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domingo, 24 de abril de 2011

Te Vi

Te vi

Capitulo 1

Te vi, te ame”



Recuerdo el día en que mi padre nos anunciaba que su empresa lo habían trasladaro a España ascendiéndolo a ejecutivo de la empresa de electrónica en la que trabajaba, según decía el saldo era jugoso, de unos 35 mil euros al mes, y con el nos llevo a nosotras a mi madre, mi hermanita latosa y a mi, recuerdo como llore esas despedidas por parte de mis amigos de toda la vida, ¿porque debería dejar atrás toda una vida por algo que deseaba mi papa?, ¿si el era egoísta no lo podría ser yo?, así fue como a regañadientes me mudaron con ellos a Madrid, un nuevo lugar un nuevo continente gente nueva, todo nuevo para mi.

Pero esa historia es muy pasada, porque ya después de dos semanas de asentarnos en aquella enorme ciudad tan distinta a mi Córdoba natal, esos gallegos con sus formas tan rara de hablar, ¡coños! , pero valla que era muy sexi su tonada.

Después de esas dos semanas era raro que antes no me hallan enviado a la escuela lo antes posible, aunque para mi eso no seria una queja, me gusta estudiar, me gusta demasiado, soy adicta a los libros, no me gusta la palabra “Nerd” pero…

A diferencia de los demás adolescentes que conozco, pienso en mi futuro, en realidad más de lo que debería hacerlo, quisiera ser la presidenta de alguna empresa muy importante, sentirme poderosa, porque seguramente así se sienten la mayoría al alcanzar un puesto tan poco común.

Por eso los 350 días al año estudio, menos los días festivos claro, son mis minis vacaciones, después de la satisfacción de haber sacado notas altísimas.

Pero mi vida dio un giro de trescientos sesenta cuando la conocí.

En mi primer día de clases acompañada en el pasillo por mi madre y la vicerrectora, me perdí en sus ojos, ella que desplegaba tanta elegancia y glamur al caminar, detrás de ella como se dicen, el grupito de amigas, seguramente era una de las chicas populares pensé.

Alguien como ella jamás miraría a alguien como yo, siempre creí ser asexual, porque nadie me atraía, pero por primera vez, alguien había cambiado mi rumbo.

Creo que alguien con la belleza de ella movería hasta a un homosexual, es que es verdad, es hermosa, bellísima, no terminaría mas con esos adjetivos de elogios, de unos ojos penetrantes de color verdes azulados, que parecen estar molesto porque muestran una mueca, cabellos lacios y ondulados en las puntas, de un castaño claro que bien merecen salir en cualquier propaganda de champú. Labios carnosos de color rojo, y una piel sedosa levemente bronceada. Me quede embobada siguiendo su recorrido sin que ella se diese cuenta un poco de mi mirada.

Cuando llego a una esquina la saludo un chico apuesto, alto, de cuerpo atlético, de un color castaño oscuro de cabello, la saluda con un beso. El es…

Y claro Anne que pensabas… algo tan hermoso siempre tendrá miles de personas atrás, esperando siquiera llamar su atención, ¿sentí celos, envidia?... envidia, eso es lo que sentí. Que suerte la suya.

Seguimos un poco mas recorriendo hasta que llegamos a la oficina de la vicerrectora Carmilla, si así se llamaba, la señora morocha y delgada que hacia firmar a mi madre los papeles de esa escuela privada.

- Acá, y otra acá, y Anne ya podre ingresar a estudiar sin problemas.-

- De acuerdo.- decía mi madre al tiempo que firmaba una gruesa hoja con 4 o 5 papeles más.

Unos minutos después…

- Julio.- decía la vicerrectora dirigiéndose al profesor y llamándolo a la entrada del salón

- ¿Si Carmilla?- decía este, cerrando la puerta.

- Tenemos una nueva alumna, es de Argentina yo no podre presentarla, tengo una junta de profesores en otra institución.-

- Ok, lo hare yo no hay problema.

El ruido que se escuchaba fuera de ese salón aturdía, parece que se estaban matando ahí adentro.

- Bueno chicos, quiero presentarle a.- me observo el profesor.

- Anne.- dije con la cabeza gacha de vergüenza.

