Francesca II (última parte)
“Un mundo diferente”
Francesca:
Al principio todo comenzó siendo una mierda, después de haber huido de ella, allí la tenia otra vez, frente de mí, con sus ojos alegres recriminándome tantas cosas. No tengo palabras para explicar la emoción mezclada con incertidumbre al volver a verla, una emoción inexplicable y una incertidumbre del miedo que me causaba tenerla cerca de esta atracción tan diferente para mí.
Sabía que era débil ante ella y lo demostré una vez más cuando estábamos a punto de besarnos, cuando sus ojos me acariciaron y su aliento me estremeció. No tuve siquiera la valentía de correrme, no pude moverme, me quede helada, me quede paralizada. Tal vez en el fondo esperaba que ocurriera, lo deseaba más que a todo en este mundo, sentir sus labios carnosos.
Trate de huir una y mil veces de su lado y tuve la oportunidad de hacerlo. Como cuando corrí y la deje atrás mío y ella disimulaba un desmayo que no existía, acto que broto mi furia o a la mañana cuando la encontré pasiblemente durmiendo en el sillón, pude hacerlo pero aquí sigo, suspirando por ella.
Jamás escuche palabras mas duras y dolorosas que las de esa noche cuando trate de huir y actuando como inercia de la rabia que sentía porque ella me había manipulado una vez mas le pegue una patada en el estomago, acto que después me había dolido mas a mi.
Ni siquiera las palabras de mi padre me dolían más que las suyas esa noche, y soy consiente de que si otra persona me hubiera dicho todas esas cosas hubiera reaccionado diferente. Pero ella tenia razón, yo era todo eso, aunque escucharlo de su boca dolía, dolía mucho y sin razón, ¿Ya que quien era ella en verdad?.
Ella me hace ser diferente, ella me hacia ser mas pasible como persona, no se si eso me gustaba o no, pero soy consiente que ella es diferente para mi que el resto de las personas,
Sus palabras dulce de arrepentimiento me hicieron cometer tal vez una locura, pero era lo que sentía, lo que quería hacer mi corazón.
“le di una oportunidad de conocernos”, tal vez quería que su arrogancia terminara por decepcionarme, pero ocurrió algo diferente, algo que ni siquiera yo lo planee.
La primera noche nos alojamos en el hotel de un amigo suyo, bastante lujoso, no esperaba menos de Alegra. Yo después de ducharme me quede dormida por el cansancio el sin fin de emociones vividas esa noche.
Me desperté por el ruido de los autos y rápidamente me cambie para hacer lo que mas me gustaba en este mundo, bungee jumping.
Cuando estaba por irme no se porque pero nació dentro mío el sentimiento de querer compartir algo con Alegra, por eso le deje una nota del lugar.
Llegue al lugar y salude a algunos conocidos de hacia años. Estuve corriendo varias horas calentando, y disfrutando del paisaje. Hasta que por fin me decidí a hacer bungee.
Me puse la indumentaria y cuando estaba a punto de subir al puente, escuche a un grupo de mujeres cuchicheando entre si y riendo, hablando sobre una chica que parecía perdida. Fue allí que gire y me encontré con su penetrante mirada posada sobre mí. Me miraba diferente o es lo que me parecía, pero no parecía ser la misma mirada.
Después de rogarle y rogarle conseguí convencerla de hacer bungee conmigo, era tan gracioso, ella tan segura tenía miedo, le tenía miedo a la adrenalina.
No tengo palabras para describir la sensación de tener su cuerpo pegado al mío de sentirla tan indefensa abrazada a mi, es una sensación especial que jamás sentí, esa adrenalina y ese cosquilleo que ni el bungee y ni el paracaidismo te otorga. Es una sensación diferente de esas que te hacen sonreír como estúpida sola.
La sentí tan indefensa entre mis brazos, gritando y temblando de temor.
Después de hacer bungee jumping el destino nos jugo otra vez otra mala pasada. Cuando estaba subiendo uno de los últimos escalones me resbalo y caigo entre sus brazos, otra vez en la misma posición, sus labios tan cerca de los míos y yo sin poder reaccionar. Cuando estábamos a punto de besarnos otra vez fuimos interrumpidas, esta vez por la profesora de bungee o instructora.
