esa fue la prueba de que yo había crecido también, y ya no era la niña masoquista y locamente enamorada de la diosa de Olimpo, sino que era una mujer que aprendió a olvidar, a los golpes pero aprendí.

No se que será de la vida de Victoria en este momento, no he vuelto a hablar con ella desde esas vacaciones en Venecia, y ella no volvió a buscarme, tal vez como prueba de su amor, o la manera de amarme que tenia, no me busco para dejarme olvidarla e intentar ser feliz.

No me gusta poner Fin, tal vez no se el final, pero deja de ser contada.

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