- Anne, es su nueva compañera y viene desde Argentina, así que espero que sean bueno con su nueva compañera.-

Todos me miraban, trataba de pasar rápido el pasillo tratando de no observar.

Cuando me encuentro en el piso, por la mala intención seguramente de una persona.

- Oups.- era una voz de mujer, levante la medara, y reconocía a una de las acompañante de la diosa del pasillo, ella me miraba, reflejando molestia por lo que había hecho su amiga, pero sin inmutar palabra alguna.

- Perdón, fue sin querer.-

Iba a recoger mis libros todos desparramados cuando siento el calor de unas manos rosarme la mano derecha.

- Yo te ayudo.- decía la diosa rubia, que de cerca era mas hermosa, haciendo todo lo posible por no salir corriendo de ahí bajo mi mirada y sigo recogiendo los libros

Me senté en el último lugar de una de esas largas filas, las aulas de las escuelas madrileñas son diferentes a las que conocía, muy bien diseñadas y sofisticada cabe reconocer también que además era privada, pero un país como España siempre estaría más avanzada que cualquier país sudamericano.

Pase toda la hora del señor Julio acurrucada a mi banco, aunque a veces cuando juntaba valor miraba de reojo a la diosa rubia deseando que ella no me descubriese, el señor julio estaba dando un tema que ya lo sabia de memoria, por haberme paso el verano repasando los libros de biología, o mejor dicho leyendo tres libros gruesos de ellos.

Y el tiempo paso siendo días semanas, y yo seguía con esa postura, de ser la chica tímida que amaba secretamente a la más popular.

A veces me lamentaba por sentir algo tan fuerte por alguien que me dirigió solo una palabra en su vida y que para ella además no existía o solo era la nerd de la escuela.

Pero cada vez me animaba a mas… una vez me anime a mirarla directamente, y para mi sorpresa ella giro y nuestras miradas se cruzaron, ese día pude notar serenidad en sus ojos, en los bellos ojos de mi bello amor, de mi tristeza mi agonía secreta… en los ojos de victoria…

No pude soportar mucho así que inmediatamente baje la mirada, y vi de reojo una sonrisa triunfadora en ella.

Cuando termino la clase del profesor de Gramática, como siempre la ultima en el salón lerda. Me dispuse a guardar mis apuntes y útiles con rapidez en una bolso verde oscuro, cuando veo su mirada posarse sobre mi a la par que da pasos para alejarse del salón, un escalofrió recorrió todo mi ser.

Me dirigí hacia la cafetería como era de costumbre, tome una bandeja mientras la cocinera con el mal genio me observaba al tomar el sándwich y la gaseosa.

Mire hacia el gran salón, todos con sus grupos, y no había forma de pasar esos grupos, yo como siempre me dirigí a la parte de atrás en donde nunca había nadie. Sacando de mi mochila mi MP3, y sin ningún apetito saque mi libro, cuando estaba apunto de ponerme los auriculares, veo una figura posarse frente mío.

- ¿Quieres ir a sentarte con nosotros?- no lo podía creer, la diosa, Victoria me estaba hablando y no solo eso me invitaba. Tonta como siempre sin poder pensar embobada viendo esos ojos verdes azulados le dije.

- Si claro.-

- Estupendo.- su voz, que fina, que musical, si es hermosa otro conjunto para decir mama mía! Que bella!

Nos dirigimos a la mesa llena, esa mesa llena de atletas guapos y chicas muy hermosas y superficiales.

- ¿ Que haces Victoria?.- decía la misma chica delgada de pelo rubio y ojos pardos que se comporto muy mal conmigo mi primer día de clases.

- Anne se sienta con nosotros hoy.- dijo mi nombre, por dios, ha dicho mi nombre, y mejor aun sabe mi nombre.

- Eso ni en sueños pasara.- dijo la mas bajita que se sentaba alado de la rubia, era una morocha de ojos claros, muy hermosa.

- No les pregunte si quieren, yo así lo quiero.- dijo mi diosa con voz autoritaria.

- Pero aquí no hay lugar Vic.- decía el apuesto rubio del pasillo.