Yo me despedía algunos conocidos, y cuando estaba yendo hacia el lugar donde Alegra había aparcado el auto, la veo muy cerquita de la profesora. Me subió un fuego interno que desconocía, un enojo muy grande, tenía ganas de golpearla, en ese momento no me di cuenta de porque había reaccionado así y me colgué de la excusa de mi hermana.
No pensé en nada, ni pensé en las consecuencias simplemente salí al choque, convencida de que estaba defendiendo a mi hermana y no porque sentía celos de Alegra y la golfa esa.
Reaccione solo cuando ya estaba en el auto y su voz me trataba de tranquilizar. Alegra como buena persona empezó a picarme como de costumbre y yo me defendí como pude, tenia miedo de mostrarle algún indicio de que ella me gustaba, de que si, me moría de celos.
Me llevo al hotel y cuando ella se cambiaba, llame a un conocido de la ciudad para que me prestara su moto, él no hizo muchas preguntas y después de unos minutos de charla me dijo que uno de sus empleados dejaría la moto frente al hotel con dos cascos.
Con emoción entre al baño para asearme. Al salir busque varias veces entre el maletero hasta que encontré la chaqueta motoquera que tanto me gustaba. Me hacia recordar viejos tiempos cuando viajaba en moto por parís, absorta en mi mundo interior, mientras el viento se pegaba en mi mente, sin nada mas que pensar, sin un camino al que recorrer concretamente, solo el viento y yo.
Al bajar del hotel me encontré con la mirada de Alegra posada sobre mi. Otra vez esa mirada diferente, otra vez sus ojitos alegres brillaban más de la cuenta. Su sonrisa, esa sonrisa tan sexi y dulce, me hacían temblar otra vez.
Ella torpemente se disponía a abrir la parte del copiloto para que entrase, cuando le solté la sorpresa, obviamente se tomo de forma predecible, frunció el ceño como muestra de desacuerdo pero no me costo convencerla de subir a la moto cuando vi que ya estaba detrás de ella.
Empezó a tontear con mis lentes y yo le seguí el juego, no quería quitárselos ya que a ella le quedaban hermosos, pero no podía dejar que me siga vacilando sin hacerlo yo también. Jamás me reí tanto cuando vi que no sabia como se hacia el signo punk y lo había reemplazado por el de la paz, Alegra era de esas personas que seguramente jamás había hecho algo arriesgado en su vida, bueno sin contar intentar conquistar al mamarracho de mi hermana que mas que arriesgarse eso es echarse a la perdición, pero quien soy yo para juzgar si estoy casi muerta por mi propia cuñada.
Ella se subió detrás con algo de miedo, emblaba mientras yo repasaba los lugares que quería ir o mejor dicho el lugar que quería mostrarle a ella.
En ese momento si fui consiente y elegí, tal vez una decisión errónea, tal vez el peor error de mi vida, pero quería mostrarle algo mío, algo profundamente mío y solo mío.
Un lugar al que jamás había llevado a nadie, ni pensaba hacerlo, un lugar que me enseño mi mamá, un lugar que yo profesaba como mi lugar de tranquilidad.
Y ahí estaba yo, echada a la suerte y a la locura sin pensar con la razón, pensando mas con los latidos acelerado de mi corazón, esos latidos que me hacían llevar a un lugar tan desconocido para mi.
Y ella con sus manos en mi cintura y su aliento en mi nuca haciéndome delirar. Estaba temblando, temblando de los nervios, tenia miedo de estos sentimientos que hacían de mi un ser no pensante, tenia miedo a que iba a suceder después, porque yo sabia que ella sentía la misma atracción que yo, sabia que su cuerpo temblaba por nuestra cercanía también.
“Lo único que deseaba en ese momento es que el tiempo no pasara y te quedaras atada a mi por siempre”.
Ahí tal vez puedan surgir miles y millones de excusas, que es linda, que tal vez mi cuerpo no estuvo en contacto con otro hace mucho, que soy joven y ella muy especialista en manipulación, que solo me gusta y no estoy sintiendo diferente.
Pero lo que jamás podre negar es que cuando tenia su mirada posada en mi, que cuando veía sonrisa triunfadora todo ese dolor desaparecía, y ya no me sentía muerta en vida, podía sonreír sin forzarlo, podía dejar de fumar para no enloquecer de uno u otra forma ella le daba cierta tranquilidad a mi vida.
Para tratar de apaciguar un poco las cosas, para tratar de no pensar tanto en que tenia su muslo rozando el mío, le dije que mirada el paisaje hermoso que nos regalaba los valles de Marsella.