- Y bueno que alguien se valla, como son tan simpáticos con la gente no tendrán problemas en hacerse a un lado no?-

- La mesa es para gente con clase, no cerebritos de alcantarilla

- Eii, no hay problema yo no tengo apetito igual.- dije al tiempo que agarraba la bandeja y me iba de allí casi con lagrimas, todos habían escuchado esa frase, y todos me miraron, solo quería salir corriendo y que me tragase la mismísima tierra. Tire la bandeja en la basura y corrí lo mas lejos posibles, sin importarme nada, corrí y corrí.

Cuando me di cuenta estaba alejada de la escuela, no sabia ni como había llegado ahí, solo sabía que por nada de este mundo regresaría allí.

Una semana después:

Cuando volví a la escuela todo marchaba normal para mi, después de tres días de depresión desde ese incidente, volví y todo fue igual al igual que ahora nada había cambiado, ahora simplemente no puedo mirarla, se me hace tan difícil, como una rata asquerosa como yo puede soñar con un diosa angelical y ella tampoco había demostrado ningún interés por mi de nuevo.

Estábamos en la clase del profesor de historia. Me encantaba su clase era tan apasionado a la historia, aunque a veces exageraba mucho.

- Bueno chicos, esta semana habrá trabajo grupal y vale del 50 % de su nota final. Eh elegido a los equipos por sorteo.

Empezó a decir los nombres de los grupos de a dos, algunos se quejaban por la decisión del profesor.

- No, señorita Ortiz, le eh dicho que no puedo cambiar los grupos.- decía el a la rubia malévola.

- Bueno quien sigue, la señorita Anne Lubal con Victoria Pardó.- ¡que que que!, hacer trabajo con ella, implicaba estar cerca de ella, y estar cerca de ella implicaba que me podía morir de los nervios cada segundo.

No pude ni siquiera quejarme porque el profesor argumento que tenia que irse rápidamente a una junta de profesores.

- Pónganse en grupos y el trabajo es para el viernes de la semana que viene.

- Así que somos compañera.- decía Victoria sentándose a mi lado.

- Eso parece.- solo atine a decir sin mirarla.

- Y que temas tomaremos.- decía ella clavando su mirada en mí.

- No se, la que quieras.- dije poniéndome cada vez mas tensa por la cercanía de su cuerpo.

- Que te parece la 2ª guerra mundial, es mas fácil, muy fácil en realidad.- decía con su sonrisa.

- Esta bien.-

- Oye, ya se que me odias a mi y a todos mis amigos, pero en verdad quiero aprobar.- decía ella que parecía fastidiada

- No te preocupes, ¿que por alguna razón soy nerd no?-

- Bueno eso…- decía ella que por primera vez mostraba evidencia de nerviosismo.

Habíamos quedaron en hacer el trabajo el sábado a la mañana, en su casa, no quería que se topase con la latosa de mi hermanita, y mi madre preguntona.

Esos días solo trate de ignorar mis sentimientos por alguien desconocida para mi, porque hay que tocar el suelo alguna vez, yo no conocía nada de ella, no sabia sus gustos, sus deseos, su forma de ser, tal vez ella es tan vil como esas chicas en la televisión, pero que mas podría hacer mi corazón la eligió como un flechazo.

Solo trate de sacarla de mi mente por un segundo, es bella, tan bella. La encuentro en todos lados si no la veo en carne y huesos, la veo hasta en la comida, la veo en todos lados en cada momento.

Ella por su lado me trataba de igual manera indiferente… (Y de que manera esperas que sea Anne, tonta, tonta)… entre afirmación en realidad entre sueño y realidad se perdía mi mente, había días en algunas clases especialmente en las de historia lengua y gramáticas nos encontramos y cuando me atrevía a saciar mi deseo de verla y llenar mi corazón con su medicina diaria a veces me descubría y me saludaba yo por mi parte no podía hacer otra cosa que bajar la mirada y ruborizarme.

El día llego, el tan ansiado sábado… no he dormido ni tres horas si acaso, estoy muerta de nervios, pero tengo que afrontarlo y mientras más rápido haga esa cosa tan fácil mas rápido termino la agonía de la vergüenza.

Ese día solo me dispuse a ponerme algo cómodo, un buzo de arriba por el frio y unos jeans ajustados.

Mi padre me llevo a la dirección que ella había escrito, no me sorprendí al ver una mansión que ocupaba una o casi dos manzanas, en la parte del portón estaba el nombre de la familia escrita en una así que no había dudas, había seguridad, había seguridad ahí, me dejaron pasar, seguramente ella les había dicho de mi llegada.

- La señorita Victoria la esta esperando.- decía un hombre corpulento de traje negro que se disponía a llevarme en un carrito de golf.

Que grande era la casa, si era gigante, el jardín para llegar a su casa era inmenso, lleno de arboles de todos los modelos.

Después de unas 5 cuadras mas, llegamos a su “Gran casa” era gigante, con un diseño muy clásico, pintado de Amarillo clarito, tenia dos pisos, pero era grandísimo.

El jardín del frente era igual de hermoso, tenía un estanque y estatuas de las que salían agua.

El señor me abrió la puerta y me dijo donde se encontraba el cuarto de Victoria, allí adentro me encontré con algunas criadas, pero que era esta chica, sabia que podía tener dinero por la clase de colegio que iba y la forma en que se vestía pero nunca imagine que era para tanto.

- La acompaño.- me dijo una mujer muy joven que llevaba el traje tradicional de las mucamas.

Me llevo por el gran pasillo pasando por las escaleras, era el 3º cuarto del lado derecho. Si yo estuviera sola aquí que miedo me daría, pensaba…

Exhale aire muy profundo, lo largué y con mis nervios de punta entre a su habitación.

Era grande, grandísima, muy bien decorado, con toques muy modernos, una gran cama en el medio, un plasma de televisión, muebles, muebles, peluches, fotos, estaba viendo y viendo, hasta que escucho su voz.

- Hola.- dijo con esa sonrisa matadora, ella estaba vestida sencillamente, con una musculosa y un buzo, la verdad que ese día hacia frio pero en su casa había ambientación.

- Hola.-

- ¿quieres tomar algo, o comer algo?-

- Si, un café por favor.- tonta tonta Anne tonta.

- Bueno.- se dirigía a la puerta.- ¿Miriam, os preparáis un café a Anne?

- Ya le llevo señorita.- decía la mucama que estaría espiándonos seguramente.

Al tiempo se volvió a mí.

- Ok pregunta lo que quieras.- dijo sentándose en la cama.

- Muy linda casa.-

- Si, es de mi padre.

- ¿Y el a que se dedica?- dije soltándolo así sin pensar.

- Es diplomático, y tiene algunas empresitas a su poder.-

- Siéntate.- dijo ella

En la mesita que estaba de lado de su cama, vi una foto con sus amigas. Y una con su novio.

- Es muy apuesto tu ¿novio?-

- Jaja, un poco.- dijo clavando su mirada pacifica en mis ojos.

Silencio, silencio era lo que había en esa gran habitación.

- Niña, aquí esta el café.- al fin, si, gracias mucama de Victoria, gracias, estaba ahogándome.

- Gracias.- dije dirigiéndome hacia la mujer y respirando hondo.

- Bueno tenemos que hacer el trabajo, no tenemos que perder mas tiempo.

- Esta bien.

El trabajo nos tomo solo media hora, era un tema facilísimo, además se notaba a leguas que Victoria era muy inteligente.

- Al fin… terminamos.- dije sin vacilar.

- ¿Quieres ir al jardín?

- Tengo que irme en un rato.- dije esquivándola, pero tenía para largo como 3 horas.

- Te eh tratado bien para que me mires, y me hables de esa forma.- dijo Victoria mostrando un rostro enojado.

- Oye, Vic, ¿te puedo decir así?-

- Claro.-

- No puedo.

- No sabes mentir sabes.- dijo Vic riendo.

- No lo estoy haciendo.

- Claro que si, yo solo quería tener otra amiga.

- Creo que no tenemos nada en común para ser amigas, además de que vos seas de otro mundo en la escuela y yo de uno paralelo al tuyo.

- ¿Y eso realmente importa?

- Te debería importar, que pensarían tus amigas.- dije esta vez sin bajar mi mirada.

- Creo que tú eres la equivocada, si piensas que yo soy como ellas.