Después nos quedamos en silencio, ella sin dejar de abrazar mi cuerpo y yo sin dejar de temblar por su cercanía. Al cabo de unos minutos llegamos al lugar, sin decir palabras me perdí como siempre en el paisaje del lugar, mientras Alegra se quedaba detrás de mí, en silencio pasaban delante de mi miles y miles de imágenes del pasado, recuerdos memorables e inolvidables, vividos juntos a mi mamá. Como cuando era pequeña me traía aquí y ella sacaba cientos de fotografía que eran su hobby, de los recuerdos mas lindos hasta los mas feos, me sumergí en mi mente sin darme cuenta que Alegra estaba parada alado mío y que además de estar mirando el paisaje junto a mi sostenía mis manos.
La abrace sin pensar, como un acto espontaneo, una jugada de mi corazón y quise además descargar todo mi desasosiego en ella, toda la mochila pesada de tantos años en sus hombros, pero no pude otra vez el coraje y la amargura se adueñaban de mi, otra vez la incapacidad de sentir o mostrarme sensible se adueñaba de mi cuerpo.
Me gire nuevamente mirando otra vez el paisaje, pero lo que miraba no era realmente el paisaje sino a Alegra que tenia una dulce media sonrisa.
Quería sujetar su mano otra vez, mientras veía como caía el sol, sentí unas ganas enormes de sostener su mano.
Me sentía bien, me sentía diferente, sentía un vértigo en el estomago que no se puede comparar con el bungee jumping ni el paracaidismo, como cuando su mirada dulce se posa en mi y siento ese vértigo raro. Ahí fue que me di cuenta de algo, que me ¡había olvidado lo que era ser feliz!, había sufrido tanto y por tanto tiempo que había olvidado lo que era sentirme feliz un solo día, cuando todas las cosas te salen como las esperas
En un momento no pude evitarlo, deje de mirarla de reojo para mirarla completamente, pensé que no se daría cuenta ya que estaba absortan en sus pensamientos, cuando sus ojos negros chocan con los míos, para hacerme tiritar otra vez. Quise remediar mi error rápidamente y escapar de su mirada pero ella hablo, haciéndome paralizar.
Como puede ser que se haya dado cuenta que la miraba. Como puede ser que se haya animado a preguntarme “Porque me miras así”, es que ya ni siquiera tengo dignidad, no puedo ni disimular que estoy loca por ella si hasta en la mirada se me nota.
Mientras asustada evadía todas sus preguntas ella se acercaba a mi, en un momento dudo que iba a decir y callo, yo como curiosa que soy le pregunte insistente pero ella seguía sin contestarme. Se me quedo mirando unos segundos directamente a los ojos, como si quisiera decir miles de palabras y no pudiera articular ninguna, creo que esa mirada, esos ojos en esa tarde fueron los detonantes de las dudas que surgieron después. Nadie en mi vida me había mirado de la forma en que ella lo hizo en ese momento, no solo su mirada era dulce sino que era mas profunda de lo normal, mas seductora.
“me gustan tus ojos”, dijo pasiblemente sorprendiéndome, “son raros y me encantan” me sorprendió su respuesta, tal vez porque esperaba otra, pero me hicieron sonrojar, no se porque pero Alegra reprimía ese lado desinhibido que tenia, hacia que ahora todo me importara.
La verdad que ya me desconozco, ¿que mierda estoy esperando?, ¿Qué me diga si Francesca me gustas demasiado, estoy loca por vos?, por favor.
“sos hermosa” susurraron sus sensuales labios, paralizando mi cuerpo, haciendo latir a mil mi corazón y haciendo sudar mis manos. Sus manos en mis mejillas, sus ojos posados en mis labios, esta vez no podría contenerme y tampoco nadie podría interrumpirnos. Sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo de pies a cabeza y temblé en el acto, sus manos estaban sobre mi rostro, sus ojos eran mas brillantes que la luz de las estrellas en una noche de verano.
Cerré fuerte los ojos, sin pensar en nada más que en lo que sentía, en los latidos de mi corazón agitado. Sentí mareo por unos instantes, sentí que mis piernas f
- Francesca- dijo casi en un susurro acercándose a mis labios- lo siento- dijo soltándome de golpe- Lo siento volvió a repetir con rostro acongojado.
- ¿Sientes que?- dije recomponiéndome.
- Siento lo de recién, es solo que yo…- se quedo mirando al suelo y me causo tanta ternura, ella una mujer tan segura, prepotente y pedante parecía tan abatida y sensible.
- No ha pasado nada- es mejor creernos el cuento de que ninguna siente esta atracción para que después no sea incomodo, pero la brecha ya estaba prendida, estábamos jugando con fuego y no se quien iba a parar antes de quemarnos.
- Si- dijo en un tímido susurro, siguiéndome la corriente.
- No ha pasado nada, además ¿tú amas mucho a Chloé no es así?- ya se, ya se que quiero sacarme un poco de culpa y que su rostro arrepentido me ayudo a ver la realidad, que aunque odiaba a mi hermana yo en la vida tenia códigos y uno de los mayores códigos en la vida es no sacarle la pareja a tu propia hermana.
- Si, la amo mucho- dijo con voz suave, como si lo dudara.
- Ya vez- dije con cierta nostalgia. Tratando de mirarla indiferente otra vez, pero desde ese día todo cambio.
Después de esa tarde no volvimos a hablar del tema, ni tampoco tuvimos momentos incómodos como esos otra vez, ella me había dejado conocerla como otra Alegra diferente a lo que mostraba su perfil de altanera y soberbia. Conocí muchas cosas de ella, como que era Argentina, que había migrado a Francia a los quince años, me había contado como había conocido a Chloé, los negocios de su familia, su ambición profesional.
Sin dudas había pasado los mejores días de mi vida, no solo la ayudaba a conocerme mas por mis gustos sino que ella también me dejo conocerla, todavía recuerdo como me sorprendió visitar por segunda vez en mi vida un museo y que por primera vez que este me gustara, como cuando ella se recostó en mis piernas debajo de ese árbol frente a la galería de artes, su rostro sereno no se borraría de mi mente jamás o la noche que fuimos a un bar y un chico se me acerco en plan ligue y Alegra se puso roja de los celos. Tampoco olvidaría el miedo que le dio hacer rappel y menos que menos olvidaría la última noche que pasamos en Marsella, ya que esa noche se quedo grabada como fuego en mi mente.
Ella me cambio por completo, cambio mi forma de pensar y me enseño a vivir por una razón. Todavía sentía miedo, todavía tenía inseguridad, tenía mucho pero mucho miedo de enamorarme de ella, es que cuando jamás lo sientes por primera vez es diferente, como cuando una mujer experimentada le miente y seduce a una niña de quince años, claro que esta caería. Pues yo hice y di todo de mi para no caer en la tentación y para no sentir el cosquilleo molesto de mi estomago, pero no pude evitarlo, podría usar la excusa de que es mi primera sensación diferente, pero a quien engaño, yo no soy ninguna niña ingenua, es mas creería que tengo mas calle que Alegra, y aún así, caí, caí como una boba.
Pero nuestros tiempos no eran eternos y aunque nos olvidamos de muchas cosas por disfrutar de los bellos momentos que nos regalaba Marsella, no podríamos olvidar que también teníamos una vida más allá de todo lo que vivimos en Marsella.
Me costaría regresar y no quedar con secuelas de estos días gloriosos, pero la vida es cruel y hay que aceptarla. Ahora es cuando envidio a mi hermana, ella la puede tener todos los días del año, ella puede amanecer junto a esa diosa de ojos alegres, ella puede… no quiero decirlo.
En nuestra ultima noche en Marsella, Alegra me llevo a un restaurant para mi sorpresa no era de esos lujosos ni de alta sociedad, sino que era un simple restaurant con vista al mar.
Al principio no dijimos nada, solo nos mirábamos a los ojos y nos reíamos de la ocurrencia de las personas alrededor.
Estaba preciosa, mas linda que siempre, sus ojos esa noche brillaban mas que las estrellas en el cielo despejado. Su sonrisa era mas radiante que de costumbre.
En un momento de la noche me sentí ruborizada, sus ojos estaban clavados en mi, pero su mirada era diferente, era dulce, como si quisiera decirme miles de palabras y se las estuviera conteniendo.
Pedimos la cena, mientras yo escuchaba como Alegra hablaba sobre la vista que nos regalaba el lugar.
- Y dime, que harás cuando termines el secundario- pregunto con cierto interés.
- No me hablabas de la playa y ahora sales con esto- dije burlona-
- Tengo mis arranques- dijo con tono irónico y el rostro gracioso- Pero bien, ahora contéstame-
- Me hare modelo, como Chloé- dije poniéndome un dedo en la boca y el rostro típicos de las bobas de playboy- Jaja, pero ni loca, no se todavía-
- Oye eso no es gracioso- dijo frunciendo el ceño.
- Bien, esta bien- dije sin dejar de reír- No se que quiero seguir, nunca me puse a pensar que quería ser, tal vez no tengo tanta ambición como las demás personas, como tú-
- No te confundas, yo no comencé esta carrera por ambición- dijo tajante
- Pero, te segaron o no- dije expectante
- Como te explico…- dijo antes de tomar una breve pausa- Yo comencé la carrera política por puro gusto, tenias sueños, metas como todos, pero con el tiempo me di cuenta que no todo se puede, que yo sola no puedo cambiar nada y eso seria arriesgar la vida de los que están a mi alrededor, y eso si que jamás me lo perdonaría-
- Como lo hizo mí- antes de terminar la frase caí que estaba a punto de confesarle algo muy importante a Alegra y me detuve en seco.
- ¿Como quien?- dijo con tono de extrañeza-
- Nadie- dije desinhibida- Mejor cuéntame, como esas lacras te cambiaron el pensamiento.
- A través que pasaba el tiempo y veía como se movían todas las fichas y que a algunos no les importaba pasar por la cabeza de otros con tal de lograr sus objetivos cambie a un perfil más cauteloso.
- Yo no entiendo- dije serenamente- Como es que siendo de una familia millonaria hayas entrado en un terreno tan peligroso, ¿es que querías tener más dinero que el que tienes o es el poder?
- Jajaja, en realidad, me gusta mucho la política- dijo entre risas- Pero es verdad, tengo mucha ambición, pero laboral- dijo volviéndose mas seria- ¿Y entonces a ti que te gustaría ser?
- No se, y no quiero pensarlo todavía, no me gusta calcular nada en mi vida, no soy como tú-
- A veces es bueno planearlo todo- tomo una pausa para beber el agua que había pedido- Digo, para que las cosas te salgan bien.
- Oye- dije retándola con la mirada- ¿En el amor todo se puede planear también?
- Creo que si- dijo sin bajar su mirada- ¿Tú que piensas?-
- Pienso que no, sino creo que hay muchas personas que se ahorrarían tantas lagrimas en vano-
- ¿Crees en el amor Francesca?- indago dulcemente.
- No- mentí, pero creo que no me salió bien, ya que ella lo vio en mis gestos.
- Yo tampoco creía en el hasta que- no termino la frase y de repente bajo su mirada.
- ¿Amas a Chloé?- me adelante, necesitaba saberlo, esa pregunta que se repetía insistentemente en mi conciencia a cada momento antes de dormir.
- Se puede decir que si- dijo en un tono muy bajo y pude ver la melancolía en sus ojos- Tal vez no como antes, pero si la quiero.
- Me han dicho que querer y amar es diferente- dije insistente, ¿Qué era lo que necesitaba escuchar, un No, para poder acostarme con ella?-
- Ella se ha vuelto una persona muy posesiva, muy demandante, muy celosa y eso me estresa- me confesó mientras tomaba otro sorbo del agua- Antes era todo diferente, antes me escuchaba, antes era una mujer sencilla con la que podías hablar de miles de cosas que no sean solo de moda y farándula. En realidad todo eso pasaba desapercibido para mi, pero ahora veo todo de forma mas intensa- dijo suavemente
- Te aseguro que esa es la verdadera Chloé-
- ¿Y vos porque la odias tanto?- pregunto altanera.
- Porque es insoportable- dije tajante- Y todo lo que es ahora siempre lo fue.
- Ustedes son muy parecidas físicamente- dijo mirándome fijamente con esos ojos penetrantes que me hacían paralizar- Tienen las cejas, los ojos y la nariz iguales, aunque vos tenes los ojos tristes, creo que en esos parecidos han salido a su madre- dijo pinchando mis defensas.
- ¿Y tu como sabes que nos parecemos a mi madre?, quiero decir, ¿Cómo sabes como era mi mamá?- dije nerviosamente.
- Salgo con tu hermana, no debería ser novedad que ella muchas veces me haya mostrado sus fotos- dijo desinhibida-
Me sucedió algo muy extraño en ese momento, tal vez fue con un flash back que golpeaba mi mente. Recordé el sueño en el viaje, de las palabras de mi madre
“ Jamás reniegues del amor mi pequeña, el amor cura las heridas mas profundas de aquí- dijo colocando una mano en mi pecho.”
¿Es que el destino te preparo para mi Alegra?, o fui yo ya que me cole en tu vida, porque tu al parecer parecías tenerlo todo bajo control, una carrera prestigiosa en ascenso, una novia ideal de esas que aunque no quiera decirlo tengo que aceptarlo, muchos la mirarían como el prototipo.
¿Y ahora que diosa de ojos negros, solo te queda morderte el labio inferior y mirarme de esa forma por no poder decir todas las palabras que deseas?
Ser una basura, una persona egoísta y rebelde, pero para mi en la vida existen códigos y ella, esa mujer con la que duerme, esa mujer que te puede besar y abrazar es Mi hermana.
Nos quedamos en silencio mientras cenábamos, todo era especial y nos hacia mas vulnerables y sensibles, el ruido de las olas chocando con las rocas de la playa, la suave música que sonaba del restaurant al aire libre, sus ojos que no dejaban de examinarme, que no hacían mas que erizar mi piel.
Que pecado habré cometido en otra vida, para tener que sentir esto que por primera vez me regalaba la vida con alguien tan imposible.
- Es eso lo que tanto te duele- dijo despertándome de mis pensamientos.
- ¿Qué cosa?- dije mirándola
- Tus ojos, tus acciones, tu mirada, es todo triste- dijo mientras acariciaba su copa-¿Todo este tiempo haz estado sufriendo por tu mamá no es así?- dijo todo esto de forma tan suave y tan dulce que en ese momento casi pierdo la compostura y lloro desconsoladamente.
Me quede sin poder articular ninguna palabra, sin poder creer como ella había entrado en mi vida y en mi mente en tan poco tiempo, sin dejar de reprocharme como la había dejado vencer el muro de mi alma, todo en ese lapso de tiempo en que no me di cuenta de nada a mi alrededor.
Cuando levante mi mirada me encontré otra vez con sus ojos, que esta vez estaban expectantes, esperando una respuesta que jamás se la daría, a ella ni a nadie.
- A veces volverte introvertida no te ayuda, sino que hace que canalices todo tus sentimientos en acciones, a veces malas- continuo hablando, sin dejar su tono dulce y paciente- a mi siempre me pareció ridícula esas personas que dicen, “tienes que contarlo todo, porque si no lo haces eso te consume”, tal vez ellos tengan razón o simplemente lo hacen por interés, pero nadie puede ayudarte mas que vos misma, nadie puede, puedes guardártelo todo, y sufrir en silencio, pero siempre todo tiene una consecuencia y eso hace que explotemos con terceros o bien, puedes tener el poder de esas personas de sufrir en silencio y simplemente en silencio, fingiendo que no les duele nada, mientras la soledad los consume-
- Calla Alegra- dije tajante, ya no quería escucharla, no deseaba escucharla más.
- No tenes que sentirte triste- dijo acariciando mi mano- No tenes la culpa de nada.
- Te dije que te calles Alegra- dije ya fastidiada.
- Algún día, vas a bajar ese muro de mil metros y ahí podremos hablar, y te vas a dar cuenta que no estas sola en este mundo y hay gente a la que le importas- dijo pasiblemente, pensé que con su carácter se iba a enojar pero no fue así.
Después de esa conversación todo se volvió tenso, tenia miedo de mover un dedo y de que ella volviera a hablar, tenia miedo de que llegara a conocerme aun mas, todo en mi era confuso, ¡todo es confuso desde que te conozco Alegra! Ella por su parte cenaba en silencio, mirando el gentío y a la banda sonora, que empezó a pasar música y algunas personas se ponían en el centro para bailar.
- Mira esa pareja- eso sonó casi a un murmullo- Son muy tiernos- decía en dirección a una pareja de viejitos que bailaban latino juntos-
- Como se puede- dije entre risas- ¿Como se puede durar tanto con una persona, es que no te cansas?-
- Creo que cuando el amor es verdadero jamás cansa- dijo volteándose y mirándome directamente, esa mirada me mato, erizo toda mi piel y aumento mi frecuencia cardiaca, sentí sus palabras mías, como si fuesen para mi- Has escuchado alguna vez esto.
- ¿Qué cosa?- le seguí la corriente quería apaciguar un poco la tensión.
- En el libro el banquete, en una parte hay un filósofo que da su punto de opinión sobre el amor, creo que su nombre es Aristofane- dijo pasientemente- él pensaba que los humanos estaban pegados en pares y que existían tres sexos: el masculino (masculino-masculino), el femenino (femenino-femenino) y el andrógino (masculino-femenino).
- ¿Y eso que tiene que ver?- dije burlona
- Espera que termine- dijo serena- Pero como los hombres eran arrogantes Zeus los castigó cortándolos por la mitad de forma que quedaron sólo dos sexos la mujer y el hombre, separados. El en la mayoría de su dialogo sostiene la idea de la media mitad que fue separada por Zeus, una vez que el hombre o la mujer encuentra a su media mitad que fue separada no se puede separar de ella. Ya que volvemos a convertirnos en un solo ser del que fuimos separados, y si no la encontramos la seguimos buscando hasta que la encontremos. Por ejemplo si vos estuviste pegada con una mujer buscaras en las mujeres a tu mitad, solo en las mujeres, encontraras en placer y solo una mujer será la mitad de la que fuiste separada.
- Es muy interesante- dije inmutando una media sonrisa- Pero yo no creo en el amor.
- Tienes razón, me olvide- al decir esto de inmediato su sonrisa se desvaneció, parecía que mis palabras la habían decepcionado.
- Y antes que digas algo mas, nunca creeré en el amor- se que todavía estábamos confundidas y si la hacia pensar que no me pasaba nada con ella tal vez lograría decepcionarla.
- Tal vez- dijo vacilante.
“Mientras menos me digas cosas lindas mejor.” Pensé.
Después de terminar la cena y reírnos de forma amistosa de cómo bailaban las demás personas, Alegra me invito a dar un paseo por la playa.
No me negué, ya que siempre me había gustado sentir la arena sobre mis pies y la brisa del mar chocar con mi rostro.
Era bastante tarde cuando decidimos dar el paseo, fuimos en silencio, sin decir nada, Alegra estaba absorta en sus pensamientos, mirando desinhibida el movimiento de las olas y yo por mi parte, solo veía mis pies jugar con la arena.
- Nunca me ha gustado la arena- dijo rompiendo el silencio.
- ¿Por qué?, a mi me encanta.
- Te ensucia los pies- dijo al tiempo que las dos reíamos.
- ¿ Y a ti que es lo que te gusta entonces?- pregunte con una media sonrisa.
- El vestido que llevas ahora mismo- dijo poniéndome otra vez nerviosa- Te hace ver muy elegante- dijo posando sus ojos negros sobre mi cuerpo, me miro de la misma manera de la mañana cuando hicimos bungee.
- Elegante como Chloé- dije coquetamente.
- Mas hermosa que Chloé- dios mio, dijo esto de manera tan seductora que casi caigo en ese preciso instante, la curvatura de sus labios, la expresión de sus ojos-
- Si tu lo dices- dije desinhibida como si no me interesaba lo que ella decía- Y a mi también me gusta tu ropa, muy elegante, tienes buen gusto Alegra- decía mientras hacia gestos gracioso, la verdad es que estaba divina, un short-vestido de gabardina blanco, unas botas rockeras que adivinaría que le habían salido mas de tres mil euros, por la exclusividad de la misma y un sobrero de moda- Lastima que es blanca- dije entre risas
- ¿Por qué lastima?- dijo sin entender.
- Porque se ensucia fácil- dije mientras le arrojaba arena y me echaba a correr.
- Ya veras- se escuchaba su voz detrás- ya vas a ver-
- Cuando me alcances ya estaré devuelta en el hotel.- decia esto mientras la miraba agitada corriendo tras mío.
- Eiiiiiiii- grito y me gire al verla- te vas a chocar con- dijo al tiempo que yo tropezaba con una roca mediana.
- Auchhhhhhhhh- grite, mientras me abrazaba la pierna, me di cuenta que me habia golpeado la rodilla, no era severo el golpe sino que un simple golpe.
- Estas bien- dijo colocándose delante de mí.
- Si- dije con una mueca de dolor.- No paso nada-
- Estas segura, mira que sangra- dijo acariciándome la cabeza.
- Que si Alegra, no soy una niña- dije mosqueada.
- Bueno, que tengo la culpa yo- dijo ella sentándose alado mío visiblemente molesta.