- Creo que lo eres, no lo pienso.- dije sin importarme las consecuencias.

- En las clases, eres indiferente, te pasas de largo, no saludas a nadie de allí, ¿y a mi?, a mi ni me midas.- dije sin vacilar.- ¿y ahora quieres ser mi amiga?

No dijo nada, yo simplemente, salí literalmente casi corriendo de allí, con los ojos un poco rosados, y un dolor punzante en mi pecho, me dirigí caminando a mi casa.

Al llegar allí, solo subí las escaleras y me dirigí a mi cuarto. Me encontré a una latosa de 1.30 de altura saltando en mí cama y revoleando mis cosas con otra mocosa de 1.30 de altura aproximadamente.

- Fuera de aquí, si no quieren que les saque los pelos y les agujere los ojos con la birome.- dije sosteniendo una birome.

- Ya… ya nos vamos.- gritaron al unisonó.

Me recosté en la cama, sin ganas de pensar o hacer nada, cubrí mi rostro con una almohada, ¿que había hecho?, ella me ofrecía su amistad pero yo la rechazaba, pero si que eres estúpida Anne, porque, esa era la pregunta, porque no podía aceptarla…

Me quede dormida, entre tantos pensamientos, y no me di cuenta de la hora, hasta que mi madre me anunciaba la cena estaba lista, ¿cuanto había dormido?, woow.

Sentada en la mesa, con los ojos dormidos, y entre charla triviales de mis padres hacia mi hermanita.

- Anne, no vas a salir hija, es sábado.- decía mi papa.

- No creo.-

- Tendrías que hacerlo, solo te pasas estudiando.-

- Eso, no es mejor ¿no?- quien entiende a los adultos.

- Si en parte, pero la adolescencia es para disfrutarla.

- Ya.- dije sin ganas.

- Hablando de eso, mañana mi jefe, y su familia vendrán a cenar a casa.- es algo muy importante para mi así que compórtense.- dijo soltando mi padre sin vacilar.

- Esta bien.- me levante a de la mesa

Esa noche si que no pude dormir, para nada.

Al día siguiente, todos se levantaron temprano, limpiando cada rincón de la casa, y yo como no pude dormir con ese ruido también lo hice.

Ya llegada la noche, me arregle un poco, sin dejar de lados mi estilo de jeans y camisas largas.

Estaba en el living cuando sonó el timbre, seguramente mi papá estaba muy nervioso, yo seguía sin moverme igual, no tenia ganas de levantarme.

- ¡Anne, ven!- decía mi mama.

- Ya.- después de 15 minutos, me levanta y me dirigí hacia la sala de estar.

Salude al jefe de papa y a su hija…. A su hija… dios que veo…

Nonono. Es Victoria.

Se acerca a mí. Nos saludamos con dos besos en la mejilla.

- Hola.- que sorpresa.- dice ella, que esta más hermosa que nunca, con ese pelo hermoso recogido y con ese vestido tan sencillo y elegante.

- Si.- dije tan sorprendida que no sabia ni que hacer. Porque a mi dios, porque a mi.

- Hola Victoria.- decía mi latosa hermanita.

- Hola preciosa.- decía ella agachándose para saludarla. Mientras la otra se colgaba sobre ella.

- Vamos.- te voy a mostrar mis muñecas.- decía agarrándole la mano y llevándola hacia las escaleras, mientras ella me miraba risueña.

Al rato subí para ver que maldad le estaría haciendo, le estaba mostrando su gran cantidad de barbies, que paciencia tenia dios, si yo fuese ella, ya hubiese revoleado a esa nenita.

Detrás de la puerta sabiendo que ellas no me veían.

- ¿Tu hermana es buena contigo?- decía Vic acariciando el cabello castaño oscuro de Mile.

- No me presta mucha atención.- decía ella con su voz, chillona.

- ¿Cómo?, si eres preciosa.-

- Se pasa todo el día estudiando, parece una nerd traumada.- me pregunto como los chiquillos de hoy saben tantas palabras, yo cuando tenia su edad, no sabia ni decir malas palabras.

- ¿Y tiene novio?.- esa pregunta si que me sorprendió. ¿Que que que?.