Nos quedamos en silencio unos minutos, yo molesta por mi torpeza, por mi confusión, por todo y ella por mi actitud.
No nos mirábamos, no nos hablábamos, solo escuchábamos el ruido de las olas. Me gustaría tener el poder leer la mente, así tal vez podría adivinar que se esconde detrás de esos ojos tan seductores e intrigantes.
Ella se acostó en la arena. Mientras miraba las estrellas.
- Pensé que no te gustaba la arena- dije para suavizar el ambiente.
- No me gusta ensuciarme- dijo pasiblemente, tal vez ya se le había pasado el enojo.
Al tiempo su mirada se clavaba otra vez sobre mi, era la misma mirada del puente, dulce sin rencor, sin ira, con sus ojos sublimemente brillantes.
“no me mires de esa forma por favor”, ya no lo hagas, si lo sigues haciendo Alegra ya no habrá confusión y sucederá una tragedia.
- Mira- dije señalándole el cielo, como buen cobarde huyendo de lo que me hacia perder el control.
- Están hermosas- inmuto con una sonrisa- Cual te gusta mas-
- Esa- señale a una que brillaba mucho.
- ¿Quieres que te la regale?-
- ¿Eso se puede?- dije intrigada.
- Claro que si- dijo entre risas- Todo lo que quieras yo puedo darte- dijo al tiempo que su sonrisa se desdibujaba y su mirada se volvia a posar sobre mi, esta vez en mis labios.
- No me haz dicho cual te gusta más- otra vez necesitaba rehuir a su mirada, que aunque fingiera que no me hacia daño me taladraba el corazón y los sentidos, me hacia sonreír estúpidamente y hacia que mi corazón latiera desbocado.
- Esa me gusta- dijo señalando a una- Pero te aseguro que esa y todas las demás estrellas se sienten avergonzadas hoy, ¿sabes porque? –
- ¿Por qué?- dije nerviosamente.
- Porque tus ojos verdes brillan más que ellas esta noche- dijo tocando con un dedo mi mentón.
Lo siento lo intente pero no puedo…
No puedo fingir que no siento nada.
No puedo fingir que su mirada me estremece
No puedo fingir que no me interesa.
No puedo fingir que ella me enloquece.
Pero en este mismo momento, no puedo fingir las ganas que tengo de besarla.
No pestañee,actue por impulso, por lo que dictaba mi corazón, mi corazón que latia rápidamente como nunca y mi estomago que no me daba treguas, ese vértigo insoportable. Tal vez cometia el peor error de mi vida, pero ya no podia soportarlo, tenia que besarla aunque mi orgullo y mi dignidad se fueran en ellos.
- Alegra- dije al tiempo que sujetaba su nuca y la besaba, con el deseo descontrolado de hacia semanas, con estas ganas insoportable de tener algo así de ella.
Ella no me rechazo, me beso de la misma forma, pero fue ella también quien le dio dulzura a este beso apasionado.
Ya no habían dudas, con este beso, los vértigos aumentaban y mi corazón latia aun mas rápido, mi mente parecía relajarse y tranquilizarse, sentía como si mi cuerpo fuese a volar del placer y la felicidad de haberla besado.
Pero cuando metió la lengua dulcemente, con cierto miedo en mi boca, me sucedió algo muy raro.
En mi mente vino una imagen de hace mucho tiempo, cuando unas niñas me molestaban y Chloé las espantabas, ya que Choloé siempre fue respetada por todos desde chica.
Fue allí que la culpa resurgió de mi cuerpo, mi conciencia, como si me golpeada en la cara la culpa de estar haciendo algo indebido.
Empuje fuertemente a Alegra y corri envuelta en lagrimas con esa imagen de Chloé defendiéndome de esas niñas que querían sacarme mis muñecas, con la imagen repetitivamente de Chloé abrazandome despues.
- ¡¿DIOS QUE HICE?!- dije mientras corria sin rumbo, sin pensar en que pensaría Alegra por mi reacción.
-
hola querida autora bueno antes que naada me gusta mas leer en este tu blog ya que pues aqui verdaderamente se puede ver con mayor claridad el enorme talent que tienes y por supuesto en una pagina buena (Y).
ResponderEliminareste relato sin duda es uno de mis favoritos bueno en realidad todos tus relatos son mis favoritos..
espero tengas mas vissitas cuidate..