- Mmm, nunca la eh visto con un chico, pero en casa una vez alla en argentina se estaba besando con una amiga.-

- Dijo mama que esta lista la cena Mile.- dios, que pendeja idiota, como va a decir, eso entonces ella si me vio con Noe cuando practicábamos a besarnos para que ella pudiese estrenarlo con los chicos después, pero paso hace tanto.

- Bueno.- le dio un beso en la mejilla a Vic y salió corriendo.

- Que sorpresa, no me dijiste que tu papa, era dueño de esa súper empresa de electrodomésticos.- trate de ignorar lo otro.

- Te dije que tenia una empresita.- dijo sonriendo.- ¿me muestras tu cuarto?

Le mostré mi habitación muy diferente a la de ella, más frio tal vez, lleno de libros, y pinturas.

- Tantos, tantos, libros, has leído todos.-

- La mayoría.- dije recostándome en mi cama.

Silencio…

- ¿Y que has hecho el fin de semana?-

- ¿Que haría una nerd?-

- Jaja, es que no pareces una, eres muy linda para ser una.- me dijo linda, Ohh.

- Por eso, soy extraterrestre.-

- Que no lo eres.-

- Decime y vos que hiciste.-

- Fuimos de marcha con las chicas, y Manuel.- dijo recostándose a mi lado.

- ¿Como van las cosas con el?

- Creo que lo voy a botar.- dijo ella inmutando una mueca.

- ¿Porque?, si se puede saber.-

- Creo, que me eh enamorado de otra persona.- dijo para mi asombro.- además el me pide cosas que no le quiero dar por el momento a nadie sino a esa persona.

- Ese chico va a nuestra misma escuela.-

- Si.- dijo mirándome a los ojos.

- Pobre chico, ya veo como Manuel lo va a triturar.- dije sin el valor de preguntarle quien era.

- No creo, además si lo hiciera no se lo permitiría.- esas palabras me rompieron el corazón.

- ¿Tus amigas lo saben?-

- No lo aceptarían.

Cuando estaba por empezar otras series de preguntas mi gran madre, nos anunciaba la cena.

La cena si que fue estupenda, su padre era un señor muy divertido y educado, ella muy paciente y divertida, hablábamos de cosas triviales, hasta que al fin surgió la charla que mi padre tanto quería escuchar, tendría un contrata indefinido en la empresa como gerente, así que tendría que acostumbrarme a vivir en Madrid, quiera o no.

- Victoria, deberías decirle a Anne que salga mas, mostrarle los clubes de Madrid.-

- Mamá.- me queje.

- Es verdad te pasas todo el día estudiando.-

- Parece que Vicky y Anne van a la misma escuela, es mas Vicky fue la que me dio la idea de esta cena, ella y Anne van a la misma escuela.- dijo el señor Pardó, y veía como el rostro de Vic se tornaba de color rojo.

- Con mas razón, todavía, tenes que enseñarle a ser adolescente a esta vieja Victoria.

- Lo prometo.- decía Vic levantando una mano.

Después lo que nos toco era escuchar a mis padres y al de ella hablando de cuando eran adolescentes, Vic y yo nos mirábamos sonrientes, de las cosas que hacían esos viejos en su juventud.

Nos despedimos con los saludos de siempre, y la promesa de Vic hacia mi madre.

Al día siguiente como siempre comenzaba la semana.

Teníamos la clase de don julio, pasando ese largo pasillo, la vi, a ella y a su grupo, para mi sorpresa me sonríe como forma de saludo.

Me senté en la ultima fila de la clase de ese profesor tan denso y para mi sorpresa y la de todos, ese día no me sentaría sola, porque al tiempo que pegue mi cola al asiento, acostada, veo alado mío la melena rubia de una diosa.

- Puedo sentarme.- me dice

- Sii.. esteee. Si.- dije sorprendida.

La mirada matadora de sus secuas, se posan sobre mi, pero eso no me importa solo la miro a ella, a ella y a esos ojos brillantes que jamás había visto así.

Un detalle: La protagonista es argentina por eso se expresa de esa manera.

Este fue más corto y rápido que escribí. Sin dejar de divertirme y fluir sin parar mi imaginación por primera vez, sin importarme los errores de redacción y sin releerlo para corregirlo.